Capítulo 56

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UMBRA

Máximo

Etapa de mayor ocultación del eclipse. La Luna está en su punto más cercano al centro de la umbra terrestre.

04 DE DICIEMBRE

4:07am


—¿TODOS ESTÁN BIEN?

Jungkook caminó por los alrededores para auxiliar a los heridos. Mientras lo hacía, se percató que Hoseok había desaparecido, y se preguntó si debía preocuparse. Luego del horror que habían presenciado, Jungkook tuvo que apretar los puños, incapaz de hacer algo que no fuera apartarse del peligro. Se sentía mal por no haberse arriesgado a detener a Yoongi, sin embargo, aquel pensamiento era tan estúpido que una parte de él se alegró de no haberlo hecho. Jungkook no tendría oportunidad sobre Yoongi. Jungkook ni siquiera se hubiese atrevido a hacerle daño porque sabía que, debajo de toda esa maldad que cubría al hombre, aún estaba un gran amigo. Esto último lo llenó de dolor.

Yendo hacia Wheein, Jungkook vaciló en su camino. Joder, Jin estaba muerto, y su corazón se encontraba tan apretado que era difícil siquiera caminar. Esto no era un juego, por supuesto. No era una broma de mal gusto, ni tampoco estaban en la misión de reconocimiento de hace algunos meses. Jungkook trató de convencerse a sí mismo que todo estaría bien, que nadie más tendría que morir porque esta guerra terminaría pronto. Pero, cuando una pesada piedra recorrió su garganta, dejando rastros de incompetencia, tristeza y miedo, él no pudo detener las lágrimas que resbalaron por sus mejillas, por lo que Wheein, al verlo, lo primero que hizo fue sostenerlo.

—¿Estás bien? —ella preguntó y Jungkook asintió. Él sabía que estaba llorando, pero su rostro entumecido no les daba cabida a sus emociones. Ella le regaló una pequeña caricia comprensiva, y le indicó—: Mira, sé que esto es horrible, que necesitas digerirlo, pero habrá tiempo para ello después, ahora mismo requiero de tu ayuda. ¿Podrías decirle a todos esos lobos y magos que me apoyen en reunir nuevamente a los heridos? Tenemos que asegurar el lugar para luego enviar una cuadrilla a rescatar a los que han quedado esparcidos por el pueblo. ¿Lo harías?

Jungkook asintió.

—Sí, lo haré. Pero tienes que cuidar de Jin —señaló, regresando la mirada hacia la camilla que había abrazado con todas sus fuerzas.

—Jungkook —negó Wheein—, Jin está muerto. Llevaremos su cuerpo a otro toldo, junto a los demás soldados caídos.

—¡No! —Jungkook gritó con horror. Pasándose la mano por el rostro para limpiar el frío sudor que perlaba su piel, agregó—: ¿Podrías esperar?, necesitamos decirles a sus padres. No quiero que lo vean rodeado de cuerpos como en una morgue. Sólo, cuídalo un momento, ¿sí?

—De acuerdo —ella dijo con pesar—. Ve a decirle a tus amigos que muevan a los heridos, por favor.

Jungkook se volvió, yendo hacia Jin por última vez. El rostro carente de color lucía tranquilo. Por supuesto, esa ilusión sólo se rompía cuando desviabas la mirada hacia su cuello, y veías el corte abierto. Era terrible, grotesco y sumamente indescriptible. El sentimiento que te ofrecía era tan complicado que el dolor era lo único que lograbas descubrir.

Jungkook deslizó la yema de sus dedos por la mejilla de Jin, y susurró: —Tenía tanto miedo de que esto ocurriera. ¿Qué haremos sin ti, Jin?, ¿cómo vamos a superar tu pérdida?

Limpiando sus lágrimas, él se alejó. Si se quedaba ahí, el peso de la agonía haría imposible su trabajo. Luego tendría tiempo de soñar con Jin. En sus pesadillas vería el rostro de su preciado amigo mientras se flagelaba pensando en lo que habría hecho si sólo hubiese llegado a tiempo.

WOLF SONG 》JINSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora