Entre la soledad y el amor.

En el banco.

Andrea POV

La vida es muy corta como para desperdiciarla, siento que perdí muchos momentos felices por estar triste, por dejar que mamá me moldeara a su antojo, y aunque nunca me he podido revelar ante ella, no dejo que haga lo que quiera conmigo.

[[DURANTE EL DESAYUNO]]

-Andreita necesito que vayas al banco a hacer una transferencia -Dijo mi madre-.
-¿Pero mamá no puede ir otra persona? -Deje mis cubiertos encima del plato-.
-No, tienes que ir tu, eres la administradora del rancho y manejas los fondos.
-Okey, permiso, voy a alistarme.

Fui a mi cuarto, me coloqué una chaqueta y bajé con las llaves de mi camioneta.

-Ya me voy, adiós -Dije despidiéndome de todos-.

Me dirigí al banco contenta, yo siempre andaba feliz, era raro nunca verme alegre. Todo me lo tomaba con gracia y era seria cuando tenía que serlo obviamente.

[[EN EL BANCO]]

Me acerqué a Valeria, la secretaria de toda la vida, no se cuantos años llevaría trabajando ahí.
Tenía unos 55 años a lo mejor.

-¡Hola señora Valeria! -La salude de un beso-.
-¡Mijita! Que gusto verla por aquí, tanto tiempo. ¿Qué se le ofrece?.
-Vengo a ver a la señora Beatriz para transferir un saldo -Me apoyé en la repisa-.
-¿No se enteró?.
-¡De que! -Abrí los ojos-.
-De que la señora Beatriz falleció hace tiempo.
-¡No puede ser!.
-Que raro que Samuel no les haya avisado.
-¿Su esposo?.
-Si.. Bueno la verdad es que el señor no le avisó a nadie, desde el fallecimiento de la señora el pasa encerrado, hace meses que no sale a ninguna parte. Por obligación va a cenas para cerrar negocios. Ya no viaja ni nada.
-Buuhh, que mal.
-La anunciaré para que pueda entrar a hacer la transferencia con algún ejecutivo.
-¿Con quién voy a transferir?.
-No se Andreita, espere que llamo.

Llamó y me dijo:

-Con Samuel será la transferencia Andrea.
-¿Por qué con el?.

No me gustaba la idea de que una persona toda gruñona me atendiera... Pero ni modo, yo no era dueña del banco.

****************

La oficina estaba en el piso 13, buscamos el elevador y fuimos donde el señor.

Samuel POV

Alguien tocaba la puerta, yo estaba apoyándome en mi mano, estaba cansado, sin ganas de nada ni de atender a nadie. Por mi no vendría a trabajar pero quiero evitar preguntas de mis hermanos.

-Pase.
-Señor Samuel, alguien de la familia Del Junco necesita transferir dinero a una cuenta.
-¿No puede atender otra persona? ¿En este banco hay muchos ejecutivos no?.
-Pe.. Pero señor.
-Pero nada, ¿se puede retirar? -Silencio- Disculpe Valeria, ando muy desanimado hoy -Dije desganado-.
-Mire señor Samuel, disculpe si lo molesto pero es urgente lo que necesito transferir, sí, a lo mejor hay muchos ejecutivos en este banco pero lastima que usted tenga todos los datos ¿no?-Entró una mujer muy sonriente-.
-¿Quién es? -Mire a Valeria-.
-Es Andrea, creo que nunca se habían visto pero ella siempre ha venido en nombre de la familia Del Junco.
-Adelante señorita, -Me levanté y le indiqué que se sentara- discúlpeme por la forma en que la recibí.
-No se preocupe, no me amargará el día -ríe-.
-Los dejo, permiso -Dijo mi secretaria y se fue-.
-Tome asiento por favor -Le dije-.
-Aquí se respira un ambiente tenso, debería abrir las persianas -Hizo un gesto con la nariz, respirando de mas-.
-No, así esta bien.
-¿Así atiende a todos sus clientes?.
-¿Es mi oficina no?.
-Que gruñón es usted señor Gallardo.
-¿Algún problema?.
-Que insoportable, yo venia aquí con toda la amabilidad del mundo, hasta nunca -Se levantó de la silla y se dirigió a la puerta-.
-Disculpe, venga por favor -Corrí y la agarré del brazo.
-No tengo ganas de pelear y menos con alguien tan pesado, suélteme.
-Hmm... Adelante -La solté-.
-¿Puedo abrir las persianas por favor? -Pidió-.
-Es que me molesta la luz.
-¿Es vampiro?.
-No.
-¿Qué es?
-Nada de eso, soy una persona común y corriente.
-¿Común y corriente? Muy desolada podría afirmar.
-No se meta en mi vida privada señorita.
-No he dicho nada, déjeme abrir las persianas es lo único que pido, acá esta muy encerrado y me siento ahogada.
-Adelante.

Andrea POV

Pensé que el se dignaría a abrirlas.
Lo quedé mirando con los brazos cruzados.

-Yo abriré, no se preocupe -Dijo después de minutos-.
-Bueno, yo quiero hacer la transferencia.

Abrió las persianas y se sentó, después hice la transferencia, se demoró un poco mas de lo normal. Yo lo miraba por que parecía estatua, una estatua con ojeras, la cabeza apoyada en la mano, cansado. No debería venir a trabajar así.
Ya me estaba cabreando la situación y de pronto me empecé a reír porque él mientras buscaba una hoja entre los documentos se pinchó el dedo y se lo metió a la boca como un niño chiquito.

-Jajajaja -Reí y sonreí a la vez-.
-¿Usted siempre es tan sonriente?
-Preguntó haciendo un intento por sonreír-.
-Se ve bien sonriendo señor, así debería sonreír siempre.
-Jajaja... no es para mi la felicidad.
-Todos tenemos la felicidad, pero no asegurada, uno tiene que buscarla ya sea solo o con alguien. Gracias por hacer la transferencia y adiós.

Me fui a mi casa feliz por que hice sonreír a una persona que al parecer estaba bastante depresiva. Lástima que no lo volveré a ver.
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