Capítulo anterior: "—Samuel... Samuel -Andrea le sonreía de manera picara a Samuel.
—¿Qué sucede? -Andrea se acercó a Samuel y lo besó con desesperación, se le subió encima de las piernas a Samuel y le susurró.
—Hazme tuya, hazme tuya.Andrea despertó porque Samuel le preguntó:
—¿Hazme tuya? ¿Andrea?"
—Samuel... -Andrea abrió los ojos como platos y se intentó acomodar alejándose de él, pero el cinturón la detuvo.
—¿Quieres que te haga mía? -le dijo sonriendo.
—¡Ay Samuel! Yo estaba soñando con... con... Zac -no la dejó terminar y habló.
—Conmigo, admítelo. Y woow, no sabía que tenías sueños tan... tan cachondos -al decir la última palabra, la dijo en un susurro.
—¡Te dije que no! Estaba pensando en Zac Efron... -no lo dijo muy convencida.Andrea se sentía rara, sentía una temperatura máxima... como si tuviera fiebre.
—Andrea -le dijo Samuel sonriendo-, estás muy colorada. ¿Dije algo que te puso... -Andrea lo interrumpió.
—¿Qué te pasa? -le gritó-. No seas imbécil... dije que no estaba soñando contigo y... ¡ya! No te propases -estaba enojada y él seguía sonriendo.Samuel POV.
Me di cuenta que Andrea se estaba removiendo en su asiento como si estuviera teniendo un sueño... pero un sueño fuerte, ya saben. Realmente pensé que era una pesadilla y justo la iba a despertar cuando escuché: —Hazme tuya.
Andrea me evadió diciendo que estaba soñando con Zac Efron y así... la verdad no le creía mucho, los cachetes se le tornaron rojizos y se le notaba agitada.Gabriela había logrado lo propuesto... pero ella no sabía cuánto duraría el efecto de esas gotas y temía un poco por la escena que pudiera encontrar al salir de la cabina... quizás veía a Samuel y Andrea en pleno acto, ó a lo mejor se les unía. Era tan sucia de mente.
—Samuel -me habló Andrea de manera agitada- ¿Cuánto falta?
—En el monitor dice que 2 horas, y todo varía según el piloto.
—Sabes... sabes -decía agitada y evitaba mi mirada, yo sólo fruncí el ceño confundido.
—¿Te sientes bien? -le toqué la cara y ardía.
—No me toques -me quitó la mano.
—¡Tienes fiebre!Andrea POV.
—Fiebre de ti imbécil -pensó mirándolo.
¿¡Qué me estaba pasando!? ¡MALDITA SEA!
Me quité el cinturón y salí corriendo de su lado para ir al baño, no podía seguir ahí porque sino quizás terminaba devorándole la boca como en el sueño y terminábamos haciendo cualquier cosa indebida arriba de un avión... aunque que genial, nunca lo he hecho arriba de un avión. Mi primera vez había sido desastrosa, pero aun así con el tiempo conseguí experiencia, y eso no significa que me haya acostado con 10 hombres o así, no, sólo que me informé del tema y con mi último novio aprendí muchas cosas, pero eso fue hace años.
¿Cómo será Samuel en la cama? -me preguntaba mirándome al espejo del avión.
¡ANDREA por dios! -pensé y me regañé en voz alta.
Yo no era así... no sé que me estaba pasando, algo en mi interior ardía y me hacía sentir muy inquieta. Esto sólo lo sentí cuando por un maldito reto bebí un vaso de gaseosa con unas gotas que estimulaban el placer sexual. ¿Será que Samuel me echó eso? Si lo había hecho me daba vergüenza preguntarle, pero si no le preguntaba podría caer en sus brazos esta misma noche y no quería eso en absoluto ¡NO!
¿Qué hago? -me preguntaba mientras caminaba en el pequeño espacio dando vueltas en círculos.
Recordé a la azafata con un frasco cuando comenzamos el viaje... recuerdo que me dijo que eran para no dormir durante el viaje, unas gotas para los ojos, se me vino a la mente también como se sonreían con Leonardo. ¿Será que ella me las echó y es por eso que me siento así? Me siento hirviendo maldita sea -golpeé el lavamanos mientras me miraba al espejo y veía el enrojecimiento de mis mejillas cada vez que pensaba en Samuel. Cada vez pensaba más en cómo sería en la cama o algo así, no podía creerlo, de veras. Le había confesado mi amor para rematarla... todo podía pasar en estas semanas que estaríamos aquí. Me senté en la tapa de la taza del baño y no paraba de mover mi pierna en señal de nerviosismo. De pronto escuché un ruido a través de la puerta.
—Andrea, ¿estás bien? -era Samuel.
—Sí, ya salgo.
—Está bien, pensé que te había pasado algo de tanto rato que llevas ahí dentro. ¿Te duele algo?
—No, sólo estoy aquí tomando aire.
—¿Aire? -en el avión no hay aire "natural"... no hay ventanas abrirles.
—Ya -no sabía que responder ¡qué estúpida!-, estoy bien.
—Sal pronto, sino yo mismo abro la puerta.
Creo que al final se fue porque ya no sentía a nadie ahí.
¡Esas cosas eran las que me ponían en este momento con más calor en el cuerpo! Que él se preocupara por mi... dios.
Salí del baño toda roja, me imaginaba a Samuel sin ropa ahí, haciéndome un streaptrese. Bañarnos juntos también se me pasaba por la mente, quizás era momento de bañarnos juntos, pero, en una piscina. Ah. Pero tenía ganas de que me hiciera mía, no sé que me estaba pasando... ¿quién me había echado algo a la bebida? Y ¿para qué? Miles de preguntas rondaban por mi cabeza ahí apoyada en la puerta del baño.
Me di el valor y camine con toda la "calentura" encima hasta donde un hombre... ¡un hombre! Al que deseaba tanto y me lo imaginaba hasta sin ropa encima de todos lados... con él me gustaría hacerlo hasta en el avión, en la cocina, en el baño, ¡no puede ser!—¿Andrea? -Samuel me sacó de mis pensamientos.
—¿qué? -pregunté sorprendida.
—Sigues muy roja -me dijo sonriendo.
—Para de sonreír, ¿qué sabes tú sí me pegué un resfriado ahí por el camino y tu burlándote? -por dentro yo sabía que era muy insolente con él, pero era para que no creyera en todo lo que le dije antes de que el avión se fuera a caer.
—No lo creo, déjame ver -se acercó y me tocó la frente-, no tienes fiebre porque aprecio tu temperatura habitual, sólo son los cachetes rojizos, y eso -sonrió-, eso es por algún momento bochornoso.
—Samuel, ¿tú andas con algunas gotas?
—¿De qué tipo? -se puso serio.
—Cualquier tipo.
—No, yo no eché nada de gotas a mi maleta... nada, no las necesito -dijo con el ceño fruncido.
—Okey...
—¿Por qué? -sonrío y apoyó su mano derecha por encima de mi hombro en la puerta, dejándome encerrada.
—Oye, nos podemos caer con las turbulencias, bien nos dijeron que podía pasarnos algo si nos quitábamos el cinturón.
—No te preocupes, ya falta poco para llegar.
Creo que se cargó más en la puerta porque se abrió detrás de mí y yo pensé que me iba a caer y pegar en la cabeza.
—¡Samuel! -le grité.
No caímos al suelo pero yo me di un golpe de los mil demonios en la pared, con el impacto la boca de Samuel cayó justo en la mía y la puerta del baño se cerró tras él.
Maldita sea... necesitaba salir de ahí ahora mismo.Gabriela escuchó ese grito y pensó que el estimulante había hecho efecto, salió a mirar y vio como la puerta del baño se cerraba, y, ni Andrea ni Samuel estaban sentados en ningún asiento. Misión cumplida -pensó.
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Andrea bebió del agua mineral... oh, oh.
Comenten y voten por favor, así sé que les gusta la historia e intentaré terminarla pronto! :)
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Entre la soledad y el amor.
FanfictionSamuel cree estar en la soledad. Andrea cree estar en... nada. Simplemente dos personas que se ven unidas por circunstancias, casos familiares, trámites y por lo más "importante"... el amor.