Expicaciones

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Capítulo anterior: "Era algo como un citatorio.
Lo abrí y era una... ¡una notificación de divorcio para mí!
¿Samuel me había engañado todo este tiempo?
Maldito desgraciado grité con rabia y me senté en el sillón con la hoja entre las manos."

Samuel POV.

Me senté en el escritorio para buscar algo en internet y vi que tenía un mensaje nuevo... me molestaba que cuando uno ya revisaba como 100 correos, te llegara otro... pero bueno; era trabajo.
Abrí el correo:
Oh. Oh... maldita sea... ¡la notificación de divorcio había llegado a la casa! ¡No! ¡No! Y más encima Andrea fue la que la había recibido.

Salí corriendo de la oficina, es que esa notificación yo mismo se la tenía que entregar en sus manos y explicarle el por qué de todo esto.

Yo lo único que quería era separarme de ese "falso contrato"... sí, nos habíamos casado por la iglesia y todo, pero había sido para cobrar una herencia, no por amor en ese momento porque bueno, ahí yo no sentía todo lo que siento ahora... ahí era solo una atracción, un gusto fuerte, pero ahora lo quiero todo con ella. Por eso mismo, quería proponerle matrimonio nuevamente, pero un matrimonio por amor, en donde los dos estemos de acuerdo, pero porque nos amamos.

Llegué a casa y afuera había un taxi estacionado, cuando entré, en la puerta habían unas maletas y Andrea estaba sentada con una pierna encima de la otra moviéndola frenéticamente. Estaba enojada.

—Andrea -le dije y me fulminó con la mirada.
—Mira -se levantó enojada... eso le hacía mal a nuestro bebé.
—A...
—Cállate -me interrumpió con un grito y el dedo en el aire. —Lo único que quiero es que me digas si tú mandaste esto... si es cierto que te quieres separar de mi.
—Andre...
—¡No! Solo quiero un sí o un no por respuesta Samuel -se me acercó y yo di 3 pasos atrás.
—Sí... pero -ahora sí echaba fuego por sus ojos...
—Era lo único que necesitaba saber para irme... adiós -se fue hasta la puerta, y cuando iba a abrir se frenó y dio la vuelta para mirarme. —Todo lo que me faltó por llevarme, lo mandaré a recoger con mis hermanas, o no sé.
—Andrea -la miré con tristeza-, déjame explicarte por favor -se me quebró la voz.
—Nada, la verdad no entiendo porque hiciste tantas muestras de amor si no lo sentías Samuel... quédate con esta casa y todo lo que se te plazca, adiós -dio un portazo de los mil demonios.

Se fue la mujer que amaba y con ella se llevó mi hija... y mi felicidad. Yo tenía que hacer algo, esto no podía quedar así.

Andrea POV.

Estaba destrozada, pero no lo demostraría de ninguna manera.
Al llegar a casa me recibió Nieves y de inmediato subió mis maletas. Leonardo me vio y me agarró del brazo cuando iba hacia la oficina de mi mamá.
—¡Suéltame! —me solté de su agarre frenéticamente.
—¿Por qué tan agresiva? No le vayas a pegar eso a tu hijita... o hijito -se burló.
—No te importa -seguí mi camino y él me siguió pero pasó de largo.

—Mamá -la interrumpí, estaba revisando unos papeles.
—¿Andrea? ¿Qué te pasó? Te conozco, te veo los ojos tristes, te conozco...
—Samuel y yo nos vamos a separar.
—¿Qué? -se levantó sorprendida de su silla y llegó a mi lado- ¿Pasó algo? Yo creo que esto tiene alguna explicación hija.
—No mamá -negué con la cabeza-, no hay explicación, aquí está el sobre con la notificación de divorcio, dice que me tengo que presentar en un juzgado la próxima semana.
—¿Qué? -quedó sorprendida–, a ver dame eso -me quitó los papeles y los sacó del sobre para hojearlos.
—Ahí sale todo... se nota que lo tenía preparado hace tiempo ya.
—Es que no puedo creerlo, anoche estábamos todos felices con la noticia de que mi nieta probablemente sea una niña, el poder escuchar sus latidos, verla moverse, ver ese pequeño granito... no puedo creer que Samuel te esté pidiendo el divorcio, ¿en qué mente cabe?
—O sea si mamá... pero no hay nada más que hacer, yo voy a firmar el divorcio -dije con seguridad.
—Bueno, si es así, ahora mismo lo podemos hacer, tengo un amigo que es juez de ese juzgado, todo se puede adelantar.
—¿En serio? -intenté sonreír.
—Sí, déjame llamar, te aviso, vete a tu habitación...

Subí a "mi habitación" y me tiré en la cama.
Extrañaba a Samuel.
Últimamente no acostumbraba a estar acostada sola, siempre tenía su brazo rodeándome... o me acariciaba la panza, me hacía cariño... de veras no me cabía en la mente que quisiera separarse de mi.

—Andrea -mi mamá entró.
—¿Qué pasó? -me senté.
—El abogado ya viene y trae los papeles para que los firmes, Samuel ya lo había hecho, sólo faltabas tú.
—¿Qué? Mamá en serio no puedo creer que esto esté pasando -mis ojos se aguaron y ella se acercó. Yo apoyé mi cabeza en su estómago y me abracé a él por la altura.
—Hija... yo creo que todo esto tiene una explicación, pero aún así tienes que firmar, y el juez ya viene... como te dije -me acarició el cabello.
—Ay mamá -rompí en llanto-, yo de verdad lo quiero, ¡aprendí a quererlo! -un par de lagrimas cayeron de mis ojos.
—Te creo hija... anoche me di cuenta de cómo lo miras... y de cómo él te mira a ti Andrea, estoy segura que hay algo detrás de esto... deberías hablar con él.
—No importa mamá -me solté de su cintura y me levanté, limpiándome las lágrimas.
—Ay... que terca eres.
—Lo sé -dije y fui al baño. ¿Dónde estaban mis hermanas? Las necesitaba.

Llamé a Sofía:
—¿Sofi? -le dije con un tono de voz demacrado.
—¿Andrea? ¿Te pasa algo?
—No... nada, estoy en la casa esperándolas.
—¿Qué? Pero si no nos habías invitado.
—Nono... estoy en mi ex casa, o sea la de mamá, bueno, el rancho "Del Junco" pues.
—Nosotras estamos donde los Gallardo -se oyó un portazo-, Oh, llegó Samuel.
—...
—Tiene los ojos rojos... ¿estaba llorando? ¿Qué pasó? -susurró.
—...
—Arturo lo está abrazando... ahora él está gritando "soy un imbécil Arturo". Voy para allá -dijo y cortó.

Bajé y ahí estaba el juez con mi mamá.
—Uy, justo te iba a mandar a buscar Andrea, acá está el juez -me lo presentó.
—Buenas tardes -le dije por educación.
—Buenas.
—Bueno, Alejandro, ¿trajiste los papeles? -preguntó mi madre.
—Si, lo único que tiene que hacer es firmar unos papeles que traje y quedará libre de todo... bueno realmente no, tienen que estar los dos presentes para firmar el documento que había quedado en el juzgado, por eso es que le llegó el citatorio.
—O sea, ¿tendré que verlo de nuevo? A él... -dije.
—Parece que si Andrea -dijo mi mamá con una sonrisa perversa entre los labios.
—Ahg...

Justo abrieron la puerta... eran Irina, Sofía y atrás venía... Samuel.

—¡Alejandro! -Samuel vio al juez sentado y se acercó- Esos son los papeles del divorcio. Yo no firmaré nada de lo último hasta que tú -me miró- me escuches, bien sabes que no me dejaste explicarte -dijo ofendido.

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Espero que les haya gustado el capítulo. 💘
Samuel necesita explicarle a Andrea todo!

Ya saben, 11 comentarios para el próximo capítulo:D

QEPD Juan Gabriel. 🙏🏻😭

Entre la soledad y el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora