"Borrachera" y gran noche...

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Capítulo anterior: "Yo le estaba dando pistas para que leyera entre líneas lo que le estaba dando a entender con mi miradita anteriormente, pero bueno, tampoco me podía tirar a la piscina sin entrenar antes, y el entrenador no me entendía porque yo no lo permitía.
—Samuel, como me siento tan bien podríamos... -le sonreí lujuriosa."

—No podríamos nada Andrea -se puso serio y se levantó de la cama, mirándome desde arriba.
—¿Por qué? -pregunté sorprendida y un poco enojada.
—Porque estás débil, y aparte no sé qué querrías hacer, ya es de noche y no hay nada interesante -respondió distante.
—Eso no importa, si tú no me quieres acompañar, yo voy sola -me comencé a levantar de la cama.
—Andrea, -me paró en seco tomándome de los hombros, me analizó un momento, hizo una mueca y prosiguió— Okey -asintió— vamos a donde tú quieras ir -le sonreí.
—Vamos a la mini feria de la isla para comprar cosas.
—Bueno -me sonrió.

Yo me levanté y me vestí con un vestido suelto ya que hacía un poco de calor.
Al salir ahí estaba la recepcionista alzada que le estaba agarrando las manos a Samuel. Por eso mismo fue que entrelacé nuestros dedos y sonreí satisfecha. Samuel me miró de reojo con un poco de asombro, lo sentía distante por alguna extraña razón.
Estábamos caminando hasta la feria y él paró, haciéndome parar a mí también, quedamos casi frente a frente, pero él era como 15 cm más alto que yo así que elevé un poco más la cabeza. Soltó mi mano y habló.
—¿Por qué tomaste mi mano? -preguntó confundido.
—Porque... porque...
—¡Y justo cuando pasamos por el lado de Eloisa! -me interrumpió y reclamó.
—Vi como esa mujer te agarró las manos -confesé, avergonzada y evité su mirada triunfante. Sonreía.
—Ah -arrastró la palabra, esta acarreaba un tono burlesco— estás celosa... -sonrió, me tomó nuevamente de la mano y seguimos nuestro camino.

Estaba lo suficientemente avergonzada como para decirle algo, así que mejor dejé que su mano me llevara durante el trayecto, hasta que comencé a ver artesanías.
—Voy a llevarle algo a mis hermanas -dije y me separé de él.
Vi un vestido muy lindo, perfecto para Sofía.
Pagué y al darme la vuelta él estaba ahí, detrás mío así que chocamos y me sonrió. Al parecer que se haya enterado de mis celos al verlo con otra mujer lo puso contento.
—¿Ya compraste? -preguntó sonriéndome pícaramente.
—Sí.
—Yo te compré una lencería erótica típica de aquí -se burló y al ver mi expresión de confusión se puso serio— era broma -me acercó tomándome desde el hombro a su cuerpo y caminamos de vuelta, porque ya no había mucho que ver.
Entramos a la habitación y me dieron ganas de salir nuevamente.
—¡Samuel! -llamé su atención ya que estaba sentado en la cama poniendo su teléfono a cargar para acostarse luego. Él me lanzó una mirada como diciendo "¿qué?"— vamos al bar del hotel -le sonreí.
—Tú no tomas -afirmó e hizo una pausa— Ah, ya me acordé... cuando te emborrachaste, así que si tomas -se burló.
—Si no quieres ir, me iré sola.
—Pues vete sola -sonrió.
—Okey -le grité enojada.

Salí y seguí los letreros del hotel. Llegué hasta donde decía "Bar", era viernes así que había mucha gente, pero todos eran tranquilos ya que la mayoría eran enamorados recién casados.
Entré y pedí una margarita en la barra, me la tomé en menos de 1 minuto ya que estaba muy suave, pero yo esta noche quería ver estrellas así que pedí otra doble.
Me dolió la cabeza, justo llegó Samuel a molestar. Él pidió un whisky y yo lo miré sonriendo con la copa junto mi boca.
—Pensé que no vendrías -dije mientras bebía mi trago.
—Pensé que querrías que viniera -bebió de su trago de manera sensual.
—Ja, ja, ja... -sonreí.
—¿Cuánto has bebido? Te ves simpática y eso es inusual en ti -lo miré enojada.
—Esta noche voy a beber lo que se me venga en gana, total es gratis.
—Oh, claro, como el trago es gratis..., pero la borrachera también es gratis y no quiero una mujer pasada a alcohol en mi cama -sonreí pícaramente ante eso, «una mujer pasada a alcohol en MI cama...» sonó como si esta noche el y yo haríamos cosas malas.
—En nuestra cama dirás -bebí más y me acabé la segunda margarita de un sorbo.
—Ya te dije -me miró de reojo con una pequeña risita y bebió de su whisky.
—... deberíamos irnos ya a la habitación..., a dormir -sonrió.
«Yo no quisiera dormir, imbécil.»
—Mejor sigamos bebiendo, o vamos a bailar -sonreí y conectamos nuestras miradas. Él me recorrió de arriba a abajo con su mirada y su boca entreabierta, que tentación eran sus labios Dios mío. Se levantó, ¡me iba a besar! Ah no... pero se me acercó a la oreja y con una mano en mi cintura me apretó hacia él.
«Cosquilleo entre las piernas déjame tranquila.»
Se separó, terminó de un trago su vaso y me tomó de las manos para llevarme hasta la pista de baile.
Comenzamos bailando Bachata, me tomó las caderas mientras nos movíamos, no paraba de mirarme y yo sólo sentía un revoltijo en la parte baja de mi abdomen.
Pasaron unas cuantas canciones y yo sentía una leve capa de sudor en mi espalda. El bar de a poco se fue llenando más y más porque esta noche habría un show con espuma y todos los tragos eran gratis.
En medio de una canción de salsa unas máquinas comenzaron a tirar espuma a la pista y comenzó un mix de canciones de electrónica.
—¡WOW! -estaba festejando mientras Samuel me miraba con una gran sonrisa.
—¡ANDREA ESTAMOS TODOS MOJADOS! -me gritó porque no se escuchaba nada con la música de fondo.
—¡DISFRUTA! -le dije saltando.
Mi vestido se pegó a mi cuerpo y a él su playera también, dejándome ver a través de ella su abdomen trabajado.
«Bendita agua, gracias.»
—Andrea me voy -se acercó a mi oído y gritó.
No me di momento de reaccionar, sólo sé que lo besé suavemente... porque salvajemente no se podía entre tanta gente.
Él quedó perplejo y sólo se fue. Se me perdió entre tanta gente. Me abrí paso entre las personas y lo seguí hasta la habitación corriendo con el vestido pegado a mi cuerpo, me sentía un poco incómoda.
Entré a la habitación sin tocar y él estaba sin camisa, nos miramos y se acercó. No hubo tiempo de procesar eso. Su boca se aplastó en la mía y el deseo que mi cuerpo había estado albergando por él hace un buen tiempo se apoderó de mí. Me aferré a él, con las manos clavadas en su espalda, choqué con la pared y encontré mis piernas trepando por sus caderas al tiempo que mis labios se separaban en una exhalación de alivio que permitió que su lengua entrará para provocarme. El olor de Samuel, el gusto a whisky en su lengua, la sensación de sus manos cálidas agarrándome con fuerza...

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¡OMG! ¿Qué podría pasar esta noche?

No me aguanté y publiqué el capítulo que era para mañana. 🙈 ¡QUÉ LES GUSTE!

Entre la soledad y el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora