—¿No te emociona que Ramón lo haya logrado? —Le preguntó Osmar a Ivana.
La pelirroja no contestó, siguió callada mientras sostenía las cosas de Ramón, no quitaba la vista de la habitación del líder de los Fénix, guardando silencio, todavía asimilando las palabras que dijo con respecto a Rogelio, una leyenda de la mafia todavía estaba con vida.
—Es una felicidad... Agridulce. —Confesó sin claridad.
Sofía llegó con una charola llena de vasos con café, Ivana solo la miró y negó con un leve movimiento en el rostro, Osmar tomó uno, agradeciendo con gentileza.
—¿Podemos hablar, Vana?
—No. —Le entrega las pertenencías a Osmar y fue a la habitación de Ramón, él estaba con Hashed platicando de algo relacionado con motos acuáticas.
—¡Ivana! —Saludó. —¿Cómo está nuestra sexy pelirroja?
—Bien, supongo. —Se sentó al filo de la cama, mientras veía como seguían hablando.
Ramón llevaba dos semanas en el hospital para revisarlo de que no tuviera un daño grave en la cabeza, Hashed se había hecho cargo de los Fénix en ese tiempo, algo la inquietaba, pero todavía no sabía que tan ciertas eran esas sospechas.
—¿Pasa algo, Vana? —Preguntó Ramón dejando de prestarle atención a Hashed.
—Me siento muy cansada, es todo.
Hashed recibió una llamada en el celular, por lo que decidió salir, Ivana lo siguió con la mirada hasta que se perdió en el pasillo.
—Ivana... Tú me crees, ¿Cierto?
No respondió, porque ella tampoco estaba segura de eso, así que solo estuvo callada, sin poder decirle algo que lo apoyara.
—Buenas noticias. —Regresó Hashed con el teléfono todavía en mano. —Levántate, te van a dar de alta hoy, ya hablé con los médicos.
—¿En serio? ¡Genial! —Chocaron las manos.
La doctora llegó, dándole los papeles a Hashed, al firmarlos todos, Osmar le llevó la ropa para que se pudiera cambiar, saldría de ahí, pero todavía tenía sospechas de lo que había sucedido con Rogelio Lezama.
Osmar los llevó a la bodega, primero entró Sofía con Osmar, luego Ivana con Hashed y por último Ramón, los Fénix estaban ahí para abrazarlo y festejar el regreso.
Hubo una tarde de botanas, tomando alcohol hasta quedar inconscientes, poco a poco iban recuperando la alegría, Ramón había estado tres días desaparecido y dos semanas en el hospital, era algo que les hacía falta.
La música estaba a todo volumen, Katia disfrutaba del baile con Allison y Sofía, Sera platicaba con Yosmar y Marina mientras bebían unas copas, Ramón leía las cartas de cariño que los Fénix le habían realizado para hacerlo sentir mejor.
Era perfecto... ¿No?
La puerta de la bodega sonó, la música se apagó, todos estaban en alerta, Fabrizio no iba a la bodega, ya que no le gustaba salir de la oficina a menos que fuera importante, Susanne Cowell nunca los visitaba por estar ocupada creando ropa y solo se comunicaba con ellos a través de llamadas o mensajes o a menos que ella los reuniera en el salón de su mansión.
Nadie debía de estar ahí, excepto ellos, pero con lo que saben de Ramón, probablemente hayan llegado los secuaces que trabajan con Rogelio, y no sabía si ellos eran amigos o enemigos, además, Renato seguía sin saber lo que había confesado, todavía no estaba listo para saber que él estaba con vida.
—Abriré. —Dijo Hashed, guardando una pistola en la parte trasera del pantalón, antes de abrir se acercó a la puerta. —¿Quién está ahí?
Hubo una breve pausa antes de escuchar una respuesta.
—Max Heinsol y Carton Breg, somos trabajadores de Rogelio Lezama. —Respondió Max.
Ramón quedó frío al oír la voz del hombre que le mostró las fotos, vio a Ivana, de nuevo estaba abrumado, el oxígeno no le llegaba al cerebro, se sentía paralizado, como si no pudiera escapar.
—Debemos hablar. —Ahora era Carton el que hablaba al otro lado de la puerta.
—No abriré si tú no me lo ordenas, Ramón. —Hashed camino un par de pasos lejos de la puerta.
Si fueran enemigos directos, hubiera entrado atacando a todos los que estaban en la fiesta o los hubieran atraído de otra manera, no yendo solos a la guarida del enemigo para tener una charla con café y galletas. Ramón sabía eso.
—Hazlo. —Dio la orden.
Hashed, inseguro, abrió la puerta, todos estaban preparados por si ellos atacaban, pero no pasó, solo entraron y se quedaron junto a la puerta, no parecía que llevaran armas.
—Un gusto verlo de nuevo, joven amo.
—¿Qué hacen aquí?
—Ayudarlo a recuperar el trono que le pertenece, es lo que el señor Rogelio Lezama quiere.
Renato dejó su vaso con vodka en una mesa redonda.
—¿Por qué habla en presente? —Vio a Ramón, nadie dijo nada, ni siquiera los trabajadores de Rogelio, se habían dado cuenta que él no sabía la verdad. —¿Qué está pasando Ramón? ¿Por qué habló en presente?
—Joven amo Renato. —Intervino Carton. —Lamentamos ser nosotros los que se lo dicen... Pero, su padre, Rogelio Lezama... Está con vida.
Esa noticia fue como un balde de agua fría, se sentó de manera automática en el piso, era la confirmación que Ramón necesitaba, hubo un silencio incómodo.
—¿Lo sabías, Ramón? —Renato veía a la nada. —Padre está con vida... ¿Lo sabías?
—No estaba seguro... Yo...
—¡Tú fuiste a Suecia para preguntar si estaba vivo! ¡Mi madre dijo que no! ¿Todo éste tiempo lo supiste? ¿Por qué no me dijiste? ¿Mamá lo sabe? ¿Rita y Rucian lo saben? ¡¿Por qué no me dijiste nada?!
Comenzó a golpearlo varias veces, desesperado por conseguir respuestas, Max y Carton guardaban silencio al ver la pelea entre el mayor y el menor.
—¡No estaba seguro! Creí que era un sueño, todavía no lo sabían ellos ¡Porque no estaba seguro! Pero... Lo acaban de confirmar, ¿Dónde está?
—No podemos revelar por ahora su ubicación, lo único que podemos hacer es... —Se dirigió a Ramón. —Es hora.
Max entregó la pistola que perteneció a Rogelio cuando era el jefe de la Mafia, Renato estaba observando el arma, había escuchado de ella varias veces, Angelique estaba orgullosa de la vida que tuvo con él, era extraño.
—¿Por qué me la dan?
Carton marcó a un número privado, poniendo la llamada en alta voz.
—Felicidades hijo. —Habló Ramón con voz seria, Renato se acercó al teléfono sin poder decir algo. —Serás un gran líder.
—¿Líder?
—Así es, a partir de hoy te declaro... Líder de la Mafia.
Hola! Es todo por el capítulo de hoy, así que nos leemos la próxima.
A continuación, les dejo la ficha de personaje del día:
Nombre: Carton Breg
Edad: 57
Orientación sexual: Asexual
Cumpleaños: 3 de enero
Signo Zodiacal: Capricornio
Comida favorita: Pasta pesto
Bebida Favorita: Ron
Ciudad:Houston, Texas
Hobbies: Escribir poemas
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Entre la Sombra de la Libertad ©
Novela JuvenilLa muerte del jefe que controla los grupos criminales más grandes de la ciudad de Sevilla abrió la convocatoria para que múltiples personas decidan tomar el puesto, empezando una caza que fragmenta a la distopica ciudad, entre ellos surge Ramón Leza...