one shot blue lock

Pablo Cavazos

Luego de unas largas horas de vuelo desde Japón, por fin regresó a su amada Argentina.

Queria llegar a casa y recostarse contigo en el sofá para que lo llenes de mimos y caricias, estar mucho tiempo lejos de ti para él era terrible, asi que quiere recuperar el tiempo perdido.

No te avisó cuando regresaria de su viaje, asi que su llegada seria una sorpresa para hacerlo mas divertido.

-YA LLEGÓ POR QUIEN LLORABAS! MI AMOR! -exclamó abriendo la puerta de su casa.

Se escuchó un golpe en la habitación y él curioso fue a ver que era.

No pudo evitar reir al verte tirada en el piso de su habitación.

-que haces ahi, flaca?- preguntó mientras te ayudaba a levantar.

-estaba haciendo ejercicio -respondiste avergonzada. Y era cierto, traias ropa deportiva.- queria ver cuanto tiempo aguantaba parada de manos

-perdon por asustarte -dijo.

-da igual -respondiste- cambiando de tema, me alegra que al fín regresaras! Mi bebé!

Te lanzaste a abrazarlo, tumbandolo al piso contigo enzima.

-tambien yo, te extrañé mucho -te envolvió con sus brazos.

Y se quedaron abrazados en el suelo un rato.

-cariño? Te dormiste? -preguntaste al sentir su respiración tranquila y pesada.

-aun no, pero podria hacerlo -respondió.

-debes descansar en la cama, en el suelo te resfriarás -dijiste queriendo levantarte.

-podria dormirme hasta parado si te tengo a mi lado -te atrajo hacia él nuevamente.- estuvimos mucho tiempo separados, asi que ahora no me despegaré de vos

Hizo un puchero bien tierno, pues sabia que sus encantos te encantaban.

-me parece bien, pero subamos a la cama si? -sugeriste y él accedió.

Luego de un rato ahi acostados bien apapachados en tranquilidad, interrumpiste el silencio de la habitación.

-ya comiste, mi flaco? -preguntaste. Pues ya era mas del medio dia.

-nop, pero no se me antoja nada, prefiero devorarte a besos -dijo y con una gran sonrisa empezó a besar todo tu rostro causandote cosquillas.

-ya basta -reiste- debes comer algo, quieres choripan?

No podia negarse a un delicioso choripan por lo que aceptó y dejó que te levantes de la cama y te siguió a la cocina.

Mientras tu le preparabas su choripan, él se encargó de ponerle música y ritmo al ambiente.

Si, tenia la bocina a alto volumen, pero eso no bastaba no, él cantaba las canciones a gritos!

Ya mas tarde llegarian las quejas de las vecinas viejas gruñonas que no saben de buenos gustos musicales.

-listo -le interrumpiste su concierto dejando su plato frente a él.

-eres... la ... mejor! -dijo dandote besos cortos.

-lo se, ahora come -sonreiste y te sentaste junto a él para acompañarlo, como ya habias almorzado te estabas tomando un delicioso mate.

Mientras él comia te contaba sobre como era Japón, y tambien un poco sobre sus juegos contra esos chicos.

Te mostró algunas fotos que tomó en algunos lugares que visitó.

-te ves muy tierno -mencionaste apreciando las fotos.