CAPITULO 9

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"Y yo dije: Romeo, llévame a algún lugar donde podamos estar solos
Te estaré esperando, todo lo que queda por hacer es correr
Tú serás el príncipe y yo seré la princesa
Es una historia de amor, cariño, solo di que sí
Romeo, sálvame, están tratando de decirme cómo sentir
Este amor es difícil, pero es real
No tengas miedo, saldremos de este lío"
Historia de amor - Taylor Swift


Colin se sentó de repente en la cama, despertando de su sueño con Penélope, con el corazón acelerado. Entre un suspiro de frustración, se recostó y se ajustó los pantalones. Pero su aroma aún persistía, invadiendo sus fosas nasales y acariciando sus sentidos. El aroma a jazmín y vainilla permaneció en su piel y en su ropa, haciéndole sentir como si ella todavía estuviera allí, justo a su lado.

Junto con el vívido recuerdo de la noche que habían pasado juntos, una oleada de anhelo recorrió el cuerpo de Colin, provocando una erección palpable. Instintivamente, su mano exploró el bulto que había sobre sus pantalones, dejando escapar un gemido ahogado mientras imaginaba con amor la delicada mano de Penélope acariciándolo.

Sin embargo, su concentración se vio interrumpida de repente por los ruidos incesantes de su estómago. Soltando un profundo suspiro, se levantó de la cama, decidido a buscar algo para comer. Justo cuando estaba a punto de bajar las escaleras, Eloise lo llamó y detuvo sus pasos.

—¡Colin! —lo llamó Eloise, deteniéndolo a un paso de bajar las escaleras—. ¿Dónde pasaste la noche? Aparte de Anthony y mamá, nadie te vio llegar. Todos estábamos preocupados por ti. —Lo abrazó y se apartó poco después, con los ojos muy abiertos—. Hueles... ¿Es el perfume de Penélope?

La miró con una sonrisa tímida en el rostro y asintió levemente. —Buenos días a ti también, El. Voy a bajar a la cocina a buscar algo de comer. ¿Me acompañas?

Eloise asintió y añadió —En realidad, ya es hora de almorzar.

—Mejor aún —respondió con una sonrisa—. Lamento no haberte saludado ayer. Tenía prisa por ocuparme de unos asuntos.

—¿Penélope?

—Hablando de Pen, tienes algo que me pertenece. ¿Dónde está mi carta?

—No lo tengo —respondió Eloise, con su expresión ya contraída en un ceño fruncido mientras cruzaba los brazos.

—¡Eloise! ​​Esa carta es mía. ¿Dónde está? ¿Qué hiciste?

—Entonces, ¿vas a creerle a ella y no a tu hermana? —preguntó con insolencia, y Colin frunció el ceño—. Mira, Colin. No sé qué te dijo, pero...

—Pen acaba de mencionar algo sobre que fue culpa suya y que no debería haber insistido en que guardaras la carta. Eloise miró hacia otro lado y él le puso una mano en el hombro. —El, esta carta es muy importante para mí. Por favor, dime que no la tiraste a la basura.

Eloise se apoyó contra la pared, resoplando con fastidio y con expresión de enojo. —Amo a Penélope, pero nunca dejaría que lastimara a mi familia. Y estaba inventando cosas sobre ti, queriendo comprometerte...

Colin la abrazó de nuevo, más tiempo esta vez. —Eloise, gracias por pensar en mí y cuidar de mí, pero estoy seguro de que Pen no ha mentido en nada. ¡Tú la conoces, nosotros la conocemos!

Ella se apartó y lo miró con los ojos entrecerrados. —Entonces, ¿es verdad? El embarazo... ¿vas a ser padre?

Colin sonrió ampliamente y asintió. —Sí, El. Pen y yo vamos a tener un bebé— Sus pensamientos volaron a ese lugar peligroso de su mente donde residían los recuerdos de la noche anterior.

Nadie dijo que sería fácil ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora