Capítulo 33

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—¡Sorpresa!— Lando y Sergio se abrazaron, el pecoso lucía bastante contento de tenerlos ahí.

—Ah... No pensé que los vería hasta dentro de mucho tiempo.— Palmeó la espalda del inglés para después pasar a un breve saludo con Oscar, sus manos se estrecharon y un semi abrazo fue suficiente. Un carraspeo se escuchó al fondo. —Ay, lo siento.

El pecoso presentó a sus amigos entre sí. A Pierre le agradaron los dos, sin embargo, Logan sintió una punzadita cuando estrechó la mano de Lando, pero decidió no darle importancia en el momento que la carrera empezó.

La arrancada fue importante, Mónaco no es un circuito que permita muchos adelantamientos, así que ese 1-2 de Ferrari casi les aseguraba la victoria y, no obstante, la pelea con los toros rojos estuvo cerradísima hasta el banderazo final teniendo como ganador a Charles.

EL monegasco había ganado su carrera de casa y fue tan emocionante que se permitió llorar por ello, pues había perseguido esa victoria desde su primera temporada, y habérsela quitado a alguien como su coequipero era una meta personal y profesional importante.

En las entrevistas, Charles mencionó su buena suerte gracias a un cumpleañero misterioso que le había regalado sus buenas energías, y en el paddock Pierre molestó a Sergio con ello provocando una mirada extraña en Lando, misma que Logan notó, pero se sintió un poco intimidado al conectarse justo después con la mirada seria de Oscar, era como si implícitamente le impidiera hablar del tema.

Era tiempo de retirarse pero el grupo fue interceptado por un asistente de rojo, proveniente del garaje de Ferrari. El muchacho les dio la noticia de que Sergio y sus amigos habían sido invitados a la fiesta que se celebra normalmente luego de la victoria. Y a todos les encantó la idea, a todos menos a Lando, que se vio frustrado porque aparentemente tenía ya sus propios planes.

De cualquier modo asistirían, así que ahora debían correr a casa para descansar un poco y después arreglarse, les esperaba una larga noche de celebración, ya luego verían cómo sobrevivir al lunes.

—¿Desde cuándo conoces a Charles Leclerc?— Por obviedad, Lando y Oscar habían ido al departamento de Sergio, quien daba vueltas de un lado a otro buscando un atuendo adecuado.

—Desde hace como dos días ¿Por qué?— A decir verdad, Sergio tampoco estaba muy atento a la situación, su mente daba vueltas en que debía verse bien o estaría avergonzado e incómodo toda la noche, pero es verdad que no podía rechazar una invitación así solo por miedo.

—Bueno, Checo ¿No es raro que de repente decidiera invitar a su fiesta a alguien que no conoce?

—Seguramente fue al azar, es muy agradable.— El pecoso le restaba importancia al asunto.

—¿Y lo del cumpleañero? ¿También fue al azar?— El inglés levantó una ceja.

—¿Cumpleañero?— Un tono distraído —¡Ah! eso, no. No, es una tontería. El viernes, cuando lo conocí, dijo que la buena suerte de los cumpleañeros era positiva, así que solo le deseé éxito y salió bien.— Se encogió de hombros.

Norris gruñó inconforme —De cualquier manera no me da buena espina. Que sea Charles Leclerc no significa que no pueda haber algo raro con él.

La noche llegó, pronto dieron las 9 p.m. y era momento de reunirse con Pierre y Logan que esperaban abajo.

El estadounidense optó por un atuendo simple, una camisa blanca con un saco marrón encima y unos pantalones de un tono similar al mismo. Pierre quiso arriesgarse un poco más combinando una camisa estampada con puntos y un pantalón de vestir negro, mientras que Lando optó por una camisa blanca y pantalón beige, Oscar y Sergio se decidieron por un look monocromático, en el caso del mexicano, con algunas aplicaciones que le daban textura a la camisa.

Estaban listos y dispuestos a pasar una noche agradable.

Al llegar al casino, lugar de la fiesta, fueron recibidos amablemente por el personal en la entrada y tuvieron que esperar un poco antes de que, cual quinceañera, Charles arribara al evento ante la mirada de todos. Fue recibido con aplausos y gritos de felicitaciones, era una buena victoria.

En cuanto pasaron algunas horas, el grupo de amigos se fue disolviendo cuando cada uno encontró distintos puntos de interés. Pierre estaba algo tomado y se atrevía a discutir con un mecánico sobre el tiempo de pits de Ferrari, mientras que Logan bailaba con sabrá dios quién. 

Por instrucción de Lando, Oscar se había quedado un poco alejado de Sergio y su amigo, los únicos que no se habían separado. Por el carácter del australiano, en realidad estaba solo en una mesa, sosteniendo en sus manos un vaso de wiski y mirando atentamente la interacción de esos dos.

—¿Cómo te sientes?— Norris estaba junto al pecoso, preguntaba aquello porque dicho ya lucía un poco mareado gracias al alcohol.

—Agh... Llevaba mucho tiempo sin hacer esto. Creo que estoy perdiendo práctica.— Sergio masajeó sus cienes. Hubo un momento de silencio entre los dos, dejando que solo el ruido de la música y la eventual gente gritando los acompañara. 

—Checo.—El mencionado solo gruñó dando a entender que lo escuchaba —Estoy enamorado de ti.

Algo se detuvo en el tiempo. En alguna parte del cuerpo del pecoso una cosa se movió. Abrió los ojos de inmediato mirando a su amigo frente a él.

—¿Qué cosas dices? No seas tonto.— Una risita nerviosa —Es el alcohol, te entiendo. También he dicho cosas sin sentido estando toma...

—Sergio, estoy enamorado de ti desde hace años.— El inglés recalcó su postura con total seriedad, atreviéndose a tener un contacto visual firme con el pecoso.

—No. Cállate.— Porque no podía ser. Todavía se sentía muy lastimado por el abandono de Max, ni siquiera estaba seguro de haberlo superado cuando lo primero que pensó ante esas palabras fue en el rostro del rubio —Voy a fingir que no te escuché y voy a ir al baño. Cuando salga vamos a fingir que nada de esto pasó.

Se puso de pie pero el mareo hizo que sus piernas temblaran y casi cae, siendo sostenido por Lando y quedando peligrosamente cerca de él. Se miraron por un instante, al menos el suficiente para que algo en Oscar lo obligara a escapar de ahí, pero Sergio no dudó en empujar a Norris para librarse de él.

En el baño, Checo se lavó la cara y miró su reflejo. Lando no podía estar enamorado de él, solo habían sido amigos por unos meses ¿De dónde sacaba que llevaba años? Aparte, era imposible que un sentimiento real hubiese surgido de algo tan corto, porque Lando no era Max, porque el único hombre que le había conocido tanto desde el primer día fue él y aún con eso tuvo el valor de dejarlo atrás.

Dudó en salir del baño, especialmente cuando al dar el primer paso fuera notó que el crespo le esperaba y se acercaba peligrosamente rápido a él, pero simplemente no quería hablarle ahora.

—¡Hey! No esperaba que vinieras— De la nada, un Charles con peluca de payaso se apareció frente a él, como si el universo lo hubiese enviado a evitar una muy incómoda situación —¿Y tus amigos? Creo que también debían venir ¿No?

Sergio inspeccionó el entorno distraído, de un momento a otro Lando ya no estaba en su rango de visión y, aunque le asustaba, prefería no tener que lidiar con ese detalle ahora.

—¿Se te perdió alguien?— El monegasco también volteó a todos lados.

—¿Eh?— Por fin puso su atención en el piloto de Ferrari —¡No, no! Solo buscaba un, bueno, eso no importa.

—Sí me diste suerte, chico. Gracias, gané la carrera por ti.— Charles levantó una mano para chocar los cinco y a Sergio le pareció muy tierno.

—Sergio, me llamo Sergio.— Y le regaló una bonita sonrisa.

Corruption | ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora