Capítulo 47

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Advertencia: Este fokin capitulo contiene narraciones +18.

—Por favor llévame a casa, Maxie.— Mencionó, acurrucándose en aquellos pectorales firmes.

El rubio conducía de vuelta al hotel en el que se quedaban, Sergio había insistido en mantener sus manos unidas y se había recostado lo mejor que pudo sobre su hombro. Max no era un piloto profesional, así que con esas limitaciones no iba tan rápido.

Por alguna razón a Sergio le parecía jodidamente sexy verlo así. Totalmente de negro con la mirada al frente y la luz de las calles iluminando su rostro, haciendo cambios y conduciendo el volante hábilmente.
Sin querer su mirada fue a dar a las piernas de Max, verle manejar tan bien los pedales acabó por arrancarle un pequeño suspiro, y su mirada se arrastró a la entrepierna del rubio.

Podía sentirlo todo en ese momento y cayó en cuenta de que hacía casi un año que se mantenía en abstinencia por voluntad propia y ahora tenía al dueño de sus fantasías y eventuales sueños húmedos a un lado, que podía sostener sus manos otra vez y tocarlo todo lo que quisiera.

Comenzó a acariciar la piel de sus manos con sus dedos pero pareció no recibir respuesta de él, le dirigió miradas que fueron ignoradas por completo y acabó por ser molesto para Sergio.

Max bajó del auto pero Sergio no quería, el rubio dio la vuelta y abrió la puerta del copiloto —Tienes que dormir, no estás del todo bien. También debo ayudarte con los cables.— Sergio le ignoró y bajó, pero se quedó de pie junto al auto, cruzó los brazos, Max suspiró pesado —Sergio.— El pecoso se fijó en su mirada, era tan profunda, tan intensa, entonces se dio cuenta de algo que tontamente había ignorado antes. Se acercó a él intentando acariciar su rostro pero de repente ya estaba sobre uno de los hombros de Max cual saco de papas —No tenemos toda la noche.

Ya en la habitación, Max puso a Sergio sobre la cama. No fue demasiado agresivo ni tampoco lo dejó caer, pero definitivamente no había delicadeza en el gesto. El pecoso se quejó pero Max lo ignoró de nuevo. Iba a darse la vuelta y retirarse a cualquier esquina de la habitación, pero fue detenido por la mano de Sergio sobre su muñeca.

—Estás celoso, Maxie.— Se rió y se puso de pie repasando sus dedos en el antebrazo del contrario —Besé a otro tipo y eso te molesta tanto que no sabes cómo controlarlo.— Esa sonrisita coqueta se dibujó en sus labios y dirigió las manos del rubio hacia su cintura —Y sin embargo te portaste tan bien, lo viste poner sus manos sobre mí y solo observaste ¿No te molesta que me tocara de ese modo?— Sergio guiaba los dedos de Max sobre su cuerpo. Recorrían su cintura, su cadera y abdomen, le gustaban las firmes manos del neerlandés. Sus bocas se buscaban y se repelían al mismos tiempo, sentía la respiración de Max sobre su nariz.

La mirada del rubio se posaba sobre los ojos de Sergio, se mantenía sereno, firme, como si de verdad no le importara que su Sergio hubiese besado a ese maldito, como si mentalmente no hubiese vomitado bilis al verlos tocarse con tanta confianza, como si ese beso en el dorso de la mano de Sergio no hubiese despertado en él las ganas de mandar todo al diablo en ese momento.

Sergio era suyo, su cuerpo, su alma, quería poseer todo de él.

En un momento el pecoso ya se encontraba en la cama, sobre él estaba Max y esa mirada tan imponente que le obligó a soltar un suspiro. El rubio tomó el mentón de Sergio con firmeza y sacudió suavemente.
—¿Celoso? Si no tuvieras un plan tan elaborado en manos, lo de esa botella no hubiese sido solo un calmante.— Acarició su mejilla con el pulgar, delineó sus labios con el mismo —Quiero besarte hasta que estés seguro de que eres tan mío como yo soy tuyo.

El pecoso no esperó más y fue él quien besó primero a Max. Aquellos besos estaban completamente lejos de lo delicado, la sutileza ni siquiera se había perdido porque no había abordado en ellos. Sergio dirigió ese agresivo contacto y la necesidad de tener a Max pronto le obligaban a ser frenético, brusco, a buscar con sus manos y tocar cada parte de él.

Corruption | ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora