Capítulo 36

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—¡Muy bien!— Susie había parado el cronómetro al ver el coche de Sergio cruzar la línea de meta, su emoción era genuina.

Ellos habían hablado días antes y acordaron una fecha de reunión, en dicha, hablaron sobre fechas de prueba para dejar al mexicano conducir un auto de los suyos y era lo que estaba haciendo ahora. Un fórmula dos de la escudería Williams era conducido con total seguridad por las complicadas rectas y curvas del pequeño autódromo de entrenamiento en Alemania y el pecoso estaba demostrando que definitivamente tenía todo lo necesario para enfrentarse a esos 350 kilómetros por hora. Era cuestión de pulirlo un poco más y seguramente sería imbatible, tenían un talento bruto enfrente, los Wolf no iban a dejar que se les fuera de las manos.

—Tienes buen ojo.— En la sala de descanso, Toto apareció junto a su esposa mientras en los monitores se leían las telemetrías del mexicano, ella sonrió.

—Por eso yo soy la guapa e inteligente y tú... Tú eres mi marido.— El hombre le sonrió abrazándola por la espalda y ella se dejó agasajar —Es bueno, es excelente. Dijo que corría en la calle, y en las simulaciones de Mónaco lo hizo casi a nivel de Bianchi. Si puede soportar ese nivel de fuerzas G...— Susie giró aún en los brazos de su esposo —Toto, Sergio podría darnos un campeón, pero depende de ti apostar por un completo desconocido.

El hombre miró a los ojos de su esposa y pensó por un momento —Tuviste razón con Leclerc, esta vez confiaré en tu criterio. 

Susie sonrió y ambos se dieron un corto pero tierno beso. Más allá de ser esposos también eran un equipo perfecto que sabía trabajar en conjunto, y claro, el señor Wolf podía estar un poco influenciado por el encanto de su esposa.

Sergio apareció por la puerta ya cambiado para poder irse, pero en el fondo todavía podía sentir la adrenalina corriendo por sus manos. Había montado en un F2, en toda su vida jamás pensó ni aspiró subir a un F2 y ahora lo había conseguido y lo había amado.

—¡Checo!— Susie le alcanzó seguida por su esposo —¿Qué te pareció el coche? ¿Estabas cómodo?

—Bueno, es genial. Quiero decir, es emocionante correr a esas velocidades, pero para ser honesto, creo que tienen cosas que mejorar en el coche.— El gesto de confusión de la mujer le alcanzó y respondió para aclarar la duda —Tiene demasiado sobreviraje, por eso es peligroso entrar y salir con seguridad de las curvas que son más rápidas, pero en recta y en curvas lentas va bien, es un F2, después de todo.— Sonrió formando una línea.

Toto arqueó una ceja cruzando los brazos y miró al muchacho de pies a cabeza. No le tenía la misma confianza que su esposa, pero si ella decía que tenía talento, lo tenía. —¿Y cómo arreglamos ese sobreviraje?

—Corrigiendo el balance, por supuesto. Si calibran de mejor forma la parte trasera del coche, la carga se distribuirá uniformemente.— Sergio no tenía idea de que en ese momento estaba respondiendo una pregunta trampa de Toto y que había conseguido responder bien.

El mayor solo le miró de nuevo, frunció los labios y asintió levemente. —Te llamaré en un par de días. Tengo asuntos por resolver, pero necesito que estés al tanto de tu teléfono hasta entonces.— Checo asintió.

—Ahora corre porque el vuelo se programó para dentro de dos horas.— Susie le animó y el pecoso sonrió. Agradeció su estancia y los servicios de la compañía y se fue de prisa.

Al final, Sergio seguía siendo un estudiante y su vida seguía marchando en Mónaco.

Hablando de marchar, había una situación que estuvo eludiendo por días. No olvidaba las palabras de Lando, más bien, no podía. 

Resultó que el inglés había solicitado un cambio a otra de las universidades en el principado y ahora se había instalado en el lugar en un departamento bastante cerca al complejo de Sergio. No le parecía algo de lo que debía alarmarse, al final la zona estudiantil era pequeña, era normal que coincidieran porque también sus amigos vivían algo cerca unos de otros. 

Oscar había vuelto a California. Desde la fiesta hizo todo lo posible por no parecer evidente sobre sus sentimientos y cada vez que, por pura casualidad, coincidía con Logan, hacía lo posible por ignorarlo por completo hasta que pudo marcharse.

—Buenos días, Checo.— Camino a la escuela, Lando alcanzó al pecoso. 

—Buenos días.—Respondía seco, no quería voltear tampoco.

—Oye, quiero hablar de lo de la fiesta. Sé que me precipité pero de verdad fui honesto con lo que dije.

—Lando.— El pecoso se detuvo y suspiró pesado, aquello le molestaba —No quiero perder la amistad que tenemos, así que por favor solo finjamos que nada de eso pasó ¿Puedes?— Los ojos café del pecoso se encontraron con los ojos olivos de su amigo —Por favor.

Para el inglés no era justo. Tantos años le había perseguido desde lejos, le había costado miles de chantajes y manipulación que sus padres por fin se mudaran a California y luego tuvo que perseguirlo hasta Mónaco, le había guardado ese lugar en él desde aquél diplomado de artes, ni siquiera se enojó cuando se enteró de que Sergio lo había olvidado, se esforzó muchísimo para tener el camino libre con él y ahora lo único que tenía a cambio era una amistad. No. No era justo.

—Está bien.— Lando suspiró y sonrió después —Supongo que tienes razón, en la fiesta estaba algo abrumado y hablé sin pensar, fui tonto.— Extendió su mano esperando poder estrechar la de Sergio y este siguió el gesto. A decir verdad, para el pecoso era como si un enorme peso se hubiese quitado de su espalda. —Tan amigos como siempre, Checo.

Ambos se marcharon entonces hacia la misma dirección, al menos hasta que tuvieron que separarse para ir en sentidos contrarios. Pocos pasos después, Sergio se encontró con Logan y Pierre, que no dudaron en alcanzarlo e ir juntos a la universidad. 

El francés no paró de hablar en todo el camino mientras que Logan parecía inusualmente callado y a Sergio le llamó la atención ese detalle.

—¿Por qué no has dicho nada? ¿Estás enfermo?— Ya habían pasado las primeras horas de clase y era momento de tomar una merienda, la situación con Logan no había sido diferente esa primera parte del día.

—¿No te pasa que de repente sientes mucha empatía con alguien que no conoces?— El rubio posó su mentón sobre sus brazos en la mesa.

—Bueno, por lo general no, pero ¿A qué viene la pregunta?

—Logan está enamorado.— Pierre se burló y recibió un manotazo del americano.

—No, déjate de tonterías. Para empezar, estoy preguntando sobre empatizar, no sobre amar. Si tuvieras un poquito de cerebro lo sabrías.

—Dios mío, que grosero.— El francés se defendió ofendido —Eso me pasa por querer ayudar a mis amigos.

Y el que no entendía nada era Sergio pero tampoco pudo preguntar más porque ese par comenzó a discutir igual que siempre y pronto fue hora de volver a clase.


...

Jeje, hola. 

Sé que dije que me tomaría un par de días pero estoy considerablemente mejor y la verdad quise aprovechar este arrancón de inspiración divina (Lo soñé) antes de que se me escapara algún detalle o lo ovidara.

No se preocupen que ando al 74 pq me falta uno de 26 pa andar al 100, ajúa. En otras noticias hoy (25) o mañana (Depende de cuándo lean esto) es mi cumpleaños, y quería aprovechar por si alguien también cumple años en estos días para decir felicidades.

Y aprovechando el sentimentalismo, también quería agradecer a cada unx de ustedes, queridxs lectorxs. Ustedes son los que hacen grandes las historias de esta plataforma y de verdad cada día hacen que sienta que estas cosas que escribo realmente son interesantes. Empezó como un medio de des estrés para mí y sin querer ustedes han construido una comunidad preciosa de lectores que se emocionan y lloran conmigo en cada una de mis letras. No los conozco, pero de verdad que los quiero mucho, gracias por voltear a ver a este pequeño autor y de verdad espero poder estarnos leyendo por mucho tiempo más.

Gracias infinitas a todxs. <3

Corruption | ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora