Era lo correcto.
Lo había dicho y ahora lo único que me quedaba era aguardar por una respuesta positiva, no podía confiarme y creer que ella iba a perdonarme así nada más.
Sí, fui un asco de persona al aceptar una jodida puesta como aquella, al aceptar lo que sea que tuviera que involucrar su corazón; esta mujer no merece más que amor, más que cuidado y protección y joder, daría mi vida por ella si fuese necesario.
No he mentido cuando he dicho que la quiero, con un nudo en la garganta aguardo a que ella emita algún comentario, me ha dejado roto, me ha dejado completamente vacío, sin saber qué decirle.
— ¿Es esto lo que valgo para ti? ¿Una jodida puesta? ¡Eres un malnacido!
— Ruthe, Tú sabes muy bien que no es así, si te lo he contado es porque...
— Me lo has contado porque tienes el tiempo encima y por qué sabes muy bien que esos amigos tuyos no son confiables y que en cualquier momento me los voy a topar y te van a dejar embarrado con tu mierda. ¡Me lo has contado por miedo de que alguien se te adelante!
— Ruthe, por favor, escúchame...eso no es...
— No tengo nada que escucharte, no tengo por qué escucharte y no tengo por qué seguir aquí.
— Ruth, no lo hagas, por favor. Ruthe, escuchame cinco minutos, solo eso dame, por favor, no me dejes. Dame la oportunidad...
Ella abre la puerta del carro y sale por la otra puerta escapando de mí.
Escapando de lo que tenemos, de lo que somos, de lo que estamos construyendo. Ella escapa de lo que siento por ella, de mi y de mis estupideces, de mi constante deseo de sabotearme.
¿O es que acaso me he equivocado y el único que la amó?
¿Fui yo?
¿Es que acaso el único que se enamoró de esta jodida manera?
¿Soy yo el único que no puede dormir sin pensar en ella?
Ella, Ruthe Mila es mi jodido último pensamiento cada vez que me duermo.
¿Que qué carajos me hizo para quererla así tan pronto?
¿Cómo es posible amar tanto a una persona cuando ni siquiera sé cuál es su color favorito?
¿Cómo es posible que sienta que la conozco de toda la vida, que siento que es mi complemento cuando apenas tenemos un par de semanas viéndonos?
No entiendo nada y aún así no quiero perderla.
Quiero tener el tiempo de entenderla y de entendernos a ambos.
Si, la cagué con la apuesta, pero me estoy esforzando, jdoer, quiero mi segunda oportunidad.
¿Acaso no hablaba eso ella hace menos de diez minutos?
— Ruthe, porfavor — le digo saliendo de coche, — He sido honesto. Ya no hay nada más, no te oculto nada. Te he dicho que te quiero. No te estoy mintiendo. Te quiero, maldición.
— Sin embargo, Joseph, eso no es suficiente, porque me has mentido, me utilizaste para ganar una jodida puesta. ¿Crees que de ahí nace el amor? ¡El amor no nace de mentiras! — ella grita y tengo que aguantarme las ganas de abrazarla mientras veo como sus hombros tiemblan y las lágrimas bajan por sus mejillas— ¡me utilizaste! ¡jugaste conmigo! Sabiendo,...Sabiendo de las cosas que mi familia me había hecho. Las cosas que Cristóbal...— ella sacude la cabeza y se seca las lágrimas con fuerza, me siento como el más desgraciado de todo el mundo, he roto su corazón—. Sabiendo por lo que he pasado y por cómo me han utilizado las personas a mi alrededor, las personas que creí que me querían y aún así, tú fuiste uno más del montón, fuiste uno más que se burló de mis sentimientos. Uno más que se aprovechó de lo tonta y crédula que soy.
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Una esposa para francés
RomanceRuthe Milá Es una joven de pelo oscuro como la noche, ondulado y largo hasta lo bajo de su espalda. Sus ojos, son de un hermoso verde color esmeralda y posee un cuerpo curvilineo, para muchos el tan nombrado "Talla Plus" Para sus amigas, es la gord...