Tenía que darle una respuesta no podía quedarme en Francia durante mucho tiempo más, tenía un vuelo comprado, un boleto de regreso con mi hermana esperándome; con mi mejor y única amiga deseando verme; con un trabajo al cual regresar, uno que amaba realizar, uno por el que me había sacrificado durante demasiados años para poder tenerlo, yo no podía simplemente abandonarlo todo y quedarme en Francia confiando en que todo iba a resultar bien con Joseph Bourdeau.
Creyendo que cada una de sus palabras iban a perdurar durante el resto de la vida de ambos
Por supuesto que yo deseaba creerlo, deseaba creer y confiar en sus palabras como deseo seguir respirando.
Sin embargo, jamás en su vida me había pasado algo similar, nunca nadie me había dicho que me amaba, que quería tenerme en su vida, que deseaba permanecer a mi lado sin importar que; nadie me había abierto y sincerado tanto conmigo. Nadie me había dicho que estaba dispuesto a intentarlo.
Con mis 28 años nunca nadie había sentido lo que él siente por mí.
Nadie se había atrevido a amarme.
Nadie se había atrevido a entregarme su corazón en una bandeja de oro como lo ha hecho él esta noche.
Miro el techo de mi habitación, la misma habitación que era de mi madre cuando aún estaba con vida; todos sus álbumes, cuadros, recortes de periódico, murales en las paredes, todo estaba intacto, es como si nunca se hubiese ido.
Todo está pintado de un color blanco colonial, con un clóset de madera externo totalmente antiguo y vintage.
He puesto la poca ropa que he traído allí, pero mi abuela me ha conseguido un centenar de ropas, que sé que jamás me voy a colocar, pero que aun así, no he tenido corazón para decirle que no me regale nada más.
Me siento tan bien aquí con ellos, que me duele el alma tan solo con pensar en regresar a Canadá.
Pero tengo que hacerlo, tengo que volver.
Nasha me necesita.
Aún es muy joven para entender que no estamos emparentadas y que muchas cosas podrían cambiar entre nosotras una vez que yo decida encarar a su madre.
Deseo hacerlo, no por mí, no porque ella pueda darme algo de dinero, porque sé que no lo tiene, sé que no tiene ni una pizca de la herencia que mi padre me dejó, sé que es una mentirosa de mierda y narcisista patológica, una que jamas se arrepentirá de haberme usado como su alcancía. Ella agotó hasta el último séptimo que mi padre me dejó y eso me lo iba a pagar.
Con ese pensamiento me quedé dormida sin darme cuenta.
La venganza jamás había entrado entre mis planes, sin embargo, al despertar al día siguiente, el primer pensamiento fue enfocarme en lo positivo, y ese positivo era mi nueva familia y quizás una oportunidad que jamás nadie me permitió tener.
Una relación con un hombre espectacular que dice quererme aun sin palabras claras y que dice estar dispuesto a siempre ser honesto, que me quiere tal y como soy, que no ha intentado decirme en ningún momento que debo de comer lechugas para adelgazar. Que no me ha comparado con mi amiga, con mis hermanas, como hacía Cristóbal, o con cuanta mujer le pasara por en frente.
Se me hace un nudo en la garganta mientras me coloco el vestido de color blanco y me subo el zipper que está de lado derecho.
Me miró al espejo y contemplo que probablemente ha adelgazado unos 5 kilos desde que supe que Amanda no es mi madre biológica.
Sin embargo, no lo había notado puesto que había estado ensimismada entre el intento de suicidio de Sole y los descubrimientos fatales sobre mí procedencia.
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Una esposa para francés
RomanceRuthe Milá Es una joven de pelo oscuro como la noche, ondulado y largo hasta lo bajo de su espalda. Sus ojos, son de un hermoso verde color esmeralda y posee un cuerpo curvilineo, para muchos el tan nombrado "Talla Plus" Para sus amigas, es la gord...