CAPÍTULO 19

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                                                                                                                                                               Ella sigue de pie.                                        Lo que a ti te molesta es que hasta en un punto débil es más fuerte eres tú.

                                        Lo que a ti te molesta es que hasta en un punto débil es más fuerte eres tú

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Evelyn Hazel

Qué pasaría que de un día para otro estás en el suelo desmayada e inconveniente por la pérdida de sangre donde me corté mis venas para no sufrir más, sabía que no podía aguantar más ver Alaric haciendo cosas con mi cuerpo donde me abusaba sexualmente como físicamente donde me drogaba con su nueva droga en mi sistema.

"Lo siento demasiado Darius querido esposo mío pero no mantuve mi promesa de sobrevivir a esta casa de mierda, solo imaginarme que te vi frente a mí hablándome fue una herida clavada a mi corazón"

Estaba en un sueño profundo donde me imaginé a Darius a mi lado sonriendo felizmente como una familia feliz y tranquila hasta que escuché un disparo viendo a Darius con una herida en su pecho, cayendo al suelo viendo cómo su corazón dejó de latir tan rápido que lo único que hice fue llorar mientras lo abrazaba.

Me desperté rápidamente por el sueño que había tenido, veo una habitación de color café, era una cabaña al girar mi cabeza veo la caída de suero en mis manos, estaba arriba colgado eran dos uno tenía sangre pero estaba vacío y el suero no porque todavía tenía la mitad.

Eso quiere decir que no pude morir y otra vez estoy en las agarras de Alaric, mis lágrimas empezaron a salir por la pena de no ser libre.

La puerta se abre pero no me importa quién entraba ya que estaba nuevamente en esta prisión de mierda.

—Por qué estás llorando mi amada mía —habla una voz gruesa haciendo me voltear rápido viendo a mi esposo frente a mi.

—Darius...

Mis lágrimas empezaron a salir más rápido viendo a mi esposo frente a mi no era un sueño era real estaba aquí hablándome para no imaginar lo.

—Si soy yo el mismísimo Darius, estuviste 2 días durmiendo así que tranquila estás a salvo tienes que recuperarte por la sangre que perdiste, pero no fue tan grave la verdad te traje tu desayuno debes tener hambre.

Veo la bandeja en sus manos cuando llega a mi lado sentándose en la cama, dejo la bandeja a mis piernas cuando mi estómago soltó un gruñido de hambre.

—Pensé que no volvería a verte y no quería sufrir más que tuve que hacerlo —dije refiriendo me al corte de la muñeca.

—Tranquila ya estás a salvo y contigo jamás sufrirás porque te cuidaré como de lugar —sonríe un poco y me limpia mis lágrimas lo abrazó un poco antes de empezar a comer.

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