CAPITULO 10

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Evelyn Hazel

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Evelyn Hazel

No sabía en qué momento pasó todo rápidamente del accidente que mi cuerpo cayó al suelo cuando Maximiliano me había agarrado para no golpear mi cabeza al suelo, solo podía escuchar voces y eran las de él y no se con quien estaba hablando pero cuando volví abrir mis ojos estaba en una camilla avanzando a toda velocidad no se a donde pero podía ver que estaba preocupado demasiado.

—Diga al personal de urgencia que necesito una operación ahora está perdiendo mucha sangre no puedo perderla ahora! —Grita.

—Doctor Smith la doctora Daniela dice que lo está esperando para la operación de Evelyn tiene el pabellón todo listo.

—Perfecto, quiero que todo el personal que me ayude a esta operación sea importante.

Mi visión se estaba empeorando eso quería decir que me estaba muriendo y no pude decirle a Darius que me estaba enamorando de él, quería muchas cosas decirle pero ahora no se podrá.

Lo siento demasiado Darius Beaumont, pero perdón por no decirte cuanto te quiero demasiado.

Mis ojos empezaron a cerrarse por sí sola ya que no pude despedirme de él, todo se volvió negro para mi visión.

En mi sueño a mis 8 años.

Estaba caminando por el jardín de mi casa sonriendo alegremente junto a mi madre quien me ayudaba a cortar las rosas que tanto me gustaban era hermoso y miro a mi madre.

—Madre porque siempre las rosas se marchitan tras cortarse no deberían marchitarse —Comente mirando cada una de ellas ya cortadas.

—Hija si tu cortas la rosa estás matando la vida de ellas, por eso ellas nunca se marchitan cuando están en la tierra por una vez cortada, las rosas pueden durar pocos días o semanas, pero nunca durarán siempre.

—Ya veo madre, por cierto porque papá siempre llega de noche y nunca está con nosotros, odio que este alejados de nosotras —Comenta triste.

—Así es la vida de un trabajador lo entenderás cuando seas grande por ahora disfruta con tu madre que te quiere mucho y quiere lo mejor de ti.

—Algún día seré doctora y podré curar tu enfermedad mamá porque eres importante en mi vida.

—Serás una gran doctora y conocida a donde sea que estés querida hija.

—Ya verás que te pondrás orgullosa de verme lograr el sueño que quiero.

—Seré una madre feliz de verte lograr ese logro, mejor vamos adentro ya tenemos muchas rosas para ponerla a la casa —Se levanta.

—Vamos mamá, mi padre está por llegar así podemos dejar las flores en toda la casa ya papá le encantará.

A mi edad de 8 años era difícil porque tenía una vida arriesgada por lo que trabajaba mi padre que no se a que se dedicaba pero siempre volvía tarde.

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