CAPÍTULO 28

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Evelyn Beaumont

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Evelyn Beaumont

Alemania - Berlín

Me había asustado demasiado y tuve que mentirle a mi esposo que solo me había caído algo mal en mi estómago, pero por ahora lo mantendrá en secreto por ahora hasta que pueda confesarle la verdad, tenía miedo porque tarde o temprano se dará cuenta porque mi vientre empezará a crecer y se notará con el tiempo.

Estaba de espalda mirando hacia la ventana con mis ojos cerrados para poder dormir bien para un nuevo día hasta que siento unas manos alrededor de mi cintura abrazándome atrayendo hacia mi esposo quien estaba detrás de mí, sonrió al sentir como me agarraba para que no me escapara de su lado después me sentía muy segura que después me quede profundamente dormida.

Me desperté por el rugido del hambre que me estaba dando abro mis ojos lentamente agarré mi teléfono y veo la hora marcaban las 5 de la madrugada, me levante con cuidado soltándome de las garras de mi esposo Darius, salgo de la cama y caminó hacia la puerta volteando viendo como dormida profundamente como un bebe, saligo de la habitación cerrando con cuidado y caminó por el pasillo hasta llegar a las escaleras para bajarla con demasiado cuidado.

Tras llegar a la cocina prendo la luz solo de la cocina, camino hacia el refrigerador y al abrirlo busco algo para comer me doy cuenta que veo una crema batida con frutillas la saque y cierro el refrigerador y busco el pan empiezo hacer unas tostada, al ver que estaba lista mis tostada empiezo a preparar mi antojo primero puse en el pan la crema batida con frutillas y al ver mi plato sonrió.

Empiezo a comerlo con tanta ansiedad que lo encontraba demasiado rica que mi paladar lo disfrutaba demasiado dándome cuenta que la saliva me caía demasiado porque era como si nunca hubiera comida algo tan sabroso.

—¿Qué haces a estas horas despierta mi amada? —habla detrás de mí soltando un grito, casi ahogándome por lo que estaba tragando.

Al voltear dándome cuenta que era mi esposo seguía tosiendo hasta tomar un sorbo de agua que él mismo me había pasado mirándolo y tras tragar todo bien.

—Joder no me asustes así —lo miro agitada.

—Lo siento por asustarte, pero desperté y no te encontré en la cama y vine a buscarte hasta que te encontré en la cocina aquí comiendo tostada con crema batida y frutillas encima —levanta una ceja mirándome.

—Si me dio hambre así que vine aquí en la cocina por hambre así que ya casi termino, pero ¿quieres probarlo? —pregunto.

—¿La tostada con crema batida y frutilla? —me miraba.

—Si es que quieres digo yo —comento.

—Por ahora paso a comer eso querida esposa mía —dice.

Asiento y vuelvo a probar nuevamente la tostada como si nunca hubiera comido me gustaba demasiado era demasiado sabrosa hasta el punto que Darius me miraba raro.

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