Capitulo 16 ✞︎Cᴇʟᴏs✞︎

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༒︎

𝐄𝐋𝐈𝐀

Pasaron tres horas desde que subí en mi jet privado, volando hacia Francia. El abuelo y Lexie me esperan, porque iremos por mi padre. Intento ponerme seria y no dejarme llevar por las emociones al recordarlo como siempre. Orgulloso, Egoísta, Hipocrita y Violento, esas cuatro caras lo describen perfectamente.

Recuerdo muy bien el día en que lo ví por primera vez golpeando a mamá y yo no pude hacer nada.

Yo llegaba de la escuela; ese día era muy importante para mí. Aprove el examen de arte; estaba feliz que esperaba llegar cuanto antes en casa para contarle a mamá y a papá.

Marco, el chófer pasó por mí solo; me pareció raro porque mamá siempre venía con él a esperarme en la salida.

Cuando llegamos a casa, no esperé que el señor Marco abriera la puerta para mí; solo bajé y fui corriendo hasta dentro de la casa. Atravesé la sala y el living con rapidez; con mis piernas cortas subí las escaleras; ya estaba llegando hasta arriba. El último escalón. Un ruido fuerte, que hizo temblar mi pequeño cuerpo y mi corazón también temblará... Con terror me acerqué a la recámara de mi madre; la puerta estaba entreabierta.

Con miedo de ser vista, espíe desde la puerta sin poner un pie dentro de la habitación. Mi corazón latiendo con fuerza azoma mi cabeza, aprieto mis ojos cuando escucho a mamá gritar y pedirle que pare. Pero a quien yo no sabía que le pasaba, no lo sabría a menos que entrara y viera la pierna que la estaba lastimando.

Fue cuando lo descubrí. Mi padre se encontraba con su camisa desabrochada, con su cinturón en manos, azotandola en la cama. Mama estaba con la pijama puesta. Su favorita es una celeste clara. Pero dejaba de ser ese color replazado por un tono más fuerte y oscuro, un rojo brillante y empapando toda su espalda.

- ¡¿Que me dijiste? Eh!

Grita haciéndome sobresaltar, y hace que grite por cómo él sigue golpeando a mamá; la agarra del cabello, tumbándola al suelo... Se acerca a ella, le golpea la mejilla, haciendole sangrar la nariz y sus labios.

_ ¡Eres un maldito! ¡Maldito sea el día que me case contigo!

—¡Cállate maldita estúpida!

Le empieza a golpear el estómago y todo su cuerpo. No pude soportar más y salí de mi escondite.

—¿Papa? —hable confundida, acercándome a ellos —¿Por qué lastimas a mamá?

—¡Lárgate, niña! —me grita fuerte, haciendo llorar—. ¡Vete a llorar a otra parte!

¡Con mi hija no te metas! ¡Basura! Eso lo eres, una basura.

— ¡Vas a seguir ladrando, perra!

—Lo haré si tengo que arriesgar mi vida, por mi hija lo haré —mamá se levanta apenas camina, me pone detrás suyo protegiéndome de mi papá. Con mis manos agarro fuerte su pijama sin querer que se aleje de mí. - ¡Te arrepentirás! Eso te lo juro.

El golpe en mi hombro me despierta a la realidad. Atlas me mira confundido, llamándome. Carraspeo mi garganta, queriendo parecer normal.

—Ya aterrizamos.

—De acuerdo, vamos —dijé para levantarme y caminar a la salida.

Ya abajo nos esperan, tres camionetas negras. Félix se adelanta al auto que me llevará a la mansión. Me abre la puerta, le agradezco y conduce hasta la casa.

—No quiero que mi abuelo y Lexie sepan de lo sucedido —ordené; no quiero preocuparlos porque tengo idea de quién pudo haber mandado a esos hombres en Berlín. El abuelo se pondrá como loco e intentará cazarlo de nuevo.

𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 𝐁𝐞𝐧𝐝𝐢𝐭𝐚 [EN CORRECCIONES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora