DELFOS 2

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La oráculo continuó, "Muy pronto me di cuenta de lo imposible que era, incluso con el acceso que tenía a la biblioteca. La información acerca de los dioses era escasa. Lo único que encontraba eran advertencias de que observar a un dios terminaría inevitablemente en la muerte si este se molestaba. Aunque también había encontrado un viejo escrito que decía que si eras lo suficientemente afortunado y, por cualquier razón, sobrevivías a observar a un dios sin su consentimiento, tus habilidades aumentarían. Esto, sin embargo, era poco probable porque incluso los dioses más débiles tenían una especie de escudo que contraatacaba a cualquiera que los quisiera percibir.


Esa idea de ganar poder al observar a un dios me tentó, pero también me llenó de miedo. No tenía el lujo de arriesgarme sin una estrategia clara. Sabía que cualquier error significaría mi fin. Decidí que si quería llevar a cabo mi venganza, necesitaba más conocimiento y una preparación meticulosa. Cada paso debía ser calculado y preciso.


Comencé a entrenar en secreto, perfeccionando mis habilidades de observación y meditación. Pasaba horas en silencio, tratando de sintonizar mi mente con las energías que nos rodeaban, esperando captar cualquier indicio de la presencia divina sin ser detectada. La nueva oráculo mayor y las demás no notaron mis esfuerzos, ocupadas como estaban con sus propias tareas y preocupaciones.


Mientras tanto, seguía con mis deberes habituales, asistiendo a las ceremonias y cumpliendo con las tareas que me eran asignadas. Cada día, mi odio hacia el dios del río crecía, alimentado por el recuerdo de mi hermana y la decisión que se vio obligada a tomar.


Pero pasó el tiempo, y la esperanza se desvanecía. Acabar con ese desgraciado por mis propios medios se volvía imposible, todo era un callejón sin salida. En uno de los días en que pensaba con qué dios podía comunicarme para que se encargaran del dios del río, apareciste tú.


La chica continuó, señalando a Teodoro, "Si no hubiera leído la información acerca de los dioses, no me habría percatado de tus peculiaridades. Llegaste temprano, siendo parte del séquito de Emporios. Fueron dirigidos a una de las salas usadas por falsos oráculos."


Teodoro la miró con interés, asimilando cada detalle que ella relataba.


"Recuerdo ese día," prosiguió ella. "Era temprano, y el templo estaba lleno de actividad. Emporios y su séquito, incluyendo a ti, llegaron buscando consejo y respuestas. Fuisteis guiados a una sala donde los falsos oráculos solían recibir a los visitantes, ofreciendo predicciones vagas y ceremonias teatrales para ganar la confianza de los crédulos.


Si no fuera porque para practicar mis habilidades fisgoneaba el destino de todos los que veía, no habría encontrado tu presencia, o mejor dicho, mi incapacidad de ver tu destino. Observándote desde las sombras, me di cuenta de que no eras como los demás. Intenté mirar tu futuro, pero no pude ver nada. 


Supe que debía acercarme a ti. Pero antes de acercarme, decidí poner a prueba mis habilidades. Tal vez no veía nada porque tenías un objeto que te protegía de miradas indiscretas, pero no podía creer lo que pasó después. Al intentar ver tu destino, sufrí una reacción adversa: mis ojos sangraron y mi cuerpo experimentó un dolor como ningún otro. Casi muero, y si no fuera porque estaba oculta, alguien podría haberse enterado de mis habilidades. Pero ese día fue uno de los más felices de mi vida. Poco después de que me recuperé del dolor, me di cuenta de que mis habilidades habían sido mejoradas, pulidas, templadas, como quieras decir, y la posibilidad de tomar venganza con mis propias manos volvía a estar ahí.


El castigo o la respuesta a intentar ver tu destino lo podría describir como ser golpeada por una gran cantidad de rocas. Tal vez no recuerdes, pero comiste en el banquete final que se celebró en la farsa de revelación de destino. Tomé los cubiertos y platos que usaste, junto con un retrato que solicité a una de las mejores artesanas que podía contactar. Lo anterior lo usé como medio para observar tu destino.


Cada intento de desentrañar tu futuro era un desafío que casi me costaba la vida, pero cada fracaso me fortalecía. Con el tiempo, entendí que tu presencia en mi vida no era una mera coincidencia.


La chica continuó con un tono más sombrío, "Después de mucho entrenamiento, me di cuenta de que debía detenerme. Observar tu destino estaba cobrando un alto precio en mi cuerpo. Aunque el destino no me mataba, por alguna razón desconocida, intuía que si continuaba, mi cuerpo colapsaría. ¿De qué servía mejorar si no podría vivir lo suficiente para alcanzar el nivel necesario?"


Hizo una pausa, como si reviviera esos momentos de desesperación. "Casi me rendí, renegué, maldije mi destino y culpé a mi propia debilidad. La venganza, que antes veía como algo alcanzable, se convirtió en una soga que tenía entre mis manos. Podía ver el final, el objetivo tan claro y tangible, pero mis manos simplemente no podían alcanzarlo."

Teodoro la observaba en silencio, comprendiendo la magnitud del sacrificio que había hecho y el tormento que había soportado.


"Me encontraba atrapada en una lucha interna," continuó la joven. "La venganza, que había sido mi razón de vivir, ahora parecía una carga imposible de llevar. Sentía que estaba a punto de perderlo todo, que mi cuerpo y mi mente no soportarían más. Pero incluso en mis momentos más oscuros, había una chispa de esperanza que me decía que no debía rendirme, no había muerto al romper el destino, no moriría sin matar a ese dios."


"Mis planes cambiaron en ese momento. Sabía que tenía que contactarte. Lo único que sabía con certeza era que eras parte del séquito de Emporios, así que mientras reunía toda la información posible sobre ti, empecé a preparar mi venganza de manera más meticulosa."


"Primero, reuní toda la información disponible en el templo sobre el dios del río: sus gustos, sus disgustos, sus comportamientos registrados... todo lo que pudiera ser útil. Tenía que conocer a mi enemigo mejor que a mí misma si quería tener alguna posibilidad de éxito."

EL HIJO DE MEDUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora