CAPÍTULO 16

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LUKE

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LUKE

UNA OLA DE REPUGNANCIA GOLPEÓ SU CUERPO, LAS SECUELAS DE TODO el asco que sintió fueron visibles en todo su ser, incluso en el brazo que sostenía a Backbiter. Un temblor furioso hizo que el filo de su espada deje un ligero corte en el cuello de Michael. La sangre manchó la hoja de su espada. Luke bajó un poco a Backbiter, evitando así que la sucia sangre de ese mestizo toque su piel al llegar a la base.

Michael estalló en jadeos y respiraciones agitadas. Sus manos temblorosas viajaron hasta su cuello. El corte no fue profundo, pero él actuó como si lo fuera, sujetándose el cuello como un desquiciado.

La mirada de Luke se posó sobre Rowan.

En todos esos días, Luke se encontró con distintos tipos de miedo en la mirada verdosa del heredero Ashford. Lo vio temerle a la oscuridad, a la forma en la que Chris azotaba la puerta al entrar y a los estallidos repentinos por el ruidoso desastre que siempre tenían los monstruos en el exterior. Sin embargo, Luke jamás vio ese miedo cuando era su turno de pasar y hablar con él. La osadía de Rowan jugó con sus nervios en cada visita. Rowan elevó el mentón, le mantuvo la mirada y respondió a sus preguntas.

Incluso si sus respuestas no servían para nada, Luke se concentró en la falta de miedo.

¿Por qué Rowan no le temía?

Esas dudas lo confundieron tanto como el miedo en Rowan cuando lo vio arrodillado y temblando en esa jaula, cuando comprendió que ese miedo trascendía muchas otras cosas. Más fuerte que el miedo a la oscuridad, Rowan se aferró a sí mismo con el miedo de perderse por completo, de perderse ante el toque de Michael. Ni siquiera fue capaz de observar a Luke, su mirada se mantuvo sobre el suelo todo el tiempo, mientras hacía lo posible para rodearse con ambos brazos y alejarse del borde de la jaula.

La respuesta fue clara.

La evidencia no dejaba lugar a dudas, desde la camiseta de Rowan, un poco más rota y sucia, hasta el botón sin abrochar en el pantalón de Michael. El asco que se apoderó de Luke excedió los límites. Supo que algo andaba mal allí abajo cuando un asustado y pálido Josh pasó corriendo junto a él en el pasillo. Su primera sospecha fue que una empusa lo había asustado, otra vez, pero el rastro de sangre que dejó Josh lo hizo cambiar de opinión.

Un rastro de sangre que lo llevó hasta la entrada del sótano.

La oscuridad no le había permitido ver a la perfección qué es lo que ocurría allá abajo. Lo único que logró ver fueron los bruscos movimientos de Michael para alejarse de Rowan.

—¿Hablarás o no? —gruñó.

—Esto es un malentendido —murmuró Michael—. Jefe, ese hijo de perra le arrancó un dedo a Josh. ¿No lo vio? ¡El pobre seguro quedará traumatizado!

Luke rodó los ojos.

—Si no es capaz de soportar un dedo arrancado, entonces no está listo para esta guerra —escupió. Se acercó con pasos lentos, Michael actuó como un perro asustado y listo para morder al primero que se acerque—. ¿Qué demonios sucedió aquí?

ANANKÉ, Luke Castellan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora