CAPÍTULO 19

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ROWAN

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ROWAN

LOS DÍAS SIGUIERON PASANDO CON UNA ÚNICA DIFERENCIA; ROWAN NO SENTÍA ni una sola pizca de fe. ¿Su error realmente fue tan grande? Aún no lo terminaba de entender. No le hicieron ninguna pregunta relacionada al Olimpo, jamás mostraron interés en saber sobre los dioses, ¿cómo debía saber él que esa información les sería útil? Esa era información que todos manejaban, incluso aquellos fuera del campamento. La desesperación por no contar con el apoyo de los dioses se extendió entre los semidioses de todo el mundo.

¿Cómo carajos iba a saber que todos allí en ese lugar lo desconocían?

Rezó, suplicó y se arrastró como tanto se negó a hacer, sintió asco de sí mismo, un asco nuevo y mucho más crudo que el anterior, cuando su cuerpo fue tocado de esas formas tan repulsivas. Sintió asco porque estaba dispuesto a seguir hablando, porque no sentía el amor por el campamento que creía sentir. ¿Era una mala persona por eso? No era un creyente, pero sabía que si el infierno realmente existiera, su alma estaría condenada a ese lugar.

Era un cobarde que deseaba regresar a los brazos de su madre y sus amigos. Era un cobarde que deseaba golpear a Percy Jackson en los testículos y hacerlo sufrir de la misma forma que él sufrió. Era un cobarde que deseaba poder borrar todos sus conocimientos del mundo divino, del campamento, de los dioses, de todo.

De absolutamente todo.

¿Habría una pócima para ello? ¿Sería alguien capaz de hacerle ese favor tan grande? Rowan pagaría cualquier precio, no importa qué tan alto, si eso significaba poder continuar con su antigua vida. Sería un estudiante normal, se graduaría, conseguiría un trabajo estable y luego tomaría parte del mando de la empresa de su madre. Sería el hijo modelo, sería el ciudadano modelo.

Tal vez conocería a alguien, se enamoraría y tendrían una familia. Jamás imaginó que tendría tantos deseos de formar una familia, ese sueño siempre le perteneció a Leo. Jason se autoproclamó como el tío inteligente, ese que le obsequiaría libros a sus sobrinos. Piper sería la tía genial, la que enmendaría los problemas de Jason y llevaría a sus sobrinos a costosas vacaciones por el Caribe. Rowan no participó en esas conversaciones, la idea era lejana, casi irreal.

¿Pero allí? Allí deseo una familia más que cualquier otra cosa.

Podía ser su soledad hablando, tal vez la desesperación o la idea de morir solo, ese pensamiento pudo deberse a cualquiera de esas tres ideas, el efecto fue igual; su miedo, su terror, todo junto.

Todo lo que lo llevó a vomitar la comida que Luke le había ofrecido.

Alcanzó a hacerlo en el asqueroso balde de metal.

Su estómago estaba vacío, otra vez, pero no tan vacío como su maltratado corazón. Cada latido era una tortura, cada latido era un golpe que amenazaba con derribar las murallas que Rowan colocó a su alrededor para defender su alma. Si esas murallas caían, no quedaría nada. Si esas murallas caían, Luke y sus secuaces, Michael, Josh, cualquiera podría tomar lo que quede de él.

ANANKÉ, Luke Castellan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora