PRÓLOGO

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LUKE CASTELLAN ESTÁ HARTO DE ESCUCHAR SOBRE EL DESTINO, lo ha hecho toda su vida, desde que aquella misión que marcó su rostro llegó a él

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LUKE CASTELLAN ESTÁ HARTO DE ESCUCHAR SOBRE EL DESTINO, lo ha hecho toda su vida, desde que aquella misión que marcó su rostro llegó a él. Confió en los dioses y en los azares del destino, confió en que, si seguía las órdenes de los más poderosos, su vida tendría algún sentido. Era a lo que podían aspirar los semidioses, ¿no? A una vida hecha para complacer a los dioses, nada más y nada menos que eso.

Una marca en su rostro, una cicatriz maldita que no se borraría con ambrosía o néctar, el rechazo de su padre, el desinterés de los dioses. Luke descubrió que si el destino que tanto esperaba iba a estar condicionado a seguir soportando esas faltas, entonces no lo quería, escupía sobre ese destino.

Sus intenciones eran claras; debía destruir todo lo que se fundó sobre el dolor de héroes como él. El Olimpo representaba muchas cosas para los semidioses, pero para Luke era la decadencia del poder, el abuso de los más débiles y la incapacidad de responsabilizarse por sus acciones. Conseguiría el lugar que le pertenecía con ese objetivo en mente, ser capaz de hacer las cosas mejores.

Porque él no se convertiría en ellos.

Uno de sus planes principales era atacar el Campamento Mestizo en la segunda semana de octubre, Percy Jackson se tomaría unas semanas libres de la Universidad y sería el momento ideal para que Luke lo atacara. Solo debía terminar con él, acabar con su vida antes de que pudiese echar a perder los planes de Cronos.

Con Percy Jackson muerto, Cronos regresaría a él. Juntos destruirían el Olimpo.

Desgraciadamente, el destino le enseñaría una vez más que es imposible escapar de los hilos dorados que cuentan la historia de su vida, sus decisiones y su final.

Los hilos dorados que también cuentan la historia de su corazón.

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ANANKÉ, Luke Castellan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora