Capitulo 7

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Narra Riley:

La ayuda y las palabras de Val me conmovieron bastante. La manera en la que me hizo sentir comprendida y segura era algo que solo ella podía lograr; y gracias a eso, pude regresar al juego renovada, como si fuera otra persona con la perspectiva renovada; y por supuesto que iba a cumplir con lo que le prometí, ganar este encuentro jugado a mi manera, alegre, apasioada y siendo una buena compañera.

La felicidad que me inundaba en ese momento era indescriptible, pues disfrutaba de cada paso, de cada vez que sentía mis pies deslizarse sobre el hielo, disfrutaba cada contacto con el puck, cada buen pase realizado y bien recibido.

Finalmente, después de unos 20 minutos, el partido se acabó, logrando anotar otros dos goles y asistir uno más. Todos corrieron a felicitarnos por nuestro buen resultado, mis compañeras de equipo se abrazaban unas a otras y todo era alegría.

Mis padres entraron al hielo felicitándome y abrazándome, Emilio y las otras chicas del equipo aparecieron y también me felicitaron, hasta que finalmente llegó Val.

Nos quedamos viendo por unos breves segundos hasta que ella habló —Hey, lo hiciste muy bien. Felicidades, Andersen. — me guiñó el ojo, pero yo inmediatamente corrí a abrazarla, porque gracias a ella pude terminar el juego de la mejor manera.

Un momento después llegó la entrenadora y se me acercó con una expresión de orgullo — Felicidades Andersen, bienvenida al equipo titular — me estiró la mano para que yo la estrechara. Yo me quedé pasmada y en shock por lo que acababa de escuchar. Estaba inmóvil, entonces entre todas mis compañeras me levantaron la mano haciendo que finalmente estrechara la mano con la entrenadora, haciéndome reaccionar y apretando el agarre.

—Muchas gracias, entrenadora. — estaba sumamente feliz.

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Me fui directo a los vestidores con mis compañeras, y aproveché el momento en equipo para disculparme con todas por mi comportamiento al inicio del partido.

Después me duché y me vestí, pero cuando estaba por salir, recibí una llamada de mis padres.

—¿Hola?, papá, ¿en dónde están? — contesté la llamada.

—Tesoro, estamos conociendo la secundaria, pero creo que nos perdimos un poco. — me expresó él con algo de preocupación en su voz — ¿Puedes venir a buscarnos?

—Claro, papá, ¿en que parte están? — pregunté tomando mi maleta, lista para salir

—Estamos en un campo de futbol — me dijo él.

—Vale, no se muevan, voy para allá — colgué y salí de los vestidores.

Comencé a caminar hacia la cancha y se me hizo extraño no ver a nadie en los pasillos, era cómo si a todos se los hubiera tragado la tierra. Después de unos minutos, llegué a la puerta que daba hacia la cancha y la abrí. En primera instancia no vi a mis padres, así que comencé a caminar hacia el interior de la cancha sacando mi teléfono para llamar a mis padres, cuando de repente...

—¡¡SORPRESA!! — gritaron muchas personas, haciendo que yo me sobresaltara.

Ahí estaban todos, mis papás, las chicas del equipo B, las chicas del equipo titular, Jordan, Emilio, otros chicos del equipo de futbol, la entrenadora y la directora.

Habían varios globos, una mesa con comida y un afiche gigante que decía "bienvenida al equipo, Riley". Me quedé inmóvil en el lugar, no me esperaba que me tuvieran una sorpresa.

Por la impresión, solté mis cosas en el suelo y de pronto Val salió de la multitud y se me acercó.

—Hey, campeona — me dijo Val - no te quedes ahí parada, ven que todos te estamos esperando — ella me extendió su mano y yo la tomé y comenzamos a caminar hacia la gente.

Siempre JuntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora