Capitulo 17

308 26 63
                                    

Narra Riley:

Despues de unos 20 minutos de camino, finalmente llegamos a casa de Val y nos quedamos en el porche observándonos. La noche era helada y cada minuto afuera estaba siendo mas difícil de soportar.

—Bueno, creo es mejor que entres, está helando aquí afuera. — le dije a Val mientras acariciaba sus brazos.

—¿Y tú qué vas a hacer? — me preguntó preocupada.

—No te preocupes por mi, llamaré a un Uber. — le dije y saqué mi teléfono del bolsillo de la chaqueta.

—Ni lo creas. Entra a mi casa y cuando Emilio venga, te iremos a llevar, ¿bien? — me dijo mientras metía la llave en la cerradura y abría la puerta.

—Pero... tus papás — dije con timidez y preocupación en mi voz.

Val soltó una pequeña risa. — Ellos no están. Hace rato me escribieron que se fueron para el cine y regresarán un poco tarde.— me dijo y yo me tranquilicé. Val terminó de abrir la puerta por completo y me invitó a pasar.

Su casa era cálida, sus paredes estaban pintadas de blanco, pero la decoración era muy colorida, pues tenían muchos cuadros alusivos al arte mexicano, paisajes y agrupaciones musicales de la época de los padres de Val.

Val me guio hasta la sala y me invitó a sentarme en un sofá grande que daba al frente de un gran televisor.

—¿Estas cómoda, preciosa? — me preguntó cuando tomé asiento.

—Si, Val. Te agradezco. — le sonreí con cariño.

A pesar de que ya estábamos dentro de la casa y que notablemente el ambiente era mucho mas cálido gracias a la calefacción, aún sentía mucho frío en mi cuerpo y se me hizo imposible no sentir una corriente helada atravesar mi cuerpo que me puso a temblar y abrazarme a mi misma, haciendo que Val lo notara.

—Estas temblando, Riley. — me miró preocupada. — Espérame aquí. 

Val salió de la sala y unos segundos después regresó con una manta. Ella se arrodilló para quedar a mi altura y con cuidado extendió la manta al rededor de mi cuerpo, haciendo que yo me sonrojara un poco ante su acto y cercanía.

—Creo que ya esta mejor, ¿No crees? — me dijo mientras acariciaba mis brazos de manera tierna, mientras me dedicaba una sonrisa cálida. Despues sus manos bajaron a las mías y las envolvió en las suyas.

—Tienes las manos heladas. — dijo.

En un movimiento rápido, subió sus manos hacia su boca y con su aliento les dio calidez.

Fue inevitable para mi no estremecerme ante la ternura de los actos de Val. Inmediatamente sentí como mi cara y mi cuerpo se inundaban de calor ante su toque reconfortante.

Val soltó mis manos y las envolvió con la manta, brindándome una sonrisa tierna. — ¿Te sientes mejor? — yo asentí en confirmación y le devolví la sonrisa. — Bien, espérame aquí, iré por algo caliente de beber.

Despues de unos minutos, Val llegó con unos chocolates calientes con malvaviscos y se sentó a mi lado entregándome una de las tazas mientras me envolvía con su brazo y yo me recostaba en su hombro.

Nos quedamos así por un rato, dándonos calor mutuamente y disfrutando de la cercanía de la otra, hasta que después de unos minutos llegó Emilio con la decoración.

—Hola, ¿Hay alguien aquí? — saludó Emilio mientras entraba a la casa.

—¡Hey, aquí estamos! — le dijo Val desde la sala.

Siempre JuntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora