Siempre Juntas

Capitulo 41 - El final de una historia de amor que nunca terminará.

Hola de nuevo, querido lector. Te informo que el presente capitulo contendrá partes subidas de tono y ya tu sabes qué hacer si no te gusta ese tipo de contenido jajaja. (Dejaré un anuncio antes de que comience dicho contenido).

Sin más que decir, disfruta de la lectura.

;)

[10.400 palabras]

.

.

Capítulo 41 – El final de una historia de amor que nunca terminará.

Narrador:

El tiempo pasó con rapidez, pues ya habían transcurrido casi tres años desde que Val y Riley cumplieron un año de noviazgo, un año que traía consigo el resultado de múltiples experiencias que, a decir verdad, ellas nunca se imaginaron vivir de la forma en que lo hicieron. Pues durante ese año Riley y Val se conocieron y formaron una linda amistad que después evolucionó a un romance que trajo consigo muchas nuevas experiencias para ambas, experiencias que las hicieron mejorar como personas, que las hicieron enfrentarse a cosas que jamás creyeron poder superar y en especial, a fortalecer ese lazo que las unió desde un inicio, confirmando así que la conexión que tienen, va más allá de cualquier obstáculo que se les atraviese en su camino.

Riley, quien para este momento tiene 18 años, ahora se ve mucho más alta y con una complexión mucho más atlética gracias al deporte. Su cabello rubio ahora se tornaba mucho más largo, pero para mayor comodidad, lo llevaba recogido en una coleta que dejaba entrever largas ondas que parecían brillar gracias al sol de verano que caía sobre ella. Sus ojos azules mantenían su característico brillo que reflejaba admiración por cada detalle del mundo y su sonrisa, que a pesar de que los años pasaban y la hacían más madura, no dejaba de transmitir esa chispa de emoción que nunca se desvaneció.

La rubia se había vuelto bastante popular gracias a su excelente participación en las Firehawks, ganándose el reconocimiento de todo el distrito e incluso, de todo el país, recibiendo a menudo numerosas ofertas de grandes equipos juveniles, quienes le ofrecían becas que podría darle una estabilidad económica por mucho tiempo, pero ella, se encargó de rechazar cada una de estas propuestas, pues en las Firehawks tenía algo mucho más valioso, un equipo que se había transformado en una familia y que en numerosas ocasiones la sacaron de grandes aprietos.

Sin embargo, las ofertas de equipos no eran lo único que la chica de ojos azules recibía, pues también se había vuelto bastante popular entre los jovenes de su edad desde que se convirtió en la capitana de Firehawks, robándose más de un suspiro por parte de chicos y chicas, quienes en numerosas ocasiones intentaron invitarla a salir o concretar algún encuentro con ella, pero Riley rápidamente los rechazaba, o su novia, Val Ortiz, se encargaba de ahuyentar a todos estos, en sus palabras, "buitres".

El día de hoy, Riley vestía una camiseta blanca sencilla y sobre esta, una camisa azul de cuadros, la cual arremangó y dejo abierta sobre la camiseta blanca. Sus pantalones eran unos jeans negros un poco holgados y los zapatos, sus típicos converse negros. En su pecho, resaltaban un lindo collar de cuarzo verde y un colgante en forma de corazón con la letra "V" grabado en él, y sobre su muñeca derecha llevaba una linda manilla de perlas donde se podía leer "Val".

La rubia iba recorriendo las calles de la ciudad notablemente más emocionada de lo normal, pues iba caminando directamente al centro comercial a finiquitar un asunto de vital importancia, un detalle para su novia, quien ya con 20 años, iniciaría hoy una importante etapa en su vida profesional y carrera deportiva.

Una vez entró en el centro comercial, caminó directamente a las escaleras eléctricas que la transportaron hasta el segundo piso, donde se dirigió directamente al final del pasillo, en donde estaba el local que buscaba. Este era un local grande, con decoración deportiva, más específicamente de hockey, que en su vidrio frontal tenía estampado un gran letrero en el que se leía "Hockey Store".