Capitulo 12

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Narra Riley:

Despues de un largo y tortuoso día, finalmente había llegado la noche. Me encontraba extendida sobre mi cama, entre la penumbra de la oscuridad y la suave luz de la luna que entraba por mis ventanas, creando una atmosfera nostálgica... y vacía.

Desde que tomé la decisión de cortar lazos con Val, todo se sentía vacío, todo.

Y tan profundamente doloroso...

Y entre las miles de cosas que me dolían, la que mas me pesaba era el ver su rostro lleno de confusión y angustia ante mi inesperada decisión.

Mi inesperada y cobarde decisión...

Y es que me llené de miedo y terror al pensar en que Jordan cumpliera su amenaza, pues el sabía perfectamente la posición ideológica de mis padres, incluso me atrevería a decir que la compartía.

Por algo mis padres lo adoraban, ¿no?

Tenían una manera tan extremista de ver todo lo que se saliera de lo que ellos consideraban normal.

Todo basado en un temor a lo diferente.

En un temor a desagradar a su Dios...

Uno que los orillaba a actuar de maneras incluso inhumanas, en especial a mi madre.

Me aterraba profundamente lo que ella podría llegar a hacer si su amado yerno le llegaba con rumores...

Mamá siempre ha adorado a Jordan, desde que lo conoció en aquella eucaristía en la que lo escuchó hablar sobre la importancia de mantener los valores de la familia tradicional, inmediatamente me lo presentó y casi que me obligó a salir con él... y logró después de múltiples invitaciones a casa.

Según ella, era el partido perfecto para mi.

"Es un chico con Dios en su corazón y entiende que agrada a Dios" — era lo que ella decía.

Debo aceptar que con el tiempo, Jordan se ganó mi cariño, pues al inicio era muy atento y detallista conmigo, pero después de hacernos novios todo cambió.

Mamá solo decía: "esas actitudes son normales en las parejas, vete acostumbrando".

Mamá tiene tan idealizado a Jordan, que me atrevería a asegurar de que cofia mas en su palabra que en la mía.

Y de ahí partía mi terror, de la influencia que tenía Jordan en mis padres.

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Ya habían pasado dos semanas en las que Val y yo no pasábamos de miradas cargadas de anhelo por acercarnos, pero ella respetó mi decisión y no me dirigió la palabra en ningún momento.

Y me frustraba lo doloroso que eso se sentía.

El ver que solo seguía de largo por los pasillos sin dirigirme la palabra, el ver que en los entrenamientos me ignoraba, el verla a lo lejos y que no se acercara a mi...

Mierda, ¿por que dolía tanto?, ¿por que mi corazón se sentía tan incompleto sin ella?

Pero era algo con lo que debía aprender a vivir de ahora en adelante, pues yo misma fui quien le pedí que se alejara de mi y que actuara tal y como lo está haciendo.

No tenía derecho a enojarme, es mas, es ella quien debería estar enojada conmigo, debería estar odiándome por haber sido una cobarde que ni siquiera había sido capaz de decirle el porqué de mi decisión, ni siquiera fui capaz de mirarla a cara...

El decirle cada palabra me quemaba por dentro y sentía que si tan solo la hubiera observado por un segundo a los ojos, no lo hubiera soportado y me hubiera lanzado a abrazarla...

Siempre JuntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora