Capitulo 28

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Narra Val:

A la mañana siguiente, Richard y yo salimos temprano hacia la secundaría. Riley debía quedarse en casa mientras que se solucionaba este embrollo, así que la dejamos con un teléfono para que nos llamara en caso de necesitar algo.

Estando ya en la secundaria, me encontré con mis padres y con Emilio afuera de la dirección, así que procedimos a entrar para anunciarnos y unos minutos después el secretario nos hizo pasar a la oficina de la directora.

—Bien, ¿estamos todos? — dijo la directora a punto de iniciar la reunión.

Noté que el padre de Riley no había llegado. —Bueno... — dije pensando en él, quien había prometido venir.

Pero de repente alguien tocó la puerta. Era el secretario de la dirección. —Directora Smith, disculpe, acaba de llegar el señor Andersen. ¿Lo hago pasar?

La directora me miró y yo asentí en confirmación. —Por favor, Ethan, muchas gracias. — le dijo la directora a su secretario.

Una vez entró el papá de Riley y saludó, la directora procedió a hablar. —Buenos días a todos. Les quiero presentar a alguien. — le hizo señas a una mujer que estaba sentada en una silla al costado de la oficina. —Ella es mi esposa, la Doctora Alessia Parker. Abogada, especializada en derecho penal y derecho constitucional. También cuenta con un doctorado en derechos humanos.

Aquella mujer se puso de pie y se acercó a nosotros con una amplia sonrisa. —Buenos días, es un gusto conocerlos.

La doctora Alesia era una mujer un poco más baja que la directora Smith, con cabello corto castaño y unos lentes negros que adornaban sus ojos color miel.

—Creo que es la persona mejor preparada para este caso. — comentó la directora Smith acercándose a su esposa.

La doctora Alessia se aclaró la garganta y comenzó a hablar. —Buenos días a todos, es un gusto conocerlos. — nos sonrió amablemente. —Mi esposa me estuvo hablado sobre el caso que enfrentamos y permítanme decirles que haré todo lo que esté en mis manos para que todos los criminales de ese internado terminen tras las rejas. — dijo, haciendo que todos la observáramos con atención. —Bien, lo que debemos hacer, antes que nada, es...

Nos comenzó a explicar un sin fin de cosas que se me hicieron difíciles de comprender por el vocabulario propio de profesionales del derecho. Pero sin duda alguna, esta mujer demostraba un gran dominio y seguridad en el tema, por lo que todos los presentes nos sentimos aliviados al estar en buenas manos.

En pocas palabras, nos explicó que mañana haría efectiva la denuncia junto con Riley para que la policía hiciera una redada en aquel Internado y lograran arrestar a todo el personal educativo para comenzar a interrogarlo. Después de eso, pasaríamos a un juicio en donde Riley debía presentarse a declarar junto con Sebastián, quien esperábamos que estuviera bien para que pudiera salir bien librado de todo esto...

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Una vez salimos de la dirección, el señor Andersen se acercó a nosotros un poco tímido.

—Señor Andersen... — dije en cuanto noté su presencia.

—Perdón... ¿podría ir a ver a Riley? — se rascó la nuca de manera nerviosa. — Me gustaría saber si está bien y poder hablar con ella.

Miré a mis padres y a Emilio, quienes me dieron a entender con su mirada que la decisión estaba en mis manos. Así que suspiré y miré al señor Andersen. —Sí, señor Andersen... — él se emocionó al escuchar mi respuesta. —Aunque debo decirle que, si ella no quiere verlo, yo respetaré su decisión y espero que usted también lo haga. — él asintió y nos dirigimos hacia la casa de Richard.

Siempre JuntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora