Capitulo 36

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Hola, lector de mi corazón. Permíteme aclarar algunas cosas sobre lo que vendrá a continuación:
En este capítulo habrán partes subidas de tono en el contexto sexual, así que si no te gusta ese tipo de contenido o eres sensible, te pido amablemente que te saltes esa parte (la cual anunciaré antes de que suceda).

Eso es todo. Disfruta de la lectura.

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Narra Riley:

Después de que ambas compartimos un momento sumamente romántico y especial dentro de la inmensidad y belleza del mar, decidimos salir del agua y quedarnos sentadas en la arena apreciando el atardecer.

El sol se comenzó a poner, brindándonos un espectáculo de tonos naranjas y amarillos en el cielo, los cuales se reflejaban de manera indescriptible sobre el agua, acompañados de la luz del sol que trazaba una línea luminosa desde el horizonte hasta la orilla, regalándonos un espectáculo único que parecía sacado de otro planeta.

Los colores cálidos de la tarde hacían que la piel de Val se tornara de tonos ámbar y que sus ojos cafés se vieran tan dulces y brillantes como la miel. Su cabello oscuro se movía suavemente con el viento, que, sumado a los colores del cielo, hacía que las ondas de su cabello brillaran en contraste con el movimiento otorgado por la brisa, dándole un aspecto artístico, incluso mas precioso que el mismo cielo, haciendo que no pudiera despegar mi vista de ella ni por un segundo.

Sin duda alguna, tenía que capturar este momento mágico obsequiado por los dioses, así que inmediatamente agarré mi teléfono y comencé a tomarle fotos a Val.

Val, al notar que le estaba tomando fotos, se puso un poco nerviosa. —¿Qué haces, hermosa? — me preguntó con una risa nerviosa, mientras intentaba hacer gestos con sus manos.

—Eres arte, preciosa, no te muevas. — le dije mientras experimentaba diferentes ángulos para las fotos.

Ella finalmente se relajó y se dejó guiar por mí para sacarle más fotos.

—Deberíamos tomarnos una foto las dos. — me dijo Val después de que le tomé varias fotos.

—Por supuesto. — le extendí mi mano para que se levantara y nos dirigimos hacia la orilla del mar, en donde nos tomamos varias selfies en las que quedamos abrazadas, haciendo caras locas y besándonos.

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Cuando finalmente comenzó a caer la noche, ambas nos dirigimos hacia la cabaña para tomar un baño y comenzar a preparar la cena.

Estábamos haciendo una pasta a la boloñesa. Mientras ella preparaba la pasta, yo me estaba encargando de darle sabor a la carne. Ambas nos involucramos en lo que hacía la otra para probar que tal estaba quedando, y sumado al hecho de que Val puso canciones latinas que ambientaban la noche, pasamos un momento realmente divertido y romántico.

Después de eso, arreglamos una mesa en la terraza al lado de la piscina, que con la luz cálida de unas velas y bajo la luz tenue de la luna, cenamos envueltas en una atmosfera cargada de romanticismo y afectuosidad. 

Mientras terminábamos con la cena, la música latina seguía corriendo, así que Val se levantó de repente y me estiró la su mano. —¿Me concedes este baile, preciosa? — me preguntó sonriéndome de manera encantadora.

—Val... pero yo no sé bailar. — le dije tímidamente. Y era cierto, tenía dos pies izquierdos.

—No te preocupes, solo deja que yo te guie. — me dijo aun con su mano estirada y con una expresión tierna que me hizo ceder al instante.

Siempre JuntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora