Extra 2 - Riesgo y deseo.

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Hola, querido lector. Antes de que comiences a leer, permíteme aclarar que en este Extra habrá partes subidas de tono en el contexto sexual. Así que, si no te gusta ese tipo de contenido, amablemente te recomiendo que te saltes este Extra :)

Sin más que decir, comencemos <3

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Extra 2 – Riesgo y deseo.

Narrador:

Después de la experiencia que Riley y Val vivieron en aquella cabaña cerca a la playa, elevaron su relación a nuevos niveles. Pues ambas chicas acababan de compartir un nuevo tipo de intimidad que no solo las acercó más físicamente, sino también emocionalmente, porque, al fin y al cabo, el sexo no solo se trata saciar deseos carnales, sino de confianza, conexión y amor.

Para ambas chicas, esto representó una nueva manera de demostrar y recibir amor a través del placer.

Cómo con una mirada lograban transmitirse todo el deseo que las invadía.

Cómo al recibir una caricia de la otra, su piel lograba erizarse.

Como un contacto de sus labios y lenguas lograba expresar más que sus palabras.

Como sus deseos más profundos tomaban el control sobre sus cuerpos cuando la distancia entre sus pieles era cortada.

Y por supuesto que ambas chicas tenían claro que estas nuevas experiencias sensoriales y placenteras recién estaban comenzando y que, por lo tanto, tenían mucho más por descubrir.

Y entre esas nuevas cosas por descubrir, estaba la curiosidad y excitación que les causaba el riesgo de sentir que lo hacían en un lugar prohibido, en un momento fuera de lugar y con tu verdugo a solo unos metros de distancia, separados por una delgada pared.

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El verano y las vacaciones estaban llegando a su fin, trayendo consigo una baja a la temperatura y el regreso a clases a la vuelta de la esquina. Así que Val y Riley, en busca de aprovechar el tiempo, decidieron pasar estos días compartiendo tiempo de calidad juntas, ya fuera en una cita, en un paseo por el parque o simplemente viendo una película, disfrutando así de la cercanía y la presencia de la otra.

El día de hoy era domingo, uno de esos días donde no quieres hacer nada más que quedarte en casa descansando y evitar el contacto exterior a toda costa, así que Riley invitó a Val a su apartamento para pasar la tarde juntas.

Val se encontraba caminando en dirección al apartamento de Riley en medio de las calles tranquilas y la pequeña brisa que comenzaba a indicar la pronta llegada del otoño.

Val, en medio del trayecto, iba maldiciendo por lo bajo, pero no por ir a casa de Riley, sino porque justo después de salir de casa, a su hermano se le ocurrió la brillante idea de asomarse por la ventana y gritar a todo pulmón un "¡No olvides comprar una silla de ruedas para después de la acomodada de tripas que te van a dar!", algo que hizo que todas las personas en la calle voltearan a ver a Val y que esta se pusiera más roja que un tomate, únicamente limitándose a sacarle el dedo en medio a su hermano y lanzarle una mirada de "ve cavando tu tumba para cuando regrese".

Además, su hermano no podía estar más equivocado, porque cuando se veían en el apartamento del señor Andersen, el sexo estaba más que prohibido. Val tenía claro que quería casarse, tener hijos y 300 gatos con Riley, así que no se podía dar el lujo de morir antes de tiempo a manos de su suegro por andar ovulando.

"Pinche Emilio, ya va a ver cuando regrese a casa. Voy a hacer que se meta sus palabras por el..."

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando alzó la vista hacia la ventada del segundo piso de un edificio, en donde una chica hermosa, del piel porcelana, cabello rubio y ojos azules estaba asomada disfrutando de la brisa de la tarde.

Siempre JuntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora