Capitulo 39

342 29 67
                                    

5.500 palabras aproximadamente :'v

Narra Riley:

Entre la secundaria, los juegos de hockey y el trabajo, el año fue avanzando con rapidez, pues estaba a pocos días de cumplir un año de noviazgo con Val, para lo cual estaba preparando algo especial.

Aunque antes de poder seguir avanzando con mi vida, tenía que enfrentar algunos demonios del pasado, entre esos, el resentimiento que tenía con mi madre. Si bien me encontraba bastante tranquila desde que decidí cortar lazos con ella, la realidad era que, a pesar de todo, la extrañaba y quería de alguna manera arreglar las cosas.

Pero todo a su tiempo.

Y para comenzar, se me ocurrió ir a visitarla, para por lo menos compartir algunas palabras con ella y saber cómo había estado después de tanto tiempo, pues no la veía desde la última vez que ella intentó hablar conmigo en casa de Val.

Así que finalmente había llegado el día. Era sábado en la tarde, un día despejado, pero algo frío, pues ya estaba comenzando a entrar el invierno y las temperaturas eran bastante bajas. Me encontraba en el auto con Val al frente de la casa de mi madre y, a decir verdad, yo me encontraba bastante nerviosa. No sabía cómo iba a reaccionar mi madre al verme y por supuesto que tampoco sabía qué tipo de recuerdos tortuosos llegarían a mi cabeza en cuanto la viera.

Aunque, a decir verdad, mi cabeza ya estaba comenzando a jugar en mi contra. Sin previo aviso, recuerdos sobre sus palabras hirientes el día que se destapó todo entre Val y yo, recuerdos sobre el encierro en casa y sobre aquel espantoso lugar al que me envió, comenzaron a invadir mi cabeza de manera persistente, provocando que mi pulso se acelerara y que me comenzara a hiperventilar.

Pero como siempre, Val, quien sabía exactamente como tranquilizarme, me envolvió en sus brazos y me recostó sobre su pecho mientras me acariciaba con cariño. Escuchar los latidos de su corazón y sentir su respiración calmada fueron clave para intentar enfocar mi mente en lo que sentía gracias a sus acciones.

Poco a poco, comencé sincronizar mi respiración con la suya y a enfocar mis sentidos en sus caricias suaves sobre mis brazos, logrando así, calmar el torbellino de pensamientos negativos que se estaba efectuando en mi mente.

Cuando finalmente sentí que todo estaba en orden, emití un último suspiro sonoro antes de levantar mi vista y encontrarme con la mirada llena de cariño de Val, una que lograba trasmitirme amor y protección sin necesidad de decir una sola palabra.

Amo la manera en como Val puede saber justo lo que quiero y necesito simplemente con verme a los ojos.

Eso era algo que definitivamente solo ella podía lograr en mí.

—¿Cómo te sientes, hermosa? — me preguntó Val acariciándome la mejilla con su pulgar.

—Ya mucho más tranquila... gracias a ti. — le dije dedicándole una sonrisa llena de agradecimiento.

—Me alegra saber eso. — nuevamente me acercó a ella y me dio un beso en la frente. —Bien. ¿Estás lista?

Yo emití un último suspiro rápido para sacar todo pensamiento negativo de mi interior y después la vi a los ojos con determinación. —Si. Estoy lista.

—Ya sabes que aquí estaré por si me necesitas, ¿bien? — me dijo Val antes de soltarme.

—Lo sé. — me quedé viéndola fijamente, tratando de transmitirle todo el amor y gratitud que sentía por ella, para después darle un beso en la mejilla. —Te amo. — le expresé antes de abrir la puerta de auto y salir en dirección a mi antigua casa.

Siempre JuntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora