#1 Buscándome / Looking for me

Capítulo 30: De regreso a Nueva York

Capítulo 30:

De regreso a Nueva York.

• Lily•

          ¿Cómo pudiste hacerle eso? ¡A él! ¡A tu mejor amigo! ¡Al único chico por quien has sentido algo tan puro y sincero! ¿Cuál es tu problema?, recrimina mi mente una y otra vez.

         Mientras más lágrimas caen y caen por mis mejillas. Me siento como la peor persona del mundo. Jaxen hizo algo extraordinariamente hermoso y detallista para mí, algo que pocos llegan a recibir de una persona, y yo solo lo dejé ahí plantado, con el corazón roto.

       ¿Qué mejor prueba del desastre que soy?

        ¿Pero cómo se atrevió a hacer algo así? Por Dios, un tipo tan lleno de traumas, tan introvertido, tan sensible, y quebró todas sus barreras para pedirme salir con él, cobró el valor de querer estar conmigo y yo destruí todo ese esfuerzo, todo ese logro.

      «¡Eres de lo peor, Lily!».

        Las personas en el avión me veían como si estuviera loca, otros tal vez se preguntaban qué me pasó, otros solo me ignoraban. La verdad todos pueden irse por donde vinieron. No quiero la lástima de nadie, no la merezco, no soy la víctima, soy la victimaria.

         Por eso me vine antes a Nueva York. No soportaba estar un segundo más en Nevada. Además, ¿ir hoy a la universidad? ¿Y arriesgarme a encontrarme con él? Ni loca, no tengo ni idea de si podré volver a mirarlo a la cara. Y pensar en cómo las cosas cambiarán ahora me duele más que todo.

        Salgo del aeropuerto y tomo un taxi, es muy temprano para pedir que algún chofer de mi padre me busque, nadie sabía que yo llegaría en este momento.

         Mientras voy de camino, mi mente regresa a su análisis de este caos romántico. La verdad es que estoy protegiendo a Jaxen de mí, aunque haya dolido, es mejor que sufra ahora y no cuando esté más metido en esta maraña a la que llamo "Lily Hansen", así que hice lo correcto, ¿cierto?

       «Claro, Lily, convéncete de eso».

          Bajo en el frente de mi casa, de nuestra mansión. Siempre me gustó su estilo antiguo, al llegar sentía que entraba a algún cuento hermoso de hadas, hasta que veía a mi madre en la sala y me daba cuenta de que era Lady Tremaine (1) quien me esperaba.

        Tal vez exagero, yo no era la sirvienta de la casa, pero de seguro tampoco la favorita.

         Toco la puerta de madera y espero. Al cabo de unos segundos, Inés me abre, por supuesto que es la única que está activa a las 6 de la mañana.

         —¡Lily! —exclama sorprendida, a lo que de inmediato niega. —Lo siento, es que no te esperábamos a esta hora.

        —Lo sé, hola también, ¿puedo pasar?

        —Por supuesto —se hace a un lado—, es un gusto que estés aquí, teníamos tanto tiempo sin verte.

       —Para su fortuna, imagino. No debes extrañar cargarme adentro a las 3 de la mañana.

         Inés junta sus labios en una mueca y se acerca un poco, toma mi mano. —Lo volvería a hacer, todo lo que fuese necesario, sin embargo, no me gustaría que volvieras a eso jamás.

       Suspiro y bajo la mirada.

      —Todavía no tengo tu habitación lista —me dice.

      —No pensaba ir a dormir ahora.