"Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas"... pero en el corazón de Nevada, lejos de los casinos y las luces brillantes, cuatro jóvenes adultos buscan su propio camino en medio del caos de la vida.
Jaxen es el chico solitario, marcado...
Le doy un sorbo más a mi café, apenas está amaneciendo, así que el apartamento se siente oscuro y frío todavía. Sin embargo, con la tenue luz de la cocina, sigo leyendo, una revista que conseguí en la sala. Algo del ambiente que Jaxen dejó.
No es que esté entendiendo mucho, tengo la mente muy saturada para eso; pero al menos así ocupo el tiempo mientras el nuevo día termina de llegar. Aparto un poco el cabello de mi rostro y suspiro, antes de dar otro sorbo.
Escucho sutiles pasos, bajar las escaleras desde mi cuarto, así que subo la mirada hacia allá, esperando que aparezca de entre la oscuridad.
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Layne camina adormilada, y todavía estirándose, al verme sonríe levemente y niega. Suspiro y dejo la taza y la revista en la mesa.
—Parece que te estás acostumbrando a dormir en mi cama —afirmo sonriendo.
—Creo que duermo más ahí que tú.
Río un poco. —Te advertí que esa película te noquearía.
—Ni siquiera recuerdo de qué trataba —avanza hasta pararse junto a mí.
Abrazo su cintura con mi brazo, mientras ella sostiene mi rostro en sus manos.
—Tú deberías haberte dormido también —me dice son seriedad.
Hago una mueca. —Dormir está sobrevalorado —bromeo.
—No, no lo está —pasa las manos por mi cabello suelto—, tienes que solucionar esto, o no serás capaz de enfrentar lo que viene.
Suspiro. —Lo sé.
Recuesto la cabeza de su estómago, mientras ella continúa con sus sutiles cariños. Ella es como esa tranquila orilla a la que llegas después de estar ahogándote.
Observo el cielo nocturno a través del ventanal, y una idea cruza mi mente. Subo la mirada de regreso a ella.
—¿Cuándo fue la última vez que nos escapamos?
—¿Escaparnos?
—Sí.
—No lo sé, cuando fuimos al gran cañón.
—Hace demasiado tiempo —afirmo—, ¿te gustaría ir a ver el amanecer?
