Astrid.
—A ver si me queda claro, ¿acabes de recomendarle "¿Qué Hubiera Pasado Si...?" a alguien que te ha dicho que le gusta "Juntos Contra El Apocalipsis"?
—Exacto —me responde Jan, con una sonrisa orgullosa. Lleva casi dos meses trabajando aquí y no sé cómo ha aguantado tanto tiempo.
—Novato, "Juntos Contra El Apocalipsis" es una novela de ficción apocalíptica, es cierto que tiene un poco de romance, pero no podría ni considerarse como subgénero de la novela. Sin embargo, "¿Qué Hubiera Pasado Si...?" es una historia romántica con un tropo enemies to lovers y un poco de ciencia ficción.
—Pero "¿Qué Hubiera Pasado Si...?" tampoco es que se base en el romanticismo, creo que sus fundamentos son aceptar la realidad y aprender de los errores en vez de hundirnos en ellos.
—"¿Qué Hubiera Pasado Si...?" es, literalmente, un libro de romance. Que la protagonista tenga sus metas no lo hace menos romántico, ¡además, su interés amoroso es clave para que logre sus metas!
Jan frunce los labios.
—Supongo que tienes razón.
—Aprendes rápido, novato. —Paso una mano por su pelo, despeinándoselo.
—No me gustó su final. Era muy triste —confiesa, poniendo pucheros—. Espero que en la segunda parte se arregle todo.
—No lo creo. Todos los finales de esa autora son trágicos, novato. Debe de estar amargada, sus personajes se pasan toda la vida sufriendo y cuando parece que son felices, ¡pum, hace algo que los destruye, literal o metafóricamente hablando!
—¿Debería decirle que ese libro no es el más recomendado para ella? —me pregunta, señalando con la mirada a una joven de unos veinte años que está ojeando algunas novelas de la sección clásicos.
—Déjala, a nadie le viene mal un buen romance de vez en cuando. —Hago un gesto con la mano para restarle importancia porque parece realmente preocupado.
En ese preciso momento nuestro jefe sale de la trastienda con dos sobres en la mano.
—Vuestro sueldo de este mes. Perdonad el retraso.
—Muchas gracias —decimos Jan y yo al unísono.
Abro el sobre para comprobar si mis cálculos son correctos. Ya me ha dado dos adelantos aparte del sueldo mensual por lo que estaré prácticamente dos meses sin cobrar nada...
Mierda. Nunca se me dieron bien las mates. Hago un mohín al ver que me he quedado a nada de mi meta.
—Toma. El alquiler, el comedor y todo lo demás. —Jan me dedica una cálida sonrisa mientras me tiende el sobre con el dinero.
—Es tu dinero... No puedo aceptarlo, Jan —lo rechazo, devolviéndole el sobre. El mes pasado ya me prestó su dinero y aún no se lo he devuelto.
—Pero yo no lo necesito. Además, te lo debo; me has dejado vivir en tu casa todo este tiempo.
Necesito el dinero, no puedo esperar otro mes para pagar el médico que necesita mi madre, pero tampoco es que pueda volver a aceptar tal cantidad de dinero como si nada.
¡Agh! ¿Qué debería hacer?
—Te lo devolveré, ¡prometido! Dame unos meses.
—No hay prisas, ricitos. Quiero ayudarte, soy feliz si tú lo eres.
Su comentario me pilla desprevenida y siento cómo mis mejillas se incendian. Gracias a Axel me di cuenta de que Jan y yo podíamos ser solo buenos amigos; además, Jan le dejó claras sus intenciones a Klara y aunque al principio a mi amiga le sentó muy mal, acabó aceptándolo.
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Amar tiene un precio.
RomanceEn un pequeño pueblo de Suecia, donde los estereotipos definen a las personas, Astrid se ha perdido a sí misma. Tras romper con su novio, conoce a Jan, un chico alemán de intercambio que despierta en ella sentimientos inesperados. Sin embargo, Jan n...