Capítulo 182 ~ No te culpes

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— No te demores demasiado.

Hebaron se encogió de hombros y se marchó. Riftan terminó de darle la manzana a Talon antes de ir a lavarse las manos en un cubo de agua.

— Deberías volver a la alcoba.

Riftan se sacudió las manos para secárselas y recogió la prenda que había tendido sobre el tabique de la caseta. Rem resopló, y Maxi le acarició el cuello mientras buscaba ansiosamente el rostro de Riftan.

— ¿Cr-Crees... que ha pasado algo?

— Los espías que enviamos al ducado han regresado. Eso es todo.

Tras calibrar la expresión sombría de Maxi, Riftan dejó escapar un leve suspiro y se echó la capa sobre los hombros.

— No es nada, así que deja de preocuparte y descansa un poco. Quiero que vayas directamente a nuestra habitación. Nada de andar rondando.

Le subió el flequillo desordenado y le besó la frente. Maxi forzó una sonrisa. Volvieron al castillo, donde Riftan la vio entrar antes de dirigirse a los campos de entrenamiento.

Maxi volvió a su habitación y se quedó mirando por la ventana. Las ramas desnudas y oscuras de los árboles parecían carbonizadas. Se mecían con la brisa bajo el cielo gris brumoso. Tenues rayos de sol plateado se asomaban de vez en cuando entre las nubes, pero no eran suficientes para animar el jardín desolado y azotado por el viento.

Con un suspiro, Maxi acercó una silla a la chimenea y se sentó. De todos los gatos, Roy era el más apegado a ella. Enseguida saltó a su regazo y empezó a ronronear. Su satisfacción le levantó un poco el ánimo y sintió que su ansiedad se calmaba mientras acariciaba su suave pelaje.

*****

Era de noche cuando Riftan regresó por fin a su habitación. Maxi tomó su capa y lo miró expectante, esperando que le contara lo que habían hablado en la sala del consejo. Riftan no dijo nada y se acercó al fuego. Se quitó las botas y empezó a lavarse las manos en el agua caliente que habían preparado los sirvientes.

Finalmente se volvió para mirarla mientras ella le entregaba una toalla.

— ¿Has comido?

— S-Sí, hace un rato. ¿Y tú? ¿Debería... pedir a los sirvientes que te traigan algo de comer?

— No, comí algo sencillo en la sala del consejo.

Riftan se lavó la cara y se secó con la toalla. Mientras estudiaba nerviosamente su expresión, a Maxi se le acabó la paciencia.

— ¿ Ha-Has descubierto... lo que trama mi padre?

Una ligera arruga se formó en la frente de Riftan. Pareció debatirse en silencio por un momento antes de sacudir la cabeza.

— Lo único que hemos logrado averiguar es que tu padre está en contacto frecuente con sus vasallos.

Maxi entrecerró los ojos. Los hombres no habrían deliberado durante tanto tiempo si ésa hubiera sido la única información que habían recibido. Estaba segura de que debían de haber descubierto algo grave para que Hebaron viniera a buscar a Riftan con tanta prisa.

Maxi apretó los labios con expresión insatisfecha. Al percibir su desconfianza, Riftan lanzó un suspiro.

— No importa lo que Croyso esté tramando, yo me encargaré de eso. No tienes que preocuparte más por ese hombre.

— ¿Có-Cómo podría? Él es... mi padre. Y todo esto es culpa mía...

Riftan arrojó la toalla sobre el perchero y gruñó.

Debajo del Roble ~ Libro 05Donde viven las historias. Descúbrelo ahora