Roomie

22 Obra de arte

Capítulo 22

Obra de Arte

- Quiero mostrarte algo en mi habitación. Le susurró Valentina a Juliana en la cocina, mientras lavaba los platos.

- Val. La rubia desanimada. Miró a la castaña. - Me gustaría más que lo que sea que tengas que mostrarme sea en mí habitación, la tuya está muy cercana a la de Sergio y no quiero que...

- Hey. Se rio la rubia y volvió a retomar la conversación.

- Voy a mostrarte algo y ya después podemos pasar a tu habitación. En realidad quiero mostrarte algo. La rubia hizo cierta firmeza en lo que decía. - De algo de mis artes. Juliana se sonrojó debido a que ella pensaba en otra cosa más sexual y Valentina hablaba de sus artes. Quito la mirada de la rubia quien la veía con tanta ternura y a la vez gracia.

- Está bien. Val saldré un momento a llevar a Samy a jugar al parque y regreso. ¿Quieres venir? La rubia sonrió y deseaba ir, pero sabía perfectamente que ese momento era de ellos dos.

- Ve tranquila en cuanto termine aquí iré a hacer unas llamadas entre tanto te espero. Las miradas no se hicieron esperar en ambas, el deseo de darse en ese momento un beso, solo un suspiro que soltó Juliana. Las miradas indiscretas a sus labios y luego a conectar con sus ojos no dejaron pasar un beso entre las dos. Valentina quien aún tenía su mano dentro del agua se acercó más a la castaña y esta le acunó con sus manos el rostro para besarla. Un suave y dulce beso, ya iban a verse de nuevo, no había apuro. ¿Tal vez sí? Juliana saboreando los labios de la rubia, para luego salir en tres pasos de la cocina.

***

- Mami ¿Puedo subirme allí? Señalaba Samy un juego de niños más grandes. La madre observó y sonrió.

- No príncipe, ese juego es un tanto peligroso y soy una madre nerviosa. Cuando cumplas otro año más te dejaré subir allí. El pequeño asintió. - Ven súbete aquí y yo te ayudaré a elevarte. Le decía la castaña quien se acercaba a un columpio de madera. El pequeño se sentó y se tomó de las dos cuerdas a su alrededor. Su madre detrás colocó sus manos en su espalda y lo meció un poco elevando un poco su cuerpo.

- Mami más fuerte. La mamá siguió el consejo de su hijo y al regreso de su pequeño cuerpo ella volvió a empujar su cuerpo con un poco más de fuerza, el extendía sus pies y dejaba que la velocidad lo llevara a elevarse y sonreír en ese proceso. - Mami puedo volar. Gritaba el pequeño mientras la madre sonreía de ver a su hijo en ese lugar, ella se sentó en un banco a observar lo que más amaba en su vida. Su príncipe, como esa persona tan pequeña le haya robado el corazón desde que llegó a su vida, todo su corazón está para ese chico, pero ahora había una rubia que quería ocupar parte de su corazón. Respiro profundo, pensando por un momento en el futuro.

Miró a su alrededor y sólo vio madres allí, la vecina del otro edificio casada con tres hijos. "Casada con un hombre" Miró al otro lado una chica hablando con lo que parecía un hombre mientras su hija se corría en el parque. - ¿Valentina será la mujer para estar en mi vida? ¿Solo será temporal? ¿Quién en su sano juicio se enreda con una mujer que tiene un niño? Ya los pensamientos de Juliana no solo eran sí Valentina era mujer ahora también influía sí tendrían fututo juntas como una relación. Sonrió de pensar que lo que estaba ocurriendo entre las dos era algo lindo, único, jamás vivido.

- Mami ¿Puedo comer un helado? Preguntó el pequeño a su mamá quien se había bajado del columpio. Juliana no tenía mucho dinero para gastos y deudas, pero para darle un gusto a su hijo hacía el mayor esfuerzo. Esos ojitos marrones brillando, eran su debilidad y ahora un par de azules. Tenía cierta debilidad por ese par. Luego de levantarse fueron por un helado. El pequeño insistía en darle a ella, pero ella decía que estaba bien así.