Capítulo 23
Presta atención a los detalles
- ¿Este cuadro es especial? Preguntó la castaña y Valentina lo tapó con la sábana. La miró y asintió. - ¿Lo reservas para ella? Volvió a preguntar.
- Ella está en New York, la idea es que mis obras se conozcan allí y se corra la voz, que llegue a sus oídos, que sí aún existe, pues quiera comprarme un cuadro. Juliana no salía de su asombro. - Sí, ya sé que estoy loca, dejar mi mansión, bienes y muchas cosas por un sueño loco.
- Me sorprendo, no solo lo haces por un sueño. Val, lo haces por una promesa y eso que fue algo de niña, pero esa niña que le prometió a esa Bárbara es la niña más dulce del mundo y lo más increíble es que no ha muerto. Valentina prestaba atención a las palabras de la castaña quien tomó el rostro de la rubia. - Val muchas veces olvidamos a esa niña interior, a esa niña que soñaba, a esa niña noble y sin pizca de maldad, cuando hacíamos las cosas sin esperar nada a cambio. Las cosas que decíamos eran sinceras y me encanta que no hayas dejado de ser esa niña grandiosa.
- Me harás llorar. Juliana acercó su rostro y ante el tacto de sus narices. La mujer miró sus labios y luego su se unieron a un beso. Juliana la abrazó fuertemente deteniendo el beso solo para decirle.
- Mientras más te conozco, más te quiero. Volvió a sonreír y las manos de la rubia tomaron la cintura de Juliana, haciéndola aferrarse más a su rostro en un delicado beso. Sumergiéndose en ese sensible beso, sus manos aferradas a sus cuerpos. Las lenguas viajaron dentro de la boca de la otra chocando una con la otra en esa suavidad, en ese deseo único. El fuego se encendía en cada una, Valentina se levantó y caminó sin soltar a la castaña en dirección de la cama. Juliana se detuvo y sus miradas decían más que las palabras.
- ¿Aún quieres ir a tu habitación? Preguntó la rubia con una voz ronca. La castaña negando con esa mirada perdida en el mar azul de la rubia. Saco una sonrisa del rostro de la rubia y está intentando girarla para que la castaña quedara debajo de ella en la cama. Está la detuvo.
- Déjame a mí. Dicho esto pasó su mano por la cabellera rubia, metiendo los dedos y dejando caer a la rubia en la cama cuando esta cayó. La castaña aprovechaba de quitarse la playera blanca de dormir que decía Boston en letras verdes. Sin sujetador dejando a la vista a Valentina todo lo que a ella le gustaba ver de su castaña. Valentina al ver eso imitó a la castaña y se quitó la playera que ella tenía puesta también dejando ver sus pechos. Juliana se subió al cuerpo de la rubia, buscando los labios de esta. Valentina pasaba sus manos por la espalda y glúteos de la castaña. La pierna de la castaña quedando en el centro de la rubia, lo que encendió el nivel del beso.
Los movimientos de la castaña comenzaron a aumentar en el roce de su muslo y el centro de la rubia.
- Ummm. Recito la rubia. Clavando las uñas en los glúteos de la castaña. Juliana tomó el control y fue bajando con besos por el cuello y luego subiendo por la mejilla hasta llegar al oído le susurró.
- Me encanta cómo estás toda depiladita. Mordió el lóbulo y sacando un gemido de la mujer. Luego fue bajando por el cuello hasta llegar a los pechos de la rubia. Ya el temor de saber que tenía que hacer se fue y la pasión encendida estaba actuando por la castaña. Su boca lamia y saboreaba los pechos de la rubia. Dejándola hablar por gemidos. La vista era impresionante, la castaña lamiendo cada fracción de su cuerpo y chupando sus pechos era majestuoso, mágico, sexy. Mientras bajaba por el medio de su cuerpo, con besos, lamidas y chupando a su paso la piel de la rubia. Llegando a la pelvis la cual fue observada por la castaña, en ese momento abrió sus piernas, las acaricio con sus labios la parte interna del muslo y con una voz grave.
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Roomie
FanfictionUna mujer con deudas y un pequeño que cuidar, decide alquilar una habitación de su departamento a una mujer desconocida, muy diferente en todo sentido a ella. Será una historia divertida y emocionante. Disfrútala