49 Pacto

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Capítulo 49

Pacto

- ¿Estás nerviosa? Preguntó Valentina a su castaña. Giró a verle en medio de la noche. Solo tenían ambas mujeres una playera y sus pantys. Una copa de vino y veían la lluvia caer a través de la ventana de su enorme sala.

- Sí. No sé tú. Pero es mi primera vez casándome. Respondió Juliana. Ambas paradas en la ventana mirándose frente a frente.

- Yo estoy ansiosa por casarme. Porque seas mía, estoy emocionada, nerviosa, tengo muchos sentimientos encontrados, pero estoy feliz. Se acercó Valentina a Juliana. Le susurró en sus labios. - No sabes lo feliz que soy de que seas mi esposa. Tengo un hijo. Tengo una esposa. Es increíble. Mi vida tiene sentido a tu lado. Juliana le dejó un beso suave a su mujer. Susurrándole de nuevo.

- Te amo. Y también me hace feliz ser tu esposa. Una sonrisa genuina, un beso placentero. Una caricia. Juliana y Valentina desde el día uno sintieron el deseo de tenerse y a un día de su boda estaban felices de poder estar juntas para siempre. Valentina subió la intensidad de sus besos, fue besando su cuello, el olor del vino en sus labios la encendía más. Los labios de mujer iban bajando por la barbilla de Juliana. El cuello de la castaña era acariciado por los labios de Valentina hasta su cuello. Sus labios delicados suavizaban las partes más sensibles de Juliana y esta se dejaba llevar cuando las copas en sus manos y el exceso de ropa las incomodó.

Valentina le quito la copa a Juliana y las colocó a un lado de ellas en una mesa de decoración. Fue con su mujer de nuevo y esta tenía una sonrisa sensual. Valentina le dio otro beso y fue subiendo sus manos por su costado y poco a poco quitarle la playera, Juliana detuvo el movimiento.

- Amor. Valentina seguía besando a Juliana su cuello. - Amor. Bebé. Ummm. Val. Valentina se detuvo.

- Amor quiero cogerte. Colocó su rostro frente a la mujer. Juliana colocó sus manos en el rostro de Valentina cada mano en cada mejilla.

- Bebé. ¿Samy está dormido? Dijo mirando las escaleras que le quedaban a un lado. Valentina volvió a besar los labios de su mujer.

- Sí bebé. Yo me aseguré de eso y Lana está con él.

- Ya te dije que no me gusta que duerma en su habitación. Decía Juliana mientras los labios de la rubia estaban bajando por el cuello.

- Mi amor. Lana es parte de esta familia... Susurraba Valentina.

- Val, hablas igual que Samy. Las manos de Valentina subían por las piernas de la castaña y está gimió. - Val. Umm. Bebé. La volvió a detener. - ¿No se supone que es de mala suerte tener sexo el día antes de la boda? Y qué es bueno mantenerse en abstinencia para que la luna de miel nos deseemos más. Valentina se detuvo y coloco su mirada fija en su mujer. Acercó su rostro al de ella y con su nariz acarició el de la castaña.

- Juls, mi amor. Te amo cada día de mi vida. Cada día quiero coger contigo. Desde que te vi la primera vez se me mojaron las bragas. ¿Crees que no te voy a desear en la luna de miel? Sonrieron ambas. Juliana tomó la playera de Valentina y se la quitó. Valentina hizo la misma acción y sus besos aumentaron, la pasión se desbordó. Sus labios sedientos del néctar de cada una. Esa noche se desató el preludio de lo que sería una vida junta.

Las caricias no se hicieron esperar, las manos de Valentina parecían fuego. Su lengua desataba las más bajas pasiones. Juliana ante el tacto de su mujer sentía que podía tocar el cielo.

***

Una alarma se escuchó en la habitación, teléfonos móviles sonando. Dos mujeres desnudas en la cama de la habitación principal. Una rubia abrazada a una castaña. Una castaña totalmente profunda.

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