38 Vida perfecta

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Capítulo 38

Vida perfecta

No existe la vida perfecta, la perfección está en valorar lo que está bien e ir construyendo lo que afecta la vida cotidiana. La conexión con las personas indicadas y cuidarlas en el día a día.

- Ver a mi hijo. Decía el hombre frente a Juliana, quien estaba sorprendida de la petición del hombre que no le había importado dejarla a su suerte cuando ella salió embarazada.

- ¿Qué?

- Juliana sé que cometí muchos errores, era joven.

Juliana comenzó a caminar dejando con la palabra en la boca al hombre quien salió detrás de ella insistiendo. - Por favor, es importante que me escuches, quiero estar en la vida de mi hijo. Quiero estar en su vida.

- No seas imbécil. Se volteó y le hablo. - No te vuelvas a acercar. Es mi hijo. Cuando tú no quisiste hacerte cargo de la responsabilidad yo asumí la de ambos. Así que no te vuelvas a aparecer. Dio la vuelta nuevamente y el hombre quedó parado allí y le gritó.

- Peleare por estar en la vida de mi hijo. Juliana se paró en seco y volvió con él.

- Es mi hijo y no tienes ningún derecho sobre él.

Mirándolo con tanta rabia, Juliana se giró y esta vez con sus pasos apresurados entró en el edificio. Cuando entró en el ascensor empuñó sus manos, la rabia se le había subido a la cabeza quería matarlo. ¿Cómo osaba amenazarle? La castaña trato de calmarse y respirar hondo. No quería que su hijo le viera así.

- Mamá. Samuel su pequeño hijo como siempre corrió a sus brazos, emocionado por tener a su mamá de regreso. Sergio saludo a Juliana y esta le ignoro, soltó al pequeño y se fue a su habitación olvidando preguntar por su chica. No dijo una palabra y se metió en el baño.

La rubia desde la cocina se asomó en la sala y miró a Sergio.

- ¿Juliana llegó?

- Pues eso parece... La ven salir de la habitación y trato de mantener la compostura con sonrisas forzadas. Saludo a su novia, le preguntó por su gran día.

La noche estuvo tranquila, pero con una Juliana distante, molesta, fastidiada y una actitud desató el caos.

- Mamá quiero helado. Decía Samuel en la mesa.

- Dije que no hijo. Respondió Juliana. El pequeño se bajó de la silla y cruzó sus brazos para convencer a su mamá.

- Mamá quiero helado. Mami Val quiero helado.

Juliana se levantó y con una voz atemorizante le dijo al pequeño.

- Dije que no. Cuando te digo que no debes respetar a tu mamá. No tendrás helado. Todos en la mesa ante los gritos de Juliana se asustaron incluyendo al pequeño castaño que comenzó a temblar, Valentina se levantó y tomó al pequeño. Juliana sabía que había hecho algo muy malo, jamás le gritaba a su pequeño. Tomó su vergüenza y se fue en dirección de la cocina sin decir una palabra. Valentina miró a Sergio y con señas de preguntaban ambos que había sucedido.

- Príncipe tu mami tuvo un mal día, pero voy a hablar con ella. Le dijo Valentina al castaño y le dejó un beso en ambas mejillas y limpió sus lágrimas. El pequeño asintió y se fue con Sergio mientras Valentina averiguaba el porqué de esa actitud. Valentina entró con cuidado a la cocina y Juliana quien lavaba los platos o hacía que lavaba los platos. Se le acercó por detrás y le susurró. - No creo que haya sido para tanto. Dijo Valentina refiriéndose a Samuel y la actitud que tomó Juliana, está inmediatamente se giró con sus manos mojadas abrazó fuerte a Valentina y está también le abrazó preocupada, le preguntó. - ¿Qué pasa amor? Aquí estoy. Besaba su clavícula, cuello.

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