Capítulo 09
Conociéndonos
Esa noche alrededor de dos horas pasaron las mujeres hablando de sus vidas, solo lo necesario, Valentina omitió el detalle que sus padres eran millonarios y que ella no contaba con un centavo del dinero de sus padres por ir tras sus sueños. Mientras que Valentina quería saber más de ella.
- ¿El papá de Samy? Preguntó con mucha cautela.
- Él solo decidió irse, junto con enterarse que estaba embarazada, tomó mis cosas y me echo de su casa, porque yo vivía en casa de sus padres y me prohibió decir que ese hijo era de él. Nunca más he tenido comunicación con él y pues hasta ahora Samy no me pregunta nada de ese individuo. Nunca me ha preguntado si tiene papá.
- Es un niño muy inteligente. Valentina sonrió al pensar en el pequeño y sus ocurrencias.
- Gracias. Un silencio cómodo se apoderó de ambas. Juliana siguió tomando su té. Valentina sentía que conocer mejor a su casera hacía que el golpeteo en su corazón fuera en aumento. Quería conocerla, saber todo de ella. No iba a dejar pasar el tiempo y su estrategia cambiaría.
La castaña también quería saber más de la misteriosa Valentina, su familia, todo lo que hacía en su trabajo en línea, no entendía porque ese deseo de querer saber ¿Con quién salía a divertirse? - ¿Cómo supiste que eras gay? Preguntó Juliana. Tema que interesaría a la rubia. Miró a la castaña. Ambas se quedaron viendo a los ojos.
- Pues mi historia es bastante simple, me enamoré de mi amiguita de la escuela cuando tenía seis años, luego de mi maestra, le veía sus pechos a los diez años y siempre que miraba era a una niña y me daban asco los niños. Hasta que tuve edad para entender que sentía atracción por las personas de mí mismo sexo y que era gay. Respondió con naturalidad Valentina y luego hizo la pregunta que desestabilizaría a su casera. ¿Desde cuándo te gustan las mujeres? Preguntó y se tomó lo que quedaba del té. Un silencio se apoderó de Juliana. Su corazón comenzó acelerarse. Se iba a delatar fácilmente.
- No me gustan las mujeres. Valentina sonrío y se atrevió a preguntar.
- ¿Soy la primera a la que besas? Se giró para ver a la castaña responder. Juliana quería levantarse de allí e irse, pero había algo que la detenía, esos ojos azules, esa boca tan sensual, esa manía de su corazón de estar acelerado.
- Sí. Respiro lentamente. Se levantó. Valentina se levantó también y la tomó del brazo. - Valentina tú y yo hablamos respecto a esto. Valentina acarició el rostro de Juliana acción de la que no escapó.
- No tengas miedo a sentir. No te quiero incomodar Juliana. Se fue acercando un poco más a la mujer. Juliana se saboreaba la boca de solo pensar que si quería besar de nuevo esos labios. La rubia siguió dando rienda suelta al deseo de tocar de nuevo esos maravillosos labios y ahora entendiendo que era la primera mujer que Juliana besaba o por la cual estaba sintiendo algún tipo de emociones. La mano de la rubia se escurrió detrás del cuello de la castaña, acercándola a su rostro, era evidente que Juliana quería ese beso y así que Valentina no hizo esperar más y besó a la casera. Tomando suavemente sus labios.
La casera se dejó llevar por el deseo de besar esos maravillosos labios, acariciando el brazo de la rubia. Mientras está profundizaba el beso, Valentina y Juliana podían fluir en el beso de manera sincronizada, los corazones estaban en su punto máximo de estallar. Un beso que comenzó a sentirse más profundo. La rubia metió se lengua en la boca de la castaña, permiso aceptado por ella, necesitaban oxígeno y una a la otra le daba un poco, Valentina jalo un poco el labio inferior de la castaña, aunque ninguna quería parar, la casera pudo más la razón que el deseo.
ESTÁS LEYENDO
Roomie
Hayran KurguUna mujer con deudas y un pequeño que cuidar, decide alquilar una habitación de su departamento a una mujer desconocida, muy diferente en todo sentido a ella. Será una historia divertida y emocionante. Disfrútala