Capítulo 27
Dame tiempo
El día había iniciado en el departamento de Juliana. Sergio como siempre peleando por los juguetes en el piso, el pequeño pegado a su mamá y la castaña después de haber preparado el desayuno se sentó a sacar cuentas para pagar las deudas.
- ¿Me vas a contar o no de cómo te fue en la fiesta? Decía Sergio con un pedazo de pan en su mano.
- Digamos que dentro de lo laboral bien. Lo personal fue una locura. Respondió la Castaña con una calculadora sacando cuentas y un lápiz anotando las cosas que habían sido sus gastos, las deudas.
- ¿Por qué? Sergio susurró para que Samy no se molestara ¿No encontraste al hombre de tu vida?
- No, la gente rica es muy vacía.
- Será de alma, pero sus cuentas bancarias. Juliana lo miró molesta.
- Ya sabes que estoy bromeando. No es para que te enojes. Sergio decía sinceramente.
- Son personas muy despiadadas. No aceptan a las personas por lo que son, solo por lo que tienen.
- Mami no quiero más. Dijo el pequeño Samy respecto a su desayuno.
- Está bien amor. Miró el plato y observó que no había comido nada.
- Tienes razón, la gente con dinero se cree dueña del mundo, pero no todos son así. Sergio comentaba mientras su prima chequeaba la temperatura de su hijo.
- ¿No te sientes bien bebé? Preguntó la prima a su pequeño hijo.
- Me duele mi pancita mami. Juliana se levantó y cargó a su hijo y fue en dirección de su termómetro para medir la temperatura de su hijo.
- ¿Está caliente? Preguntó Sergio, siempre que el pequeño enfermaba se preocupaban todos en casa.
- Sí un poco, voy a checar a cómo la tiene para darle medicamento, pero tiene dolor de barriga. Juliana llevaba a su hijo en brazos, el pequeño con su cabecita dentro del cuello de su mamá.
- Mami no quiero que me pinchen. Decía el pequeño.
- No mí amor, vamos a ver qué tanto está tú temperatura y darte medicamento mí chiquito. Tomó el termómetro y sentó al pequeño en la encimera de la cocina. En ese momento llegó Valentina a casa. Juliana quitaba el suéter de Batman del pequeño y dejando descubierto su pecho para luego colocaba el termómetro debajo del brazo.
- Buenos días. Saludo Valentina. Se acercó a la cocina donde toda la atención estaba sobre Samy.
- Hola Valentina. Sergio fue el primero en saludar.
- Hola Valentina, creo que estoy enfermo, pero le dije a mi mamá que no quiero que me pinchen.
Las dos mujeres se vieron a los ojos, ambas sentían esas mariposas en su estómago cada vez que se veían y no podían despegar sus miradas.
- Hola Val. Dijo Juliana por fin. - Tú pequeño príncipe está un poco enfermo. La cara de angustia no se hizo esperar. No podía sentir algo tan horrible en su vida. Su pequeño príncipe estaba enfermo, ella fue la última de sus hermanos, así que nunca vio a un niño enfermarse que no fueran sus amigos de la escuela, como es que algo así podía decirse tan tranquilo.

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Roomie
FanfictionUna mujer con deudas y un pequeño que cuidar, decide alquilar una habitación de su departamento a una mujer desconocida, muy diferente en todo sentido a ella. Será una historia divertida y emocionante. Disfrútala