capítulo veinticinco

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Una organización reducida y obligada a estar bajo tierra, teniendo motivos y metas realmente sanguinarias y horribles, pero la ambición realmente llegaba a extremos horribles en las mentes más retorcidas.

Por eso, mientras veía al sujeto de prueba número doscientos cinco retorcerse en la cama entre espasmos y gritos desgarradores, no sintió más que estrés por haber vuelto a fallar.

— señor ¿deberíamos detener la prueba? El sujeto no resistirá.

— no. Él debe demostrarnos, aunque sea una capacidad del virus, aunque sea una...

Y en ese momento, el hombre, quien quedo en una pose extraña en la camilla, como si todos sus huesos se hubieran congelado, dejo de moverse, para en el segundo siguiente, abrir los ojos los cuales estaban inyectados en rojo, sus pupilas volviéndose oscuras y dilatadas, mientras las venas de este se marcaban en un intenso rojo sangre.

Los médicos dentro de la sala se paralizaron ante esto, se comenzaron a observar entre todos, buscando algún tipo de respuesta o simplemente tratando de apaciguar de alguna manera el miedo y la forma desprotegida en que de pronto todos se estaban sintiendo.

Y en menos de un segundo, las cadenas que sujetaban a hombre se rompieron en pedazos.

Lo siguiente fue una escena completamente sanguinaria y aterradora, los gritos de los hombres y mujeres dentro de la sala no tardaron en esparcirse en cuando el hombre salto sobre su primera víctima, atacándolo, llevando sus manos hacia el cuello de este, enterrando sus dedos en la piel, separando la unión entre el cuello y la cabeza, dejando un espectáculo rojo y de terror a los espectadores.

Los gritos y suplicas porque las puertas de metal se abrieran no fueron oídas, al contrario, fueron completamente burladas por el hombre canoso desde el vidrio, quien veía todo con un brillo indescriptible y lleno de deseo en sus ojos.

Gritos y gritos, muerte y más sangre era esparcida de una forma asquerosamente bizarra.

— ¡POR FAVOR ABRAN LA PUERTA! ¡SE LO SUPLICO! —grito una de las doctoras, pero al segundo siguiente, su boca fue tomada por las manos del experimento y fue abierta de forma monstruosa, separando su quijada, asesinándola al instante y dejando su rostro con un aspecto horrible.

El hombre que pidió detener el asunto estaba temblando, más aún ante la risa burlona del hombre mayor a su lado, quien veía todo como si estuviera viendo algún tipo de juego.

— se-señor... entonces ¿esto está funcionando?

El canoso suspiro, pero su sonrisa se mantuvo — por desgracia no, mira su nariz —apunto, y tuvieron las primeras imágenes de como la nariz del sujeto comenzaba a sangrar y sangrar sin parar, para luego comenzar a toser sangre por la boca— su diagnostico de vida es de menos de cinco minutos, en algo aun nos continuamos equivocando.

Sus ojos escanearon el poco el cuerpo del sujeto quedo completamente rígido mientras sangre desbordaba por su boca, nariz, ojos y oídos, enviándolo al suelo directamente, muriendo al instante.

Otro fracaso.

Pero aun así el hombre sonrió.

— obtienen más fuerza, más agilidad, se vuelven completamente sanguinarios —dijo, mientras salía del laboratorio y el menor lo seguía desde atrás, mientras otros hombres entraban a limpiar los cuerpos— necesitamos más, pero hemos hecho un gran avance.

— ¿Cuándo deberíamos seguir, señor?

— en un par de horas continuaremos, después de todo, falta lo más importante, supervivencia y obediencia, el sujeto debe ser devoto y obediente ante las ordenes de su superior, si no, solo sería un animal salvaje —dijo, deteniéndose por un momento— debemos domesticarlo con fuerza, que sepa que solo es una máquina.

Trato -kooktae-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora