capítulo tres

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Piernas temblando, respiración pesada, cuerpo sudoroso y su cuerpo se sentía tan cansado, que al momento de caer nuevamente en la cama después del tercer orgasmo, Taehyung sentía que había corrido un maratón entero.

El pelinegro, quien lo veía mientras se limpiaba la boca con el dorso de su mano y tomaba asiento en la cama sonrió.

– ¿estas cansado? No me molesta seguir –dijo, mientras su mano acariciaba la pierna del contrario—

No hubo penetración, Jungkook se dedicó únicamente a darle placer hasta que el cuerpo de Taehyung temblara, y vaya que Taehyung quedo fascinado con su boca.

Taehyung ha pasado por muchas cosas que a cualquier persona cansarían por completo, incluso ha habido veces donde no ha dormido por más de cincuenta y dos horas y sigue completamente bien, pero, ya tener el cuerpo algo pesado, y que este hombre le haya proporcionado los mejores tres orgasmos de su vida, lo ha dejado sin palabras.

– tú... ¿tú estas bien? –cuestiono Taehyung, sentándose en la cama, desnudo, se sonrojo cuando Jungkook lo vio mientras mordía su propio labio—

– ¿Por qué a pregunta ricitos?

– pues... no te he ayudado –dijo, volteando su rostro para mirar a otro lado, tratando de controlar el sonrojo inevitable—

Era verdad que él quería ayudar a Jungkook, dios quería hacerle tantas cosas, pero el hombre estaba tan ensimismado en darle placer sin parar, que no le dio ni cinco minutos para ser él el que se encargara de su placer.

– oh... no debes preocuparte, me da placer darte placer a ti.

– pero yo... yo quiero hacerlo.

Jungkook lo vio fijamente, buscando alguna duda o algo que le dijera que el chico se sentía obligado a ello, pero lo único que encontró fue lujuria contenida, deseos que aun no eran completamente saciados. Sonrió, no puede explicar lo mucho que le encanta este chico.

– bien –dijo, para comenzar a subir en la cama hasta llegar al respaldo y apoyar su espalda, abriendo sus rodillas flexionadas— te espero entonces.

Maldito hombre que es capaz de calentar hasta a un hielo del polo norte.

Realmente era alguien atractivo, y claro que sabia que lo era, generalmente la gente prepotente o presumida no eran del agrado de Taehyung, pero este hombre, con tan solo haberlo visto dos veces, ha causado en él más cosas de lo que muchas personas jamás han podido causar.

Con seguridad comenzó a gatear hasta el hombre, mostrando su desnudez, orgulloso de ella, dándole un espectáculo a la vista lujuriosa del azabache.

Llevo ambas manos al pantalón del contrario, bajándolo casi con desespero, y al encontrarse con la ropa interior, la cual marcaba el gran miembro contrario, duro y húmedo, su boca se le hizo agua. Queriendo jugar con Jungkook, acerco su rostro a su intimidad cubierta con la tela, comenzando a lame el gran miembro sobre la ropa interior.

– carajo...

Al escuchar el gemido contrario, el corazón de Taehyung dio un vuelco orgulloso, feliz de ser él quien le proporcionara placer al pelinegro, asique, ni lento ni perezoso, bajo la ropa interior y la lanzo a alguna parte de la habitación, viendo con deseo aquel pedazo de carne que esperaba por él.

Se acerco, tomándolo con sus manos, dejo un pequeño beso en la punta del miembro, comenzando a pasar su lengua cual gatito curioso por la punta, llevando su vista a Jungkook, sonriéndole burlón.

– ¿me torturaras así, ricitos? –pregunto en medio de un jadeo con una sonrisa, no pudiendo evitar cerrar sus ojos y lanzar su cabeza hacia atrás en cuanto sintió como su miembro se hundía profundamente en la garganta contraria—

Trato -kooktae-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora