"Amor, traición y un juego de poder donde no hay reglas... Solo la promesa de destrucción."
Mi padre me quiere muerta.
Traicioné a la familia, y pagaré las consecuencias.
El hombre que alguna vez llamé padre me entregó a una jauría de lobos hambrien...
¡Sorpresa! No me desaparecí, les dejé una nota en mi perfil de wattpad, historias en instagram, que necesitaba urgentemente descansar.
Disfruten estos tres capítulo (54, 55, 56) (Denme chance estar subiendolos, porque los leo antes de dar click) y tendremos capítulo también en domingo. Las conozco, espero le den los mismo votos y comentarios a los siguientes capítulos, porque el último capítulo le dieron mucho amor.
¡Gracias!
Nota importante: ¡Tenemos grupo en telegram! Les dejaré el enlace en una publicación en mi perfil de wattpad.
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Capítulo 54
Mónica
Arrástrame a la muerte, como un cigarrillo encendido, Tomé mi último aliento, como el humo de mis labios, Pero mis rodillas están magulladas por arrodillarte, Ya tuve suficiente, pero eres demasiado difícil de dejar, Nos hemos divertido, ahora tu azúcar me enferma,
Y ahora me estoy riendo a través de mis lágrimas Estoy llorando por mi miedo Pero, cariño, si tuviera que elegir
Mi corazón se ha vuelto malo, ahora no va a latir por Mira lo que teníamos, ahora se convirtió en cenizas He mentido por ti y también me ha gustado Pero mi maquillaje está arruinado
-Jokers on you.
—¿De qué hablas? —pregunté, aturdida ante su repentino cuestionamiento. Lo miré detenidamente, pensando en qué era exactamente lo que quería saber, porque definitivamente había muchas cosas que tenía que decirle.
Mi embarazo se estaba notando, sin embargo, estaba preparada para esta pregunta. Aún podía esquivar esa pregunta, sin embargo, recordé la advertencia de José sobre la carnada que había usado. Deseaba profundamente que no fuera lo que estaba pensando.
Mi espalda se hundió en la arena mientras Calix me sostenía por detrás, guiándome con una suavidad que contrastaba con su fuerza. Me dejó caer lentamente, sin apartar su mano de mi espalda. Su nariz rozó la mía, y ese simple contacto encendió aún más el amor que todavía tenía por él.
Era patética.
—Por favor —susurré mientras veía su herida de bala —. Deja de jugar y ve al hospital.
Sentí a mi bebé moverse nuevamente dentro de mí.
Él también parecía anhelar la cercanía de Calix.
Demasiado.
La idea de separarlo de él me desgarraba, pero sabía que sería aún más doloroso permitir que mi hijo fuera usado como una herramienta más en este mundo corrupto. Había entendido perfectamente lo que implicaba entregarme a Calix desde el primer momento, y también conocía las consecuencias de llevar en mi vientre a su hijo. Sin embargo, no iba a ceder. No iba a permitir que me doblegaran.