Capítulo 60

4.3K 341 507
                                    

Capítulo 60

Mónica

⚠️ Advertencia de contenido ⚠️

El siguiente capítulo contiene temas sensibles y una escena de gran impacto emocional. Se recomienda discreción, especialmente para lectores sensibles. Se mencionan situaciones en la advertencia #1 de esta novela. Mi novela está dirigida para público más 21 sino por los temas a tocar que solo una persona mayor puede tolerar. Si eres menor de edad, tienes que entender que es ficción. Y esperemos que en algún momento entiendan que las etiquetas son por algo.

Y les pido respeto hacia mis personajes (Lo digo por Mónica). Porque al momento que lea algo despectivo, borro comentario y bloqueo a usuario.

Quédense en mi nota final.

...................

El dolor vino nuevamente de golpe, profundo y mucho más doloroso como una garra clavándose en mi vientre. Al principio pensé que ese tipo de dolor parecido a los cólicos era parte de la abstinencia o la falta de comida. Pero cuando la punzada regresó, más nítida, más intensa, supe que no era solo eso.

Contracciones.

La voz de la doctora resonó en mi cabeza:

"Las primeras pueden durar entre 30 y 45 segundos, aparecer cada 5 a 30 minutos y extenderse por horas... o días."

Días. No tenía días. Ni siquiera estaba segura de tener horas.

Otra punzada me hizo doblarme sobre sí misma, abrazando a mi vientre con los dientes apretados.

"Cuando sean más frecuentes, entre cada tres y cinco minutos, estarás en la fase activa."

Un escalofrío le recorrió la espalda. Si llegaba a esa etapa aquí, estaría atrapada.

Mi bebé no podía nacer aquí.

Intentó controlar su respiración, recordar que la intensidad aumentaría, que cuando las contracciones duraran más de un minuto y aparecieran cada dos o tres minutos, sería la transición... el punto en dónde nacería mi bebé.

Un terror visceral se aferró a mi pecho. No podía permitirse llegar a ese momento. No aquí. No ahora.

Pero entonces, la puerta se abrió.

Otra punzada.

El dolor me atravesó el vientre como un cuchillo girando en carne viva. No tenía tiempo de contar los segundos, solo de morderme el labio hasta sentir el sabor metálico de mi propia sangre.

Sabía por qué venían. No iba a cometer la estupidez de pensar que era un rescate, ni que traían agua o un pedazo de pan. Venían a torturarme de nuevo. Y esta vez, no se trataría solo de Tormenta Perfecta.

Inhalé profundo, tragándome un grito que amenazaba con salir.

Tenía que provocarlos. Lo suficiente para que lo usaran todo, para que me destrozaran de una vez y me dejaran en paz por unas horas. Lo suficiente para que las contracciones siguieran su curso sin que ellos se dieran cuenta.

Otra lágrima resbaló por mi mejilla, pero la limpié con furia. No podía permitirme debilidad. No podía permitirme fallar.

Mis uñas se clavaron en mis palmas, el dolor punzante ayudándome a enmascarar el verdadero dolor. Apreté los dientes con tanta fuerza que mi mandíbula crujió.

Destrúyeme, cariño (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora