Fue muy extraño al día siguiente no recibir noticias de ningún tipo y no escuchar rumores en el noticiero de lo acontecido. Los hombres habían creído que una gran institución como aquel hospital psiquiátrico reportaría la desaparición de uno de sus pacientes de inmediato, apelando a la comunidad para que colaborara en su búsqueda. Ava en cambio no se sorprendió mucho, pensaba que el doctor Marfil no iba a desear mala publicidad para su institución, que se destacaba por la seguridad que tenía y por la confidencialidad.
—¡Es todo muy extraño! —volvió a exclamar Manuel por quinta vez en media hora. No dejaba de cambiar los canales de la vieja televisión que estaba en el living.
Ava, mareada por aquello y con el deseo de ocupar mejor el tiempo, se había parado a hacer un fuerte café. La cocina era pequeña y estaba desordenada, por lo que le costó un poco conseguir tazas limpias, que acabó por lavar. El dueño de casa no era muy ordenado ni se preocupaba mucho por la limpieza de su casa.
—Sí, no hay nada que se les escape a esos periodistas —dijo Maximiliano con sarcasmo, que estaba sentado al lado de Manuel.
—Más me preocupa el silencio de Sandra —confesó este, mirando el celular, inquieto. Su amigo lo miró de reojo y asintió con la cabeza, había temido por esa mujer desde que la dejó sola en el hospital.
Para acabar con tanta espera, esta se comunicó media hora después. Manuel se sobresaltó y casi deja caer el celular antes de atender. Sandra se disculpó, había estado muy ocupada en su trabajo, y les explicó que habían interrogado a todo el personal del ala psiquiátrica, pero nadie quiso admitir que se había quedado dormido y, por lo tanto, nadie vio nada. Cuando le tocó su turno, alertados por la cámara de seguridad, Sandra explicó simplemente que la habían enviado por el alta de esa mujer y que no sabía nada de la fugitiva. Por suerte, nadie había reconocido a Ava en las imágenes.
—Estoy segura que Marfil no me creyó, lo conozco muy bien. De todos modos, las imágenes eran muy poco claras; las pude ver, y dudo que alguien pudiera reconocer a Ava o a alguien internado allí. Son de muy mala calidad —dijo la enfermera—. No comprendo cómo las facturas de seguridad privada son tan altas. El servicio es pésimo.
—Sin embargo, no crees que el médico se las haya tragado —apuntó Manuel, preocupado.
—No, hubo... cierta mirada. De todos modos, no me dijo ni una palabra. No creo que me asocie a Ava de ninguna manera. No nos conocíamos antes ni nos habíamos visto —confesó la mujer.
—De eso no podemos estar seguros. Sandra, tómate unas vacaciones y no le digas a nadie a dónde vas.
—Pero no puedo, mi trabajo... —se opuso.
—Hazme caso, él es peligroso —la interrumpió Manuel, pensando más en Enrique que en el médico.
—¡¿Crees que será capaz de hacerme algo?! —exclamó, asustada.
—Sin ninguna duda.
La mujer colgó la llamada y le prometió que así lo haría. Estaba asustada, nunca pensó en el peligro real de involucrarse en la liberación de Ava. Apenas acabó la llamada, agarró un bolso pequeño y comenzó a meter cosas adentro, aterrorizada. No podía perder el tiempo. Cuando terminó volvió a tomar el teléfono para comprar un boleto a la playa, sin embargo colgó, era mejor pagarlo de contado. En ese momento sonó el timbre de su casa, sobresaltándola.
El bolso se encontraba en la sala, junto con su cartera de mano. Regresó por ellos y miró por el visor de la puerta. Era el doctor Marfil y no estaba solo. Sandra se alarmó, tomó sus cosas al vuelo y corrió hacia la puerta trasera que daba al jardín, intentando no hacer ruido. En su cabeza sonaba un recuerdo, la voz de Ángela que le decía que hablara con Morena, su amiga del colegio. No obstante, las interrumpieron y nunca supo quién era Morena, ni qué quería que le dijera... hasta que vio una Morena desaparecida. Un escalofrío recorrió su cuerpo y el terror casi paraliza sus movimientos, pero no podía permitirlo.
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Ecos de la memoria
Mystery / ThrillerUna madre, desesperada por encontrar a su hija desaparecida, descubre de pronto que aquella nunca existió. Sus familiares intentan explicarle la realidad: sus alucinaciones, su enfermedad que ha empeorado por la falta de tratamiento. Sin embargo, ob...