PISTAS

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POV EUGENE

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POV EUGENE.

Conduzco por las calles de Nueva York, con Ethan en el asiento trasero en silencio. Ahora casi siempre le veía… ausente. Su estado actual me producía una desazón acompañada de culpabilidad.

La pérdida del bebé, la culpa, la ira… era algo que día tras día no lograba manejar ni siquiera con la ayuda de Nicholas. Permaneciamos en Nueva York, tratando de escapar de los fantasmas del pasado. Lo veía en sus ojos, como pasaba la mayor parte del tiempo en un silencio sepulcral, perdido en sus pensamientos. A veces me preguntaba si era consciente del daño que le hizo a April, que la dejó cuando más lo necesitaba, y que pasaría si se encontraba con ella de nuevo. ¿Podría perdonarse a sí mismo? ¿Podría perdonarla a ella?

Estuve tan decepcionado cuando lo vi volver a entregarse a sus viejos hábitos, las mujeres llovían y con ellas las relaciones sin compromiso, sin corazón. Pero ahora, las descartaba con más rapidez que antes. Se notaba la sed de llenar un vacío que no podía satisfacer.

En mi cumpleaños decidí con Jeannette ir a Seattle y visitar a April. A Ethan no le sorprendió demasiado nuestra solicitud y a pesar de que actuó como si no le importara, los escoltas que estuvieron a cargo me reportaron que en nuestra ausencia su temperamento empeoró y bebió día y noche, aunque intentaba ocultarlo, cada momento se hundía más y lo peor era que no se dejaba ayudar. En Seattle nos enteramos de que April se mudaría y la ayudamos con la mudanza, sin mencionar a Ethan en ningún momento tratando de hacerle las cosas un poco más fáciles.

Verla de nuevo me recordó lo mucho que estaban perdiendo. La fuerza y la dignidad con la que ella estaba afrontando todo… era admirable. Todo lo opuesto a Ethan, sin duda. Quien a pesar de toda su bravuconería, no terminaba de desprenderse de ella. Aunque se acostara con miles, April permanecía en su mente y me lo confirmaba una vez a la semana cuando me pedía reportes de seguridad. Eso sin contar con que Nathan seguía siendo una prioridad para él, no lo había desamparado y muestra de ello era su permanente comunicación con él y ese arrebato de dejarle todas sus propiedades en Seattle. Un tema que no terminaba de zanjarse.

Por otro lado el trabajo de Vinicius era impecable, siempre ha sido un profesional, sabe cómo manejar situaciones delicadas como lo era la de April. Y desde que empezó a vigilarlos, me ha mantenido informado de todo… En mi bolsillo el teléfono vibró y activé el manos libres con el auricular en mi oído.

—Buenas noches.

—Hola, Eugene…—contestó una voz conocida del otro lado. Mi vista viajó al retrovisor y ya Ethan me observaba.—Soy Ghail ¿Me recuerdas?

—Sí, claro. ¿Cómo le va?—sonaba angustiada y aunque nadie más que yo la escuchaba, la tensión se instaló dentro del auto.

—Escuche, sé que esto ya no es asunto de ustedes pero no sabemos dónde está April y ya me estoy asustando y antes de que me pregunte si la hemos llamado y buscado, la respuesta es ¡Sí!—habló apresuradamente.—Así que dígale al ingrato de su jefe que si alguna vez sintió algo real por ella, necesito que mueva cielo y tierra de nuevo para encontrarla ¡Pero ya!

—Entiendo.—dije con voz serena, saqué mi teléfono y eché un breve vistazo, no había ningún aviso o novedad de parte de Vinicius así que todo debía estar bajo control.—¿Hace cuánto tiempo…—dudé un segundo en formular la pregunta en voz alta y la mirada hostil de Ethan me taladró.—Perdieron comunicación con ella?

—Hace tres horas ¿Puedes poner al teléfono a Ethan?

—No es necesario…

—Cuelga y ubícala.—exigió Ethan tensando la mandíbula y haciendo una llamada.

Busqué el número que necesitaba y marqué.

—Kompis hva skjer—me saludó animado Vinicius del otro lado. Que me hablara en su lengua natal era indicador de algo…
«¿Qué pasa, amigo?»

—¿Está contigo?—solo eso necesitaba saber.

—Hvis hun er med meg, har jeg henne faktisk foran meg…
«Sí, está conmigo, de hecho la tengo enfrente…»

—Encuentra la forma de que conteste el teléfono o que aparezca. Todos la están buscando.—se carcajeó y negué con la cabeza, exasperado con la situación.—¿Te divierte?

—Det er mulig, vi snakkes senere. Brøl som en bjørn, Yin-Yin!
«Es posible, hablamos luego. ¡Ruge como un oso Yin-Yin!»

Me llamó por el antiguo apodo con el que solía molestarme cuando trabajé para su familia. Confirmó que April estaba bien y eso era lo que importaba, ya luego discutiríamos los detalles. Sobre todo debía explicarme porqué la tenía enfrente. Se suponía que no debía acercarse tanto…

—Dile a tu personal de confianza que si a esa maldita mujer llega a faltarle un puto cabello lo pagará con su vida. Estoy harto de tanta incompetencia ¿Quedó claro?—amenazó con voz gélida. Pero evidentemente ella no le importaba, en lo absoluto.

—Ella está bien. Desconozco el motivo por el cual no les contesta las llamadas pero nuestro personal no le ha perdido el rastro.—aseguré viendo como desviaba la vista hacia la ventanilla.

—Esa irresponsable nunca cambiará.—aseguró con tono despectivo pero se engañaba a sí mismo porque era más que notoria su preocupación por ella.

Horas más tarde cuando pude hablar con Vinicius sin el energúmeno cerca, esté por poco me provoca un infarto al decirme que le estaba dando clases de defensa personal a April ¿Pero en qué demonios estaba pesando ese idiota?

Tuvimos una seria discusión en cuanto a lo que había decidido hacer, puesto que según él, April debía aprender a defenderse por sí misma y no es que eso me molestara pero entendía claramente lo que estaba haciendo. Se estaba cansando de que no hubiese suficiente acción y quería deshacerse de ella.

Vinicius olvidaba que cada vez tenía más razones para creer que el ataque de Marcus Davies no fue lo que parecía.  Y aunque el hombre ya no estaba vivo, no había podido dejar de sentir que había algo más detrás de todo aquello.
 
Me encontraba siguiendo varias pistas sobre Marcus, pero ninguna parecía llevarme a una conclusión clara. La última que estaba investigando era la del actor que Vinicius golpeó en Canadá, el que se estaba haciendo pasar por Marcus. Resulta que fue contratado por una mujer, alguien que le pagó 350 mil dólares en efectivo. ¿Quién paga tanto dinero por solo suplantar a alguien un par de semanas? Es una locura.

Pero lo que era aún más extraño es que la mujer había desaparecido. No lograba encontrar ningún rastro de ella, era como si se la hubiese tragado la tierra. Y los policías que dispararon a Marcus… también se habían esfumado por arte de magia. Estaba desayunando cuando en Foxnews vi un reportaje de un par de esposas desesperadas clamando por noticias de sus maridos, policías de nueva york que estaban desaparecidos hace más de 48 horas, luego de un operativo de desmantelamiento y para mi sorpresa estos individuos eran los mismos que habían disparado a Marcus… Me di cuenta de que habían demasiadas causalidades para ser simples casualidades cuando el jefe de tal operativo se pronunció en una rueda de prensa, siendo nada más y nada menos que Zacharías Montes de Occa… si alguien estaba limpiando el camino, eliminando cualquier evidencia que pudiera esclarecer la verdad parecía que lo estaba escuchando en ese preciso momento, sin embargo aún no tenía pruebas de nada. Pero a mi no me cansan tan fácil,  seguiría investigando, seguiría buscando pistas, hasta encontrar la verdad. Porque algo me decía que era mucho más oscura de lo que imaginé.

DESENCUENTRO (2da Parte de Tercer Encuentro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora