IRRECUPERABLE

34 4 2
                                    

POV: APRIL

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


POV: APRIL.
La pastilla entre mis manos representaba más que un simple anticonceptivo; era un recordatorio de lo que había sucedido entre nosotros, de mi pequeñuelo, la desgracia de haberlo perdido, de su abandono y de las decisiones que ahora debía enfrentar. Mi corazón latió con fuerza, y una parte de mi seguía deseando que todo fuera diferente.

Mientras caminaba hacia la habitación, mis pensamientos se agolparon. Ethan había sido mi refugio, mi lugar seguro, y ahora parecía que estábamos a un par de horas de ponerle un punto y final a nuestra historia, pero con una dulzura que no había anticipado.

En la suite no había nadie sin embargo me topé con una nota de Susan informando que irían al museo en la mañana y al llegar bajarían a la piscina, así que por la hora ya debían estar en la piscina. Revisé mi teléfono y vi las incontables llamadas de Ghail, Logan y Alex. Sam lo había hecho un par de veces y al igual que Mariam. No quise fijarme más y lo dejé en la mesita mientras me desvestía para entrar al baño.

Me duché calmadamente, dejando que el agua caliente arrastrara mis dudas y miedos. Al salir, me di un vistazo en el espejo y me sentí un poco más en control. Con una sonrisa forzada, decidí bajar a reunirme con mi pequeño y los chicos, así que al salir de la habitación me dirigí a la piscina, donde encontré a Nate jugando alegremente con Susan. Sam, Erick y Ghail estaban allí jugando vóley, Alex, Mariam y Petter disfrutaban del sol. Al único que no vi fue a Logan y al terminar de acércame, noté las miradas inquisitivas de todos. Sin embargo, decidí ignorarlas y me lancé al agua alcanzando a Nate.

—¡Mamá! ¡Volviste!—gritó, con sus ojos brillando de emoción—¡Mira lo que puedo hacer!—me enseñó como flotaba sin sus flotadores en los brazos.

—¡Eso es increíble! —respondí, aplaudiendo mientras me mostraba como hacía una voltereta en el agua.

Después de jugar un rato, Nate se me acercó, aún respirando con dificultad por la emoción.

—¿Qué hiciste hoy, mamá?—preguntó, mirando con curiosidad.

—Dame un beso y te cuento.—dije colocando la mejilla. El río y me dio no uno sino varios besitos. Lo abracé y me dispuse a contarle.—Hoy hice algo muy emocionante. Salté en paracaídas.—sonreí al recordarlo.

—¡Guau! ¿De verdad? ¿Y cómo fue? —preguntó, con sus ojitos abiertos como platos.

—¡Fue increíble, Nate! Allí arriba se siente una paz que ni te imaginas. Pude ver una isla hermosa desde el aire, llena de palmeras y playas de arena blanca.—conté, recordando el momento sin mencionar a Ethan—.Y luego, nadé en un mar tan azul como el cielo.

—¡Eso suena genial!—exclamó Nate, emocionado—¿Pudiste volar como soñabas de niña?—sus palabras me recordaron lo que Ethan me dijo antes de saltar.

«Es hora de que una niña cumpla sus sueños…»

Lo recordó, recordó lo que le había contado en el viaje a Malibú. Mi corazón se comprimió de dolor y emoción.

DESENCUENTRO (2da Parte de Tercer Encuentro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora