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ZAYN

El conocer a una persona, es algo cuanto menos interesante. Son aquellos pequeños detalles que marcan una gran diferencia. Scarlett me miraba intrigada, se le notaban las moradas ojeras bajo sus ojos, con su blanca piel y cabello largo y achocolatado. A pesar de ello, su sonrisa era genuina y eso que no siempre la mostraba.

―Mi color favorito es el escarlata ―se encogió de hombros.

Qué casualidad.

―¿Hay algún motivo?

―¿Debe de haberlo? ―dijo escudriñándome con la mirada.

―Generalmente escogemos un color que nos gusta mucho porque nos transmite algo, pasa con películas, series, música...

―Vaya. Realmente si nos basamos en qué significa el color escarlata es más bien poder e incluso nobleza ya que era una tela de gran calidad que usaban reyes, príncipes, personas de la iglesia y gente de la alta sociedad medieval ―dice de memoria.

Cuando alguien dice que Scarlett es una de las personas más inteligentes no lo dice en vano, realmente sabe de absolutamente todo y no tiene pudor alguno en demostrarlo. Es... interesante y mágico.

―Pero ya debes de imaginarte que eso no me representa ―niega―. En el arte y la cultura, significa peligro porque es un color intenso. Cuando lo observas, ves intensidad y creo que me gusta ese cierto nivel de peligrosidad. Aparte, no suele ser común que alguien te diga que le encanta el color escarlata. Suelen decir rojo.

Me he quedado sin palabras.

―¿Pasa algo? ―dijo mirándome.

―No, es que, es fascinante ―digo absorto.

Desvió la mirada y siguió comiendo el delicioso poke que su padre había preparado, realmente sus padres eran increíbles en su trabajo. Me alegra que ella también se sienta orgullosa de ellos.

―¿Y el tuyo?

―Yo soy más básico ―resoplé―, el verde.

―¿Alguna tonalidad en concreto?

Eso sí lo tenía claro.

―Verde esperanza.

Se me quedó mirando extrañamente, como si mi respuesta no se la esperara para nada.

―Dicen que es lo último que se pierde ―dice con una débil sonrisa.

―Quizá por eso me gusta ese color, para no perderla nunca.

No quisiera perder la esperanza de lograr mis propósitos y labrarme el futuro por el que intento esforzarme. Nunca he sido la persona más positiva del mundo, pero si es cierto que varias veces he necesitado distraer mi mente para no volverme loco. Mis padres tienen una concepción de mí totalmente surrealista, puede ser que sea el motivo por el cual me guste llevarles la contraria.

―¿Y tu comida favorita? ―preguntó ella.

―Una buena hamburguesa supongo, aunque tengo debilidad por la pasta... a poder ser con pesto.

―Odio el pesto ―arrugó la nariz―, prefiero boloñesa. No hay nada más bueno que el sushi.

―Me gusta ―apunté―, pero cuando hacen mezclas con mango y toda esa historia, ahí ya no llego.

Se acabó el plato y lo recogió todo metiéndolo en la misma bolsa en la que venía. Doblando bien la mesa de madera y dejando los cubiertos envueltos en una servilleta para no ensuciar nada.

―¿Y en tus tiempos libres? ―inquirí.

―No tengo tiempo libre ―decretó.

―Todos tenemos tiempo, Scarlett.

It's ScarlettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora