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El resto del día pasó sin incidentes a pesar de que no podía dejar de pensar en lo sucedido antes de comer. La vida está hecha de momentos, unos que debemos catalogar para ver si debemos dejarlos en nuestra memoria o superarlos. Es complicado, pero nunca me ha gustado compadecerme tanto de mí misma. Parecía que no, que era una persona fuerte, que no dudaba en plantar cara a la gente, pero, a fin de cuentas, tan solo era una chica asustada y que tenía miedo. Y odio con todo mi ser vivir con miedo. Al futuro. A la gente. A confiar. A que me hagan daño. A fallar. Es algo que debo cambiar.

Es la noche de los juegos, o algo así, sinceramente no recuerdo bien como lo ha llamado Zayn antes. A Troy le gusta mucho liarla así que cada año organiza unos juegos. Unos que no se de qué van, aunque aquellos que vienen cada año sepan la dinámica se ve que Troy innova cada Halloween. No hace falta disfrazarse, la gran mayoría se hacen algún maquillaje o añaden sangre falsa y tiran millas. Me parece bien, no soy mucho de disfraces.

―¿Qué te vas a hacer? ―pregunta Ivy a mi lado.

Estamos en su cuarto todas, el maquillaje está desperdigado por todos lados. Sinceramente, tuve que entrar en Pinterest para buscar referencias porque me había quedado en blanco. Opté por un eyeliner fino y otro que caía hacia abajo. Tras eso, dibujé unas líneas negras que bajaban por la mejilla, desde el centro de mi ojo y finalizando con un puntito. Era como un... ¿payaso? Me sentía un poco así. Me hice un par de trenzas deshechas para darle este toque, y fin. No necesitaba nada más y no me apetecía.

Cuando bajamos de nuevo al salón, la mayoría tenía sangre falsa en toda la cara y... algunos en su torso. Incluso otros llevaban máscaras con luces de neón. A pesar de todo, mi vista no podía mirar a otro lado. Zayn llevaba salpicaduras en la cara y una cicatriz que le cruzaba el ojo. Tan solo con unos tejanos, la sangre por el pecho que ya sabía de estar seca. No pude disimular el mero hecho de mirarme a mí misma que había optado por una falda y una camiseta de manga larga. Tragué saliva y antes de que pudiera acercarme, él ya había venido a mí.

―La cosa era dar miedo, no dulzura ―se burló Zayn.

―¿No es Halloween? ―dije en el mismo tono―. Quizá me he perdido en un desfile de Victoria's Secret de hombres.

―Qué graciosa es el payasito ―dice Liam a su lado.

Les hice la peineta y me dirigí a por una de las hamburguesas que estaban amontadas en la encimera de la cocina. Cada vez me costaba menos encajar, quizá porque no lo necesitaba. Estaba siendo yo misma y a nadie parecía importarle, ¿realmente alguna vez importó o todo ha sido por estar con Zayn? Sacudí la cabeza, intentando sacarme los pensamientos intrusivos que rondaban por mi cabeza en esos instantes. Qué estrés. Debía mantener la cabeza más fría y con menos pájaros a su alrededor. Centrada.

―¿Cómo estás? ―inquiere Liam a mi lado, agarrando una de las hamburguesas junto a una cerveza.

―He tenido días mejores, creo ―me encojo de hombros.

―Ya eres una más del equipo ―dice con una cálida sonrisa―, por ser quién eres. No por Zayn.

Parece como si me hubiera leído el pensamiento, me giro lentamente con el ceño fruncido. Veo en su mirada sinceridad, quisiera creerlo, pero tan solo me volteo a seguir comiendo.

―Scarlett, te diré una cosa ―dice dejando la hamburguesa en la encimera y dando un trago a la cerveza―. Cuando Zayn salía con Hannah, por más que sus amigas rondaran por el equipo y ellos estuvieran juntos... nunca fue una más.

―Liam... ―niego con la cabeza.

―¿Quieres saber por qué?

Esta vez alzo la mirada hacia la suya, asintiendo con lentitud.

It's ScarlettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora