Era el día. ¿Quién me diría que estaría participando en el estatal? La verdad es que es algo que, a día de hoy, a escasos momentos de poner un pie en la pista de hielo, no me lo creo. Aquella vocecilla en mi interior que afloraba cuando menos lo esperas. Estaba en una sala rodeada de personas que trabajaban a mi alrededor, ni si quiera Marge estaba aquí ya que quería ver el resultado junto al resto.
Me habían recogido el cabello de una forma bastante prieta, puesto que mi coreografía tenía pasos que requerían moverme de una forma donde el cabello se desmontaría a la primera de cambio. Me dividieron el pelo en dos secciones y me hicieron una trenza desde la nuca hasta casi media cabeza, la otra mitad (por la parte delantera) se encontraba otra trenza de raíz, como si fueran dos boxeadoras que se encuentran en un mismo punto. Tan tibantes que relajar la cara me era algo complicado. Con la coleta bien apretada, cardaron el pelo y me hicieron como una especie de triángulo en forma de colmillo. Tenían mucha mano para esto. Todo en base a la coreografía, a la canción que iba e interpretar en esa pista. Adornada con salpicaduras que simulaban ser sangre que destacaban en mi cabellera achocolatada. Estaba totalmente alucinando.
Di gracias a que llevaba unos auriculares pequeños puesto que los grandes no podía llevármelos, necesitaba distraerme mientras me maquillaban. Iba a ser impresionante todo el look oficial. Y estas chicas lograban captar la esencia de la canción, con tal solo escucharla y enseñarles distintas ideas que tenía en mente tanto para el cabello como para el maquillaje, lograban crear un ambiente increíble que iba acorde a lo que quería transmitir.
Esto era lo que quería, lo soñé en su momento. Así que lo conseguí. Lo hice y ya está, sucedió. A pesar de que sea otra de las cosas que acabe arruinando. Solía hacerlo por diversión.
Tenía que inspirar hondo, me dijeron que me mantuviera quieta para que no dieran un brochazo en un lugar equivocado. Necesitaba cambiar la canción que estaba sonando y no podía.
Otra conversación, una tras otra. Donde al final, no hay nada bueno que decir. Tal cual lo pensé, lo dije. Lo cogí porque podía hacerlo, para algo se me brindó esta oportunidad. Otro día fingiendo que soy más madura de lo que aparento.
No podía llorar, cogía aire disimuladamente con los ojos cerrados mientras me maquillaban con destreza y delicadeza.
Otro momento perfecto, pero a pesar de ello, no lo siento mío. Quizá fue otra cosa que forcé para creer que fue una señal. Llego a sentir que no quiero estar aquí, estando en dos lugares a la vez. Sin saber si llego a todo. Incluso, alejando a aquellas personas que mejor me conocen.
―Creo que pega mejor este tono ―decía una de las chicas.
―Sí, hagamos un degradado con ambos ―respondía otra―. Para que haga ese efecto en los labios.
Yo solo quería poder quitar eso, porque las lágrimas que no salían por mis ojos se quedaban en medio de la garganta. Me estaba ahogando, inundando.
A fin de cuentas, soy yo quien ha estado haciendo la cama. Tomé una decisión y ahora, debo de aceptar las consecuencias que esta conlleva. Cansada de ser la chica que soy, o eso creo. Porque, cada cosa buena que me ha sucedido, se ha convertido en algo a lo que le tengo miedo.
Abro y cierro los ojos. Me piden que entreabra los labios para delinearlos, otra chica me pone una cantidad surrealista de laca por todo el cabello para fijarlo todo, incluida la sangre falsa que estaba salpicada por las trenzas y por los colmillos hechos con toda mi cabellera, que no era poca.
Siempre seré yo quien ha estado haciendo la cama, sacando las sábanas de mi cabeza. Me suelo despertar por las noches de un sueño que se ha convertido en algo repetitivo, me veo a mí conduciendo por la ciudad, pero los frenos me fallan. Observo el semáforo, no puedo parar en este y está en rojo. Tampoco desviarme de la carretera.
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It's Scarlett
RomanceDesde que a Scarlett le regalaron unos patines, no ha logrado despegarse del hielo. Ambiciosa. Responsable. Vive por y para sus estudios, destinada a llegar a la universidad con la cabeza bien alta. Aunque le gustaría poder pasar la vida deslizándos...