Capítulo #2

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Advertencia: Incluye contenido +21

Jennie llegó al estudio de fotos con anticipación, lista para comenzar la sesión de fotos para la nueva campaña publicitaria de la marca que la había contratado, como una de las modelos más solicitadas del momento, estaba acostumbrada a trabajar con los mejores fotógrafos y marcas de lujo.

El equipo de maquillaje y peluquería la recibió con una sonrisa y comenzó a trabajar en su look para la sesión. Jennie se relajó en la silla, cerró los ojos y dejó que los expertos hicieran su magia.

Una vez lista, el fotógrafo la dirigió hacia el set de fotos, donde una gran pantalla blanca y unas luces brillantes la esperaban. Jennie tomó su lugar y comenzó a posar, mostrando la ropa de la marca con confianza y elegancia.

El fotógrafo le dio instrucciones precisas, pidiéndole que se moviera de cierta manera o que enfocara su mirada en un punto específico. Jennie siguió cada instrucción con facilidad, sabiendo exactamente cómo trabajar la cámara a su favor.

La sesión de fotos duró varias horas, durante las cuales Jennie cambió de outfit varias veces, mostrando diferentes piezas de la colección. Pero no importaba cuántas veces cambiara de ropa, siempre parecía radiante y segura de sí misma.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, el fotógrafo anunció que habían terminado. Jennie sonrió, sabiendo que había hecho un gran trabajo. La marca tendría imágenes impresionantes para su campaña publicitaria, y ella había demostrado una vez más por qué era una de las modelos más solicitadas del momento.

La asistente se acercó a Jennie con un teléfono en mano, justo cuando la modelo se preparaba para terminar el trabajo. — Jennie, es tu madre. — dijo la asistente con una sonrisa.

Jennie tomó el teléfono y respondió con una voz alegre. — Hola, mamá. ¿Cómo estás?

Pero la voz de su madre sonaba triste y preocupada. — Jennie, tengo malas noticias. El señor Brüschweiler falleció ayer.

Jennie se quedó en silencio por un momento, procesando la información. Recordó al señor Brüschweiler, el amigo de su padre, como un hombre amable y bondadoso que siempre tenía una sonrisa en su rostro.

— Lo siento mucho, mamá — dijo Jennie finalmente. — Él era un hombre tan amable y generoso. Recuerdo cómo  papá y él era cercanos. ¿Cómo está la familia?

— Están bien, pero es un momento difícil para ellos — respondió su madre.

Jennie conocía al hijo mayor, sabía que llevaba el nombre de su padre, a demás, de saber que tenía una hija que era bastante seria y alejada del mundo, la cual casi no le hablaba, siempre le pareció linda y su forma tan educada de ser le llamaba la atención, sí hubieran convivido, hubieran sido amigas, e incluso algo más, sí ella lo pesaba.

— ¿Cómo está papá?

— Está triste, por eso te hablaba. Quería saber sí te gustaría acompañarnos, iremos de visita como en los viejos tiempos.

Jennie se mantuvo en silencio por un momento, pensando en su respuesta. Tenía planes con su novio, Kai, quien estaba a punto de iniciar la producción de un nuevo álbum musical, y no habían tenido mucho tiempo para disfrutar de la compañía del otro. Pero luego pensó en su padre, en lo mal que debía estar pasándolo desde la muerte de su amigo, y sin más, aceptó.

— Mamá, claro que sí — dijo finalmente. — Me gustaría acompañarlos. Papá necesita mi apoyo en este momento.

Su madre suspiró aliviada al otro lado de la línea. — Gracias, cariño. Significa mucho para él. Nos vemos pronto.

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